7.- El ser es lo que vale
El hombre se afana en descubrir a Dios, pero no se afana en descubrirse a sí mismo. ¿Cómo es ese hombre que busca a Dios?.
Si no te conoces a ti mismo no podrás conocer a nadie. Tú te moverás como un autómata. Si provienes de una familia que se deprimía, tú seguirás deprimiéndote. Si tu familia ha sido agresiva, tú tomarás la agresividad como lo más corriente.
En otras culturas, cuando un hombre decide morir, elige al hijo mayor para que sea el que tenga el privilegio de tirar de la cuerda para ahorcarse, y los amigos y parientes celebran ese ahorcamiento con un banquete. Pues esto es una clase de programación como otra cualquiera. No son mejores a las que nosotros tenemos. Si las cosas que consideras «malas» no las haces porque te programaron para no hacerlo, ¿Qué mérito tienes?.
El sentido de culpabilidad y el miedo que te han metido en el cuerpo, son la causa de que evites hacer las cosas que consideras «malas». Actúas como un robot programado. Si no te paras, bien despierto, cada vez que vayas a decidir una cosa, a sopesar la realidad y las consecuencias que puedan sobrevenir de lo que vas a hacer, ¿Cómo vas a ser responsable de lo que decidas?.