viernes, 15 de marzo de 2013

APEGO A LAS MANIFESTACIONES DE AFECTO


Tipos de apego afectivo más comunes observados en su práctica clínica. 

a) apego a la seguridad/protección, (ya publicado en post anterior)
b) a la estabilidad/confiabilidad,  (ya publicado en post anterior)
c) alas manifestaciones de afecto, 
d) a las manifestaciones de admiración y 
e) al bienestar/placer de toda buena relación (por ejemplo, sexo, mimos, tranquilidad y compañerismo).


3.- La baja autoestima y el apego a las manifestaciones de afecto

En este tipo de apego, aunque indirectamente también se busca estabilidad, el objetivo principal no es evitar el abandono sino sentirse amado. Incluso muchas personas son capaces de aceptar serenamente la separación, si la causa no está relacionado con el desamor: "Prefiero una separación con amor, a un matrimonio sin afecto".

No obstante, una cosa es que nos guste recibir amor y otra muy distinta quedar adherido a las manifestaciones de afecto. Estar pendiente de cuanto cariño nos prodigan para verificar qué tan queribles somos, es agotador tanto para el dador como para el receptor.

Si una persona no se quiere a sí misma, proyectará ese sentimiento y pensará que nadie podrá quererla. El amor se refracta siempre en lo que somos. El miedo al desamor (carencia afectiva) rápidamente se transforma en necesidad de ser amado. Cuando alguien se aproxima afectivamente, los sujetos con baja autoestima se sorprenden y dudan seriamente de las intenciones del candidato. Como si dijeran: "Si se fijó en mí, algo malo debe tener". Paradójicamente, la conquista puede no ser tan fácil, ya que un nuevo temor desplaza momentáneamente al anterior: miedo a sufrir. Desamor y desengaño anticipado se mezclan creando la sensación de estar atrapado entre dos males posibles. Un nuevo conflicto nace: necesito amor, pero le temo. Pese a todo, si el aspirante es perseverante y bastante convincente a la hora de mostrar sus buenas intenciones, la entrega se produce.

A partir del preciso instante en que se acepta la propuesta y la relación se hace efectiva, el apego se dispara en toda su inmensidad. En un santiamén, la adicción al nuevo amor queda configurada y establecida con fuerza de ley: "¡Al fin alguien se ha dignado amarme". Lo que sigue es una vida de pareja donde el cariño, la ternura y otras manifestaciones de afecto serán vistas por el apegado como señales de que el amor aún está presente. Un termómetro para detectar "qué tanto cotizo". Si la expresión de afecto disminuye por cualquier razón intrascendente, el individuo adicto puede volcarse desesperadamente a recuperar "el amor perdido", como si la relación estuviera a punto de desbaratarse. Si por el contrario el intercambio afectivo es fluido y consistente, el adicto obtendrá su consumo personal y todo volverá a la calma.
Uno de los indicadores erróneos de cotización afectiva más utilizado por la gente apegada es la deseabilidad sexual. La aseveración: "Si soy deseable, soy querible", ha hecho que más de una persona se entregue al mejor postor, buscando obtener amor. La necesidad de amor puede confundirse con lo sexual, pero no es lo mismo. Los hombres podemos desear y no sentir afecto, las mujeres pueden amar y no desear al ser amado, y viceversa en cada caso. El sexo no está hecho para tasar valores afectivos, sino para consumirlos.

Las personas con baja autoimagen, que se consideran poco atractivas o feas, pueden aferrarse muy fácilmente a quienes se sientan atraídos por ellas. A veces este apego funciona como un acto de agradecimiento: "Gracias por tu mal gusto". No obstante, pese a la terrible discriminación física que acontece en el mundo civilizado, he visto parejas de individuos muy poco agraciados (al menos de acuerdo al patrón tradicional de belleza), que se gustan y degustan mutuamente como un manjar de dioses. En ciertas ocasiones, compartir complejos puede crear mucha más adicción que compartir virtudes; al menos en el primer caso la competencia no cabe.

