lunes, 22 de julio de 2013

FRACASAR ES APRENDER


Dices: “Haré esto, haré aquello, pero después de los estudios, después de la hipoteca, después de los hijos, cuando me jubile…” Vivimos esperando: es un error.

Buscamos excusas para no hacer cosas nuevas. Si propones hacer algo nuevo, te dicen: “Esto no va a funcionar, ¡ni lo intentes!”. Si lo haces y no funciona: “¡Ya te lo dije!” Y si funciona, te dicen: “Has tenido suerte”. En otros sitios, si fracasas se considera que has acumulado experiencia, y si triunfas se te aplaude como a un héroe.

PRESENTE EN TU VIDA COTIDIANA


En tu vida cotidiana puedes practicar esto tomando cualquier actividad rutinaria, que habitualmente sólo es un medio para un fin, y darle toda tu atención para que se convierta en un fin en sí misma.

Por ejemplo, cada vez que subas o bajes las escaleras en tu casa o en tu puesto de trabajo, presta mucha atención a cada escalón, a cada movimiento, incluso a tu respiración. Mantente totalmente presente.

O cuando te laves las manos, presta atención a todas las percepciones sensoriales asociadas con esa actividad: el sonido y la sensación del agua, el movimiento de tus manos, el aroma del jabón, etc.

O cuando entres en tu coche, después de cerrar la puerta, detente durante unos segundos y observa el flujo de tu respiración. Toma conciencia de una silenciosa pero intensa sensación de presencia.

Hay un criterio que te permite medir el éxito logrado en esta práctica: el grado de paz que sientas en tu interior.

El paso más vital en tu camino hacia la iluminación es éste: aprende a no identificarte con tu mente. Cada vez que creas una apertura en el flujo mental, la luz de tu conciencia se fortalece.

Puede que un día te sorprendas sonriendo a la voz que suena en tu cabeza como sonreirías a las travesuras de un niño. Esto significa que has dejado de tomarte el contenido de tu mente tan en serio, y que tu sentido de identidad ya no depende de él.

Del libro:
PRACTICANDO EL PODER DEL AHORA
Enseñanzas, Meditaciones y Ejercicios Esenciales
Eckhart Tolle

domingo, 21 de julio de 2013

LA CLAVE DE LA LIBERACIÓN


QUE NO SE VAYA


NO DESECHAR LO APRENDIDO


No hay que desechar lo aprendido por no estar conformes hoy con la situación vinculada a ese aprendizaje. Por ejemplo, si adquiriste tu capacidad de convencer a otros cuando eras vendedor, y hoy no trabajás como vendedor, la capacidad adquirida la podés usar para otras cosas que hoy te interesen, más allá de ser o no vendedor. Por ejemplo, para conseguir que tus alumnos comprendan mejor el difícil punto de la materia que estás explicando.

Es increíble cómo muchas personas reniegan de algunos recursos que tienen porque están enojadas con el tiempo, la circunstancia o el lugar donde los aprendieron. Simplemente no quieren utilizarlos. Si aprendieron a jugar al tenis con Fulana, y ahora están peleados con Fulana, entonces no juegan más al tenis.

¡¡¡Qué ridículo!!!

En cuanto a las parejas ocurre lo mismo. Pirulo se separa en una situación conflictiva, entonces resulta que todo lo que aprendió y consiguió en esa relación de pareja ahora lo abandona, quiere deshacerse de ello como si por haberlo aprendido en esa situación ahora ya no le pudiera servir. Estas personas no se dan cuenta que los recursos internos son justamente eso, internos, y por ende, le pertenecen a cada uno.

Del libro:
El Camino de la Auto-Dependencia
Jorge Bucay

¿POR QUÉ TE PREOCUPAS TANTO?


sábado, 20 de julio de 2013

QUEREMOS CONVERTIRNOS EN ADULTOS Y TAMBIÉN QUEDARNOS NIÑOS



Voy a contar una anécdota mía: Siendo un padre posesivo, le dije a mi hija: “¿Cuándo vas a crecer?”

-Ella me respondió: “¡Cuando tú disminuyas!”

