domingo, 30 de noviembre de 2014

ANTE LA LEY


Ante la Ley hay un guardián. Hasta ese guardián llega un campesino y le ruega que le permita entrar a la Ley. Pero el guardián responde que en ese momento no le puede franquear el acceso. El hombre reflexiona y luego pregunta si es que podrá entrar más tarde.

-Es posible -dice el guardián-, pero ahora, no.

Las puertas de la Ley están abiertas, como siempre, y el guardián se ha hecho a un lado, de modo que el hombre se inclina para atisbar el interior. Cuando el guardián lo advierte, ríe y dice:

-Si tanto te atrae, intenta entrar a pesar de mi prohibición. Pero recuerda esto: yo soy poderoso. Y yo soy sólo el último de los guardianes. De sala en sala irás encontrando guardianes cada vez más poderosos. Ni siquiera yo puedo soportar la sola vista del tercero.

sábado, 29 de noviembre de 2014

VAGABUNDEAR POR EL MUNDO DEL DESEO


No vagabundear por el mundo del deseo es otra forma de describir una soledad fresca y encajada. Vagabundear por el mundo del deseo implica buscar alternativas, buscar algo que nos reconforte: alimento, bebida, gente. La palabra deseo indica una cualidad de adicción: es nuestra forma de aferramos a algo porque queremos tenerlo todo bajo control.

LA NIÑA Y EL ACRÓBATA


Era una niña de ojos grandes como lunas, con la sonrisa suave del amanecer. Huérfana siempre desde que ella recordara, se había asociado a un acróbata con el que recorría, de aquí para allá, los pueblos hospitalarios de la India. Ambos se habían especializado en un número circense que consistía en que la niña trepaba por un largo palo que el hombre sostenía sobre sus hombros. La prueba no estaba ni mucho menos exenta de riesgos.

Por eso, el hombre le indicó a la niña:

--Amiguita, para evitar que pueda ocurrirnos un accidente, lo mejor será que, mientras hacemos nuestro número, yo me ocupe de lo que tú estás haciendo y tú de lo que estoy haciendo yo.

viernes, 28 de noviembre de 2014

USTED ESTÁ EN EL DHAMMA


COMPARTIRLO TODO, INCLUSO ALGO DIFÍCIL


Si ninguno de los dos habéis tenido éxito en la práctica, el viernes será el momento para escucharos profundamente y hablaras con afecto. El que se ha enojado tiene derecho a decir lo que guarda en su corazón. Si es tu pareja la que se ha enfadado, limítate a escucharla, porque has hecho la promesa de escuchar sin reaccionar. Haces todo lo posible por practicar el escuchar compasivamente, no con el propósito de juzgar, criticar o analizar, sino sólo para ayudar a la otra persona a decir lo que piensa y para aliviar su sufrimiento.

Cuando compartes tu sufrimiento, tienes derecho a decir lo que guardas en el corazón, en realidad es tu deber hacerlo, porque la otra persona tiene derecho a saberlo todo, ya que os habéis hecho una promesa.
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