lunes, 26 de agosto de 2013

LA ESENCIA DEL TAOÍSMO EN 4 FASES


¿Qué me puedes decir del taoísmo?

*

Vasto tema.

El Taoísmo no es una filosofía sino una experiencia.

La obtienes en cuatro fases:


1.- Los juicios, las preferencias, los opuestos, dominan tu mente.

Tu comprensión del Todo se fragmenta, pierdes la unidad.


2.- Te das cuenta de las separaciones,no las juzgas como buenas o malas,

son complementarias, su valor depende de cómo las empleas.


3.- Ves que no hay separación entre lo que existe. El tú se hace nosotros.

El tiempo es sólo presente. El aquí es el cosmos.


4.- Reconoces que nada existe, que todo es un sueño.

Te ubicas en tu centro y dejas pasar el río de ilusiones.

EL VERDADERO BUSCADOR


LIBERTAD CONCEPTO ¿TEÓRICO O PRÁCTICO?


Nadie puede hacer Todo lo que Quiere, debemos aceptar con resignación que la libertad absoluta no existe.

A partir de aquí, nos encontramos con tres alternativas:

a) Sostener que una libertad con limitaciones no es tal y que, por lo tanto, el concepto de libertad es una ficción inexistente. b) Admitir que la libertad absoluta no existe, pero que una libertad relativa, limitada, condicionada, no deja de ser libertad. c) O salir al encuentro de una nueva posibilidad.

Quisiera olvidar la primera alternativa lo antes posible, porque me cuesta admitir que la libertad sea una ficción. Sin embargo, es cierto que concibo la libertad deseada como un hecho binario, se es libre o no se lo es.

No me parece razonable sostener la existencia de una “casi libertad”. ¿Será así, como una tecla de luz: sí o no? ¿O será como la mayoría de la gente sostiene, que la libertad es un tema de grados? Es decir, que se puede ser más libre, más libre, más libre... y menos libre, menos libre, menos libre... ¿Cuatro grados de libertad, seis, ocho, veinticinco...? ¿Será un asunto de más y de menos, como un potenciómetro? ¿Se puede ser libre a medias?

Si no encontráramos otra salida, deberíamos contemplar la posibilidad de estar hablando de una de esas virtudes teologales teóricamente claras pero inalcanzables en la práctica.

Carlitos tiene catorce años y es el nuevo cadete, además de ser el sobrino predilecto de don Alberto, 
dueño y presidente del directorio de la gran empresa metalúrgica.
A las nueve de la mañana, mientras toma un café con leche en la oficina principal, Carlitos le dice al 
ejecutivo:
—Tío, viste que estoy yendo al colegio a la noche; bueno, hoy tuvimos clase de lógica y la profe explicó el 
concepto de teoría y práctica, pero yo me hice un lío bárbaro y al final no entendí nada. Ella dijo que si no 
entendíamos lo pensáramos sobre un ejemplo y a mí no se me ocurre nada. ¿Me darías un ejemplo para que 
yo lo entienda?
—Sí, Carlitos... A ver... Andá a la cocina y decile a María, la cocinera, que te diga la verdad, decile que 
hay un cliente de la empresa que se quiere acostar con ella y que nos ofrece cien mil dólares por una noche, 
preguntale si ella se acostaría con el cliente a cambio de diez mil dólares...
—Pero tío...
—Andá, hijo, andá.
El chico hace la pregunta y la cocinera, una bonita morocha de unos cuarenta largos, le dice:
—¡¡¡Diez mil dólares!!! Y... mirá, la situación está tan difícil, mi marido trabaja tanto y los gastos son 
enormes. Así que... Sí, seguro que lo haría. Pero sólo para ayudarlo a él, ¿eh?
El chico vuelve y le cuenta a su tío con sorpresa:
—Dijo que sí, tío, la cocinera dijo que sí.
—Bueno, ahora andate hasta la recepción y hablá con la rubia de minifalda y pedile que te diga la verdad; contale que hay una fiesta para dos clientes del exterior que pagarían cien mil dólares si les conseguimos una 
rubia como ella por una noche, preguntale si se iría a la cama con los dos por un cheque de diez mil.
—Pero tío, si Maribel tiene novio...
—Preguntale igual.
Al rato el chico vuelve asombrado.
—Tío Alberto... dijo que sí...
—Muy bien, hijo... prestá atención: En “teoría” estamos en condiciones de hacernos de doscientos mil 
dólares. Sin embargo, en la “práctica” lo único que tenemos son dos putas trabajando en la empresa.

O bien la Libertad, así con mayúscula, es un mito teórico y en la práctica no existe, o bien la libertad 
existe pero limitada a ciertas condiciones. El problema está en que si definimos las limitaciones de esa libertad, 
otra vez aterrizamos en el punto indeseado: que la libertad no existe.
Y si la libertad no existiera, no existiría la autonomía.
Y si la autonomía no existiera, no existiría la autodependencia.
Y si la autodependencia no existiera, y sabiendo que la independencia tampoco existe, no nos quedaría 
otra posibilidad que la dependencia...
Y entonces, entre otras cosas, habríamos llegado hasta aquí inútilmente.

