Aproximándose el año 2050, el Señor bajó a la Tierra y así le habló a Noé:
—Dentro de seis meses haré llover cuarenta días y cuarenta noches, hasta que todo tu país sea cubierto por las aguas y los malvados sean destruidos. Sólo voy a salvarte a ti, a tu familia y a una pareja de cada especie animal viviente en tu tierra. Te ordeno construir un arca y ocuparte de reunir a los animales para que en seis meses estén todos aquí, en este mismo lugar, listos para embarcar.
—Pero, Señor... —intentó argumentar Noé, un humilde carpintero de provincia.