Nuestros padres nos dicen: “Sé tú mismo, decide lo que quieres, logra realizarte”, pero con su exagerada protección nos culpabilizan diciéndonos subliminalmente: “Si eres tú mismo nos eliminas; si decides lo que quieres, nos desobedeces; si te realizas nos sobrepasas, nos destruyes, vivimos para ti, ¿qué va a ser de nosotros si te alejas? Si piensas distinto de nosotros, nos traicionas. Si logras hacer lo que nosotros no pudimos hacer, nos revelas nuestro fracaso, sumiéndonos en el sufrimiento. Si te realizas sexualmente, dejas de ser nuestro niño querido y te conviertes en un vulgar adulto, pierdes nuestro amor”

Todo esto provoca en nosotros una culpabilidad que nos conduce a la neurosis de fracaso. Debemos liberarnos de la amarra infantil hacia nuestros padres.

Alejandro Jodorowsky

SUBIDAS Y BAJADAS


EVEN ESNLER


NADIE ES OBJETIVO


Mi profesión consiste en ofrecer ayuda a otros a partir de haber leído algunas cosas que ellos no han leído ni experimentado. Esto es en realidad lo único que hago, ayudar a que te cures, a que crezcas, a que madures, a que te mires. Esto no es ni mucho ni poco, no lo digo con vanidad ni con modestia, lo digo porque de verdad creo que es así.

A partir de esto que digo, a veces se me pregunta si puede considerarse terapéutico hablar sobre los problemas de uno con un amigo.

Yo creo que sí. Estoy seguro de que una charla con un buen amigo puede ser muy terapéutica. En todo caso, lo triste es pensar que a veces alguien pueda llegar a un consultorio terapéutico porque no tiene amigos.

¿Quiere decir que los terapeutas no hacen falta?

No, en muchos casos, el lugar del psicoterapeuta no puede ser reemplazado por un amigo, así como los amigos cumplen funciones que no pueden ser reemplazadas por un terapeuta.

Y esta especificidad no tiene nada que ver con la supuesta objetividad del terapeuta, nadie es objetivo. No se engañen ni se dejen engañar. Para tener una visión objetiva tendríamos que ser un objeto. Si uno es un sujeto está condenado a dar solamente su propia visión subjetiva.

Por lo tanto, lo que un terapeuta, un ayudador, un psicólogo o un analista pueden dar es una mirada subjetiva desde el lugar de terapeutas, y éste es un lugar diseñado en función del paciente para que él aprenda a ayudarse o a curarse a sí mismo.

Más que esto, me parece que nadie puede hacer.

Así fue como el hecho de poder escuchar el fastidio ajeno y registrar mi propia incomodidad me condujo a un lugar confortable de acompañarme a mí mismo. Lo poco académica que suena la palabra ayudador es justa-mente el punto: tiene mucho que ver conmigo y con mi manera poco académica de pensar estas cosas.

Para hacer lo que hoy hago, el haber estudiado medicina o el ser psiquiatra es casi un hecho accidental.

Ciertas cosas que yo aprendí estudiando medicina y algunas de las que aprendí siendo psiquiatra me han servido de mucho, y otras no tanto. Muchas cosas las aprendí caminando por la calle, vendiendo medias en una estación de tren, estudiando teatro o disfrazándome de payaso para los chicos internados en el Instituto del Quemado.

En el camino profesional aprendí (como todos) más de mis pacientes que de mis colegas.

Aprendí a no desechar ninguna posibilidad de explorar mi interior, menos aún la que me brindaron los infinitos espejos de las miradas de los demás.

Es decir, creo que cualquiera de nosotros debería poner al servicio de lo que hace todo lo que tiene, y de eso se trata este tramo del camino. De poner a disposición todos los recursos con los que cada uno cuenta.

Si es un recurso mío haber sido médico alguna vez, me parece que debería utilizar este recurso; si es un recurso mío haber estudiado teatro algún día para poder hacer esta cosa histriónica de contar un cuento, sería bueno que yo lo usara; si es un recurso mío haber viajado por algunas provincias del interior, haber hecho campamento o haber vivido en algún momento en un kibutz, seguramente es bueno para mí utilizar estos recursos para poder transmitir lo que he aprendido.

Del libro:
El Camino de la Auto-Dependencia
Jorge Bucay

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...