¡¡Me niego!!

Del libro:
El Camino de la Auto-Dependencia
Jorge Bucay

domingo, 25 de agosto de 2013

ACCEDE AL PODER DEL AHORA


Las dimensiones intemporales están acompañadas por otro tipo de conocimiento, un conocimiento que no «mata» el espíritu que habita en cada criatura y en cada cosa. Un conocimiento que no destruye la sacralidad y el misterio de la vida, sino que muestra un profundo amor y reverencia por todo lo que es. Un conocimiento del que la mente no sabe nada.

ROMPE LA VIEJA ESTRUCTURA de resistencia al momento presente, de negación del presente. Convierte en práctica el hecho de retirar la atención que prestas al pasado y al futuro cuando no sean necesarios. Sal de la dimensión temporal lo más posible en tu vida cotidiana.

Si te resulta difícil entrar directamente en el ahora, comienza observando tu habitual tendencia mental a escapar de él. Observarás que el futuro suele imaginarse como mejor o peor que el presente. Si el futuro imaginario es mejor, te da esperanza o expectativas placenteras. Si es peor, crea ansiedad. Ambas son ilusorias.

La autoobservación permite la entrada automática de más presencia en tu vida. En el momento de darte cuenta de que no estás presente, estás presente. En cuanto eres capaz de observar tu mente, ya no estás atrapado en ella. Ha entrado en juego otro factor que no es mental: la presencia del testigo.

Mantente presente como observador de tu mente, de tus pensamientos y emociones, así como de tus reacciones a las diversas situaciones. Interésate al menos tanto por tus reacciones como por la situación o persona que te hace reaccionar.

Nota también cuántas veces tu atención se va al pasado o al futuro. No juzgues ni analices lo que observas.

Contempla el pensamiento, siente la emoción, observa la reacción. No las conviertas en un problema personal.

Entonces sentirás algo más poderoso que cualquiera de las cosas observadas: la presencia misma, serena y observante, que está detrás de tus contenidos mentales; el observador silencioso.

Se necesita una intensa presencia cuando ciertas situaciones provocan una reacción muy cargada de emoción, como cuando tu autoimagen se ve amenazada, cuando te topas con un desafío existencial que te da miedo, cuando las cosas «van mal» o surge un complejo emocional del pasado. En todos estos casos, tiendes a volverte «inconsciente». La reacción o la emoción se apodera de ti: te «conviertes» en ella. Eres el actor que la representa. Te justificas, acusas al otro, atacas, te defiendes..., pero no eres tú: es una pauta reactiva, es la mente en su modalidad habitual de supervivencia.

La identificación con la mente da a ésta más energía; la observación de la mente le quita fuerzas. La identificación con la mente crea más tiempo; la observación de la mente te abre a las dimensiones intemporales. La energía retirada de la mente se convierte en presencia. Si puedes sentir lo que significa estar presente, resulta mucho más fácil elegir salir de la dimensión temporal —cuando no necesitas el tiempo por motivos prácticos— y entrar profundamente en el ahora.

Esto no reduce tu capacidad de usar el tiempo —pasado o futuro— cuando tienes que referirte a él por alguna causa concreta. Tampoco reduce tu capacidad de usar tu mente; de hecho, la aumenta.

Cuando utilices la mente, ésta será más aguda, estará más enfocada.
El principal foco de atención de la persona iluminada está siempre en el ahora, aunque sigue manteniendo una conciencia periférica del tiempo. En otras palabras: continúa usando el tiempo del reloj, pero es libre del tiempo psicológico

Del libro:

PRACTICANDO EL PODER DEL AHORA
Enseñanzas, Meditaciones y Ejercicios Esenciales
Eckhart Tolle

HIBERNACIÓN


A veces eres frío, a veces no. Pero no crees un problema de ello. Cuando te sientas de ese modo, sed consecuente, y no te sientas culpable por ello.

No hay necesidad de ser cálidos las veinticuatro horas. Eso sería agotador. Uno también necesita descansar. 

Cuando eres frío, la energía se mueve hacia dentro; cuando eres cálido, la energía va hacia fuera. Por supuesto que otras personas querrían que siempre fueras cálido, porque solo en ese caso tu energía se mueve hacia ellas. Cuando eres fríos, tu energía no se mueve hacia ellas, de modo que se sienten ofendidas. No se sienten bien, de manera que te dirán que eres reservado. Pero eres tú quien lo decide. 

En esos momentos hibernas, te retraes al interior de tu ser. Son los momentos de meditación. Así que esta es mi sugerencia: cuando te sientas reservado, cierra las puertas de las relaciones y aléjate de la gente. Cuando te sientas reservado, ve a casa a meditar. Ese es el momento adecuado para hacerlo. Con la energía moviéndose hacia el interior, puedes ir sobre ella hasta el núcleo de tu ser. Te aportará interioridad, y muy fácilmente. No habrá lucha. Simplemente puedes seguir la corriente. Y cuando te sientas más cálido, muévete hacia el exterior. Olvídate de la meditación. Se cariñoso. Utiliza ambas cosas y que no te preocupe.

Del libro:
DÍA A DÍA
Osho
Día 168
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