viernes, 7 de noviembre de 2014

EL CARÁCTER TRANSITIVO DEL AMOR


El carácter transitivo del amor: «Tu alegría me alegra y tu dolor me duele»

Es el cara acara de cualquier relación normal. No únicamente compartes sexo, hijos, deudas o amigos, también intercambias estados de ánimo. Este flujo de ida y vuelta garantiza el equilibrio emocional y por eso es importante mantenerlo vivo y despierto: no sólo te comunicas verbalmente, tu cuerpo habla y transmite lo que sientes en cada gesto y cada postura. El asunto se complica cuando uno de los dos miembros de la pareja muestra, al menos, uno de los siguientes impedimentos: a) incapacidad de descifrar lo que el otro siente (analfabetismo emocional), y/o b) indiferencia, apatía o desgana ante los sentimientos del otro (indolencia amorosa).

jueves, 6 de noviembre de 2014

ES ARRIESGADO


Es arriesgado. No sabes hasta dónde puedes llegar con lo nuevo. Lo viejo es conocido, familiar; has vivido con ello desde hace mucho tiempo, estás familiarizado con ello. Lo nuevo no te resulta familiar. Puede ser un amigo o un enemigo, ¿quién sabe? ¡Y no hay forma de saberlo! La única forma de saberlo es permitirlo, por eso surge el temor, el miedo.

Tampoco puedes seguir rechazándolo, porque lo viejo sigue sin darte lo que buscas.

VOLVER PARA AYUDAR


Hasta que no os veáis el viernes, haz la práctica de observar profundamente para identificar cuánto has colaborado en el conflicto. No eches toda la culpa a la otra persona, reconoce en primer lugar que la principal causa de tu sufrimiento es la semilla de la ira que hay en ti, y que la otra persona es sólo una causa secundaria.

Cuando empieces a comprender el papel que has desempeñado en el conflicto, te sentirás más aliviado. Como sabes respirar conscientemente, abrazar la ira que sientes y liberar tu energía negativa, después de haberlo practicado durante quince minutos te sentirás ya mucho mejor.

Pero la otra persona puede que siga viviendo en un infierno, puede estar sufriendo mucho.
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