Has de protegerte a ti y a tus seres queridos practicando el riego selectivo. Dices: «Cariño, si de veras te preocupas por mí, si de veras me amas, te ruego que no riegues cada día las semillas negativas que hay en mí, porque de lo contrario seré muy infeliz, y si lo soy, también te haré infeliz a ti. Te pido por favor que no riegues las semillas de la ira, la intolerancia, la irritación o la desesperanza que hay en mí. Y yo te prometo no regar esas mismas semillas que hay en ti. Sé que tú también tienes semillas negativas, y tendré mucho cuidado en no regarlas, porque sé que si lo hago, serás muy infeliz.
Y entonces yo también sufriré. Te prometo regar sólo las semillas positivas que hay en ti: las semillas del amor, la compasión y la comprensión».
En Plum Village llamamos a esta práctica el riego selectivo.