miércoles, 2 de marzo de 2016

LA MENTE RÍGIDA


El padre de una novia que tuve en mi juventud, un español exiliado por el régimen franquista, juraba que el hombre nunca había llegado a la Luna y que todo era un montaje, porque según la religión que profesaba, «el mundo ya se habría acabado si hubieran llegado a la Luna». El señor no sufría ninguna alteración psiquiátrica. Era una buena persona, amable con la gente y emprendedor. Pero en lo profundo de su aparato mental existía una marcada distorsión de la realidad: la negación a ver las cosas como son. Me pasé algunos años tratando de probarle que la banderita estadounidense realmente estaba clavada en el asteroide. Sin embargo, cada vez que lo intentaba me decía con cierta conmiseración: «¡Vamos, hombre, Walter, no te dejes engañar de esta manera... Tú eres un chaval muy inteligente para que te creas esas patrañas!» Creo que ni siquiera subiéndolo a una nave espacial habría logrado que modificara su punto de vista. El mecanismo básico de las personas rígidas es la resistencia a cambiar cualquiera de sus comportamientos, creencias u opiniones, aunque la evidencia y los hechos les demuestren que están equivocadas. Al tener tan poca variabilidad de respuesta, su capacidad de adaptación es sumamente pobre.

La mente rígida vive en un limbo cómodo, distorsionado y altamente peligroso, donde la verdad ha sido secuestrada en nombre de alguien o algo. Cómodo, porque tapa el sol con el dedo y se atrinchera en la lógica del dogmatismo tratando de defender lo indefendible con argumentos simplistas: «Si siempre fue así, será por algo.»

martes, 1 de marzo de 2016

AUXILIO EN LA LLUVIA*


Una noche, a las 11:30 p.m., una mujer afroamericana de edad avanzada estaba parada en el borde de una autopista de Alabama bajo una fuerte tormenta. Su automóvil se había descompuesto y necesitaba desesperadamente que alguien la llevara. Empapada, decidió hacerle señas al próximo carro que pasara. A pesar de ser una época de agudos conflictos raciales, un joven blanco se detuvo a ayudarla, la llevó a un lugar seguro y la puso en un taxi. La señora, que parecía bastante apurada, anotó la dirección del joven, le agradeció y se fue.

Siete días después, tocaron a la puerta de la casa del joven. Para su sorpresa, era un paquete a su nombre: un televisor de pantalla gigante con una nota que decía:

FIEL AL PRESENTE


lunes, 29 de febrero de 2016

AFERRARSE


La mente siempre se aferra... y es bueno desprenderse de eso. Cada día es nuevo, cada momento es nuevo. Y después de cada momento nos adentramos en un mundo diferente, por lo que habría que estar preparado para que nada nos sujetara.

Buda solía decirles a sus discípulos que nunca se quedaran en una casa más de tres días, porque al cuarto uno empieza a sentirse como si fuera su hogar. Antes de sentir eso uno debería seguir el camino.

La mente siempre se aferra... y es bueno desprenderse de eso. Cada día es nuevo, cada momento es nuevo. Y después de cada momento nos adentramos en un mundo diferente, por lo que habría que estar preparado para que nada nos sujetara. El pasado simplemente debería desaparecer... deberíais morir continuamente al pasado. No pierdas el tiempo. Muere a lo que ha desaparecido; ya no está aquí.

¡FRACASOS!


Tomado del libro:
El Librito Que Fortalece
Proverbios reconfortantesy máximas motivadora
Lucia Canovi

domingo, 28 de febrero de 2016

NO LASTIMES


EL TAMBOR


Como los cuentos, como los sueños, el tambor suena en la noche.

Peligroso como la noche, el tambor ha sido siempre digno de sospecha, y muchas veces ha sido culpable.

En las plantaciones de las Américas, las sublevaciones de los esclavos se incubaban al golpe del látigo, pero al golpe del tambor estallaban. Esos truenos eran la contraseña que desataba las revueltas.

APRENDIZAJES


Tomado del libro:
El Librito Que Fortalece
Proverbios reconfortantesy máximas motivadora
Lucia Canovi

sábado, 27 de febrero de 2016

UN ASNO EN CHINA


Érase una vez un apacible jumento de Poitou (antigua provincia de Francia)  al que unas circunstancias fortuitas llevaron allende los mares. El barco en el que había embarcado en compañía de treinta de sus congéneres, ochenta vacas y terneros y muchos corderos, gallos y gallinas, naufragó en el océano Pacífico. El azar de las corrientes lo arrojó medio muerto a la costa de China. Allí tuvo que sobrevivir según la hierba y los meandros de los ríos. Así es como un año después de la catástrofe pacía tranquilamente en el corazón del bosque de Tian. 

Los habitantes corrientes del bosque, el mono, el zorro y Su Señoría el tigre, nunca habían visto un animal semejante. El mono fue el primero que lo observó desde lo alto de un árbol: 

-Se parece al caballo-dijo a sus compañeros-, pero es más pequeño, más peludo. Sus orejas son grandes y la cola, delgada como un látigo, termina en un mechón de pelo. 

-Y ¿qué hace? 

-Pace (comer hierba), pace infatigablemente. 

-¿Tiene intenciones belicosas? -preguntó el zorro, siempre prudente. 

-Por lo que a mí respecta, no les temo mucho a los comedores de hierba -declaró Su Señoría el tigre-, y, encogiéndose dcsdeñosamente de hombros, volvió a acostarse.

ASUMIR RESPONSABILIDADES


Tomado del libro:
El Librito Que Fortalece
Proverbios reconfortantesy máximas motivadora
Lucia Canovi

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