El cóctel retrógado: dogmatismo, fundamentalismo y oscurantismo
Existen mentes fundamentalistas (que piensan que las bases de sus creencias no son discutibles) y hay mentes oscurantistas (que se oponen al progreso y a la difusión de la cultura propia y ajena).31 En general, ambos factores van juntos, especialmente en las sectas, ya sean esotéricas, políticas, empresariales, mágicas o pseudocientíficas. Una mente sectaria es la que compagina el dogmatismo, el fundamentalismo y el oscurantismo en un estilo de vida destinado a estancar el desarrollo humano y personal:
- «Soy dueño de la verdad» (dogmatismo).
- «Los cimientos de mi verdad no son discutibles» (fundamentalismo).
- «La difusión de información actualizada es peligrosa para los intereses personales o grupales» (oscurantismo).
Una ama de casa adinerada se sentía profundamente alterada y ansiosa debido a los constantes enfrentamientos que mantenía con las dos empleadas domésticas que trabajaban para ella. La mujer sufría si las veía conversar, si se acostaban más temprano de la cuenta, si comían demasiado, si utilizaban el teléfono o si cantaban mientras hacían las tareas. Si salían un domingo, cuando faltaba media hora para su regreso ya estaba mirando el reloj y anticipando que llegarían tarde. Mi paciente era víctima de tres creencias entremezcladas: una creencia dogmática: «La función de la empleada doméstica es servirme cada vez que yo quiera y de la manera que me dé la gana»; un principio no discutible, claramente fundamentalista: «Por eso les pago»; y una posición oscurantista: «No quiero que estudien, porque si lo hacen les van a llenar la cabeza de pájaros y van a terminar rebelándose.»