sábado, 30 de mayo de 2015

CUALQUIER MOMENTO, CUALQUIER LUGAR


La meditación no tiene nada que ver con el momento y el lugar. Tiene que ver contigo, con tu espacio interior. De modo que siempre que estés libre de la rutina diaria, relájate y permite que acontezca. Puede suceder en cualquier lugar, en cualquier momento, porque es no-temporal y no-espacial. 

La meditación correcta no conoce limitación, y lentamente el flujo se torna más y más consciente. Entonces, cualquier cosa que estés haciendo permanece en la superficie; en lo más hondo el río sigue fluyendo. Incluso en el mercado, rodeados de todo tipo de agitación, estas en absoluto silencio. Hasta cuando alguien te insulta, te ofende o trata de provocarte, en lo más hondo reina la calma; algo permanece impasible. Aun cuando hay mil y una distracciones, en el centro nada se distrae. Pero esa meditación no la puede conseguir la mente; solo la puede permitir el corazón.

DESPUÉS DEL SALTO


viernes, 29 de mayo de 2015

CAMINA ALERTA


NO LE RINDAS PLEITESÍA A NADIE


Pequeña guía para no idealizar a tu pareja y que el amor se pose sobre la tierra.

4. NO LE RINDAS PLEITESÍA A NADIE

Dar refuerzos, festejar los éxitos de la persona que amas o expresar afecto libremente es agradable y mantiene activa tu condición humana. Entregar amor al prójimo parece ser placentero en sí mismo; sin embargo, todo hace pensar que cuando estamos en pareja, este «altruismo emocional» requiere de retroalimentación para que funcione bien. Nuestra mente busca reciprocidad en la persona amada. Esta correspondencia no debe ser milimétrica y puntillosa, pero sí debe existir en tanto el corazón y el cuerpo la demandan. No se trata de egoísmo, sino de necesidad y expectativas: si damos sexo, esperamos sexo; y si somos fieles, esperamos fidelidad. «Amor con amor se paga», dice el refrán, y no hay nada mercantilista en ello; simplemente no queremos estar con alguien narcisista o indiferente que nos mire por encima del hombro o que se «olvide» de amarnos.

miércoles, 27 de mayo de 2015

UNA SENTENCIA ECUÁNIME


Aunque extensa, esta historia, publicada en Semillas de Vida, procura algunas interesantes reflexiones. 

Ante un tribunal norteamericano, se presenta una pareja con sus respectivos abogados dado que están en trámites de divorcio. El abogado de la mujer reclama para ella el 50% de la venta de la casa, así como una pensión de por vida por la cantidad de 500 dólares que, según enumera, será para cubrir los gastos de electricidad, teléfono, y una pequeña lista de gastos mensuales. 

El abogado del esposo protesta, alegando que el hombre no tiene ninguna obligación hacia su mujer ya que los hijos son mayores de edad, están casados y ella bien puede ir a trabajar y mantenerse por sí misma; y además que ella nunca contribuyó a la manutención de esa casa, ni aportó ningún dinero para la compra de la misma. 

El juez escucha ambas partes y se queda indeciso por un momento leyendo los documentos. De pronto, escucha a la mujer llorando y le dice:

EL AMOR ES UNA SEMILLA


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