Cuando sabes cómo relacionarte -incluso cómo relacionarte con las cosas—, toda tu vida cambia.
Cuando te pones los zapatos, puedes relacionaros con ellos de una forma muy amistosa, o puedes mostrar indiferencia, e incluso hostilidad. Nada será diferente para el zapato, pero mucho lo será para ti.
No pierdas ninguna oportunidad de estar lleno de amor. Hasta al ponerte los zapatos se cariñoso. Esos momentos de plenitud de amor te serán de utilidad. Relacionate con las cosas como si fueran personas. La gente hace exactamente lo opuesto: se relaciona con las personas como si fueran cosas. Un marido se convierte en una cosa, una esposa se convierte en una cosa, una madre se convierte en una cosa.