Decimos al ser amado:
«Cariño, en el pasado nos hemos hecho sufrir mucho porque ninguno de los dos sabía manejar la ira que sentía. Ahora hemos de planear una estrategia para ocupamos de ella».
El Dharma elimina el ardor de la ira y la fiebre del sufrimiento. Es una sabiduría que aporta alegría y paz aquí y ahora. Nuestra estrategia para alcanzar la paz y la reconciliación debe basarse en él.