sábado, 11 de marzo de 2017

NATURALEZA HUMANA




Tomado del libro:
El Librito Que Fortalece
Proverbios reconfortantes y máximas motivadora
Lucia Canovi
Fotografía extraída de internet

viernes, 10 de marzo de 2017

DOS ÁRBOLES


Mediante la práctica adecuada usted deja que su viejo kamma se desgaste sólo. Dándose cuenta de cómo surgen y se van las cosas, sencillamente puede estar atento y dejarlas seguir su propio rumbo. 

Es como tener dos árboles: si fertiliza y riega uno y no cuida el otro, no cabe duda cuál de los dos es el que crecerá y cuál el que morirá.

jueves, 9 de marzo de 2017

LA LIBERTAD ES POSIBLE AHORA


Para tocar el Reino de Dios necesitan un poco de entrenamiento y un amigo, un hermano o una hermana cuya propia práctica les puede ayudar. Cuando vemos a alguien caminando conscientemente y disfrutando cada paso que da, nos motiva a regresar a nosotros mismos y a hacer lo mismo. Un recluso me escribió a Francia diciéndome que había leído mis libros y aprendido a practicar la meditación caminando en la prisión. Me dijo que siempre sube y baja las escaleras conscientemente y que disfruta cada paso que da. Desde que empezó a practicar, su vida se ha vuelto más agradable. Cuando ve a otros reclusos subiendo y bajando las escaleras a toda carrera, sin nada de estabilidad o solidez, calma o alegría, querría que pudieran aprender a meditar caminando como él porque cada paso que da le nutre y transforma.

Caminen como personas libres. Caminen de tal forma que cada paso les aporte más dignidad, libertad y estabilidad, y la alegría y la compasión nacerán en sus corazones. Se darán cuenta de que otras personas no caminan así, que están poseídas por su enojo, su miedo y su desesperación. Quizá esto les motive a querer ayudarles a aprender a vivir en el momento presente, a sentarse y a caminar como lo hace una persona libre. Una persona que se sienta, camina, come y respira como persona libre puede tener un impacto en la totalidad de su entorno.

LO ESENCIAL




Tomado del libro:
El Librito Que Fortalece
Proverbios reconfortantes y máximas motivadora
Lucia Canovi
Fotografía extraída de internet

miércoles, 8 de marzo de 2017

LA PACIENCIA Y LA IRA


La paramita de la paciencia es el antídoto de la ira, es una forma de aprender a amar y a cuidar de cualquier cosa que nos encontremos en el camino. Cuando hablamos de paciencia no nos referimos a soportar las situaciones, a sonreír y aguantar. En cualquier situación dada, en lugar de reaccionar repentinamente, podemos masticarla, olerla, mirarla y abrirnos a ver qué contiene. El opuesto de la paciencia es la agresión, el deseo de saltar y moverse, de poner más presión en nuestras vidas, de tratar de llenar el espacio. El camino de la paciencia incluye actitudes como relajarnos, abrirnos a lo que está ocurriendo, experimentar la sensación de maravillarnos.

Una amiga me contó que cuando era niña, su abuela, que era una india cherokee, se llevaba de paseo a ella y a su hermano para ver animales, y les solía decir: «Si os quedáis quietos, veréis algo. Y si estáis muy silenciosos, oiréis algo.» Aunque ella nunca empleó la palabra paciencia, eso es lo que mi amiga y su hermano aprendieron.

ABRA LOS OJOS Y "CALLESE"


martes, 7 de marzo de 2017

LA PUERTA


Abandono 
Iluminación 
Descubrimiento 
Fe
Confianza

El abandono es uno de los aspectos, la ilu­minación es la otra cara de la moneda. Es la misma puerta. Cuando entras, en la puerta di­ce: "Abandono." Cuando has entrado y vuelves la vista atrás, en la puerta está escrito: " Iluminación." ¡Es la misma puerta! De un lado es la en­trada, del otro la salida. Por eso se insiste tanto con el abandono: samarpan.

La relación es muy compleja, porque existe sólo uno. El otro de la relación no está allí. Por eso, todos los juegos que hagas con un maes­tro, en realidad, son tus juegos. Estás jugando, es un juego de paciencia. El otro sólo está vién­dote jugar. Cambias de táctica: pruebas de una y otra forma. Pruebas muchos caminos, pero in­necesariamente, porque el único intento que valdrá la pena es el abandono. Todo lo demás sólo te prepara para llegar a un momento de descubrimiento en el cual ves todo el absurdo de cualquier esfuerzo, y lo dejas de lado.

¡CONSCIENCIA!


lunes, 6 de marzo de 2017

EL COPLERO


En los tiempos en que una grabadora ocupaba todo un caballo, Lauro Ayestarán andaba a campo traviesa, recogiendo la memoria de la música.

En busca de coplas perdidas, Lauro llegó una vez a un rancho escondido en las lejanías de Tacuarembó. Allí vivía un criollo que había sido mozo bailarín y guitarrero, diestro en los duelos de versos y las tonadas de la patria vieja.

Estaba aviejado el hombre. Ya no iba y venía de pueblo en pueblo y de fiesta en fiesta. Andaba agachadito, caminaba poco, se caía mucho, y para levantarse se apoyaba en el lomo de alguno de sus perros. Ya no cantaba, más bien soplaba palabras, pero tenía fama de memorioso:

—De lo que hay, no falta nada —susurraba, con un dedo en la cabeza, y se reía.

Guitarra en mano, nomás rozándola, el viejo verseó, canturreó, tarareó. En la atardecida, sonaron ronquitas las melodías que celebraban la memoria de las vacas sueltas y los hombres libres, mientras giraban y giraban los carretes de la grabadora.

El coplero miraba la grabadora de reojo. Más que mirarla, la sospechaba:

—Y eso, ¿qué es?

"SABER" SOBRE DIOS


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