El Mulá Nasrudín, como todos saben, proviene de un país donde la fruta es fruta, la carne es carne y el curry es algo que jamás se come.
Un día, a poco de descender de las altas montañas del Kafiristán, marchaba cansadamente por un polvoriento camino de la India, cuando una intensa sed se apoderó de él. Pronto – se dijo – debo encontrar algún sitio donde obtener buena fruta.
Apenas estas palabras se formaron en su mente dobló un recodo del camino y vio a un hombre de aspecto bondadoso, sentado a la sombra de un árbol, con una canasta frente a él.