RESUMEN:
Déficit Baja autoestima ("No soy querible")
Miedo Al desamor (carencia afectiva).
Apego A las manifestaciones de afecto/deseabilidad

Del libro:
AMAR O DEPENDER
Walter Riso

jueves, 14 de marzo de 2013

APEGO A LA ESTABILIDAD/CONFIABILIDAD


Tipos de apego afectivo más comunes observados en su práctica clínica. 

a) apego a la seguridad/protección, (ya publicado en post anterior)
b) a la estabilidad/confiabilidad, 
c) alas manifestaciones de afecto, 
d) a las manifestaciones de admiración y 
e) al bienestar/placer de toda buena relación (por ejemplo, sexo, mimos, tranquilidad y compañerismo).

2.- El miedo al abandono y el apego a la estabilidad/confiabilidad

Todos esperamos que nuestra pareja sea relativamente estable e incuestionablemente fiel. De hecho, la mayoría de las personas no soportarían una relación fluctuante y poco confiable, y no sólo por principios sino por salud mental. Por donde se mire, una relación incierta es insostenible y angustiante. Anhelar una vida de pareja estable no implica apego, pero volverse obsesivo ante la posibilidad de una ruptura, si.

En ciertos individuos la búsqueda de estabilidad está asociada a un profundo temor al abandono y a una hipersensibilidad al rechazo afectivo. La confiabilidad se convierte, para ellos, en una necesidad compulsiva para soliviar el miedo anticipatorio a la carencia. No importa que la esposa sea mala amante, pésima ama de casa, regular mamá o poco tierna: "Pero es confiable, sé que jamás me abandonará". El marido puede ser frío, mujeriego, agresivo y mal padre, pero si es un hombre "estable", constante, predecible y perseverante en la relación, queda eximido de toda culpa: "NO importa lo que haga, me da la garantía de que siempre estará conmigo". Lo determinante es que se haga presencia (obviamente si hay algo de amor mejor, pero no es una condición imprescindible).

La historia afectiva de estas personas está marcada por despechos, infidelidades, rechazos, pérdidas o renuncias amorosas que no han podido ser procesadas adecuadamente. Más allá de cualquier argumento, lo primordial para el apego a la estabilidad/confiabilidad es impedir otra deserción afectiva: "Prefiero un mal matrimonio, a una buena separación". El problema no es de autoestima sino de susceptibilidad al desprendimiento. El objetivo es mantener la unión afectiva a cualquier costo y que la historia no vuelva a repetirse.

RESUMEN:
Déficit Vulnerabilidad a la ruptura afectiva ("No soportaría que mi relación fracasara")
Miedo Al abandono 
Apego A las señales de confiabilidad/permanencia

Del libro:
AMAR O DEPENDER
Walter Riso

¿QUÉ PUEDO HACER CON LAS DROGAS?


miércoles, 13 de marzo de 2013

EN BUSCA DE....


APEGO A LA SEGURIDAD/PROTECCIÓN


De acuerdo con la historia persona afectiva, la educación recibida, los valores inculcados y las deficiencias específicas, cada cual elige su fuente de apego o cada apego lo elige a uno. 

Walter Riso presenta una la lista en la cual aparecen los tipos de apego afectivo más comunes observados en su práctica clínica. Algunos están mediados por esquemas maladaptativos y otros, por simple gusto o placer. 

Una persona puede apegarse a uno, varios o, si está muy de malas, a todos. Los apegos del menú son los siguientes: 

a) apego a la seguridad/protección, 
b) a la estabilidad/confiabilidad, 
c) alas manifestaciones de afecto, 
d) a las manifestaciones de admiración y 
e) al bienestar/placer de toda buena relación (por ejemplo, sexo, mimos, tranquilidad y compañerismo).

Revisemos lo que dice sobre el primer punto:


I.- La vulnerabilidad al daño y el apego a la seguridad /protección

El esquema principal es la baja autoeficiencia: "No soy capaz de hacerme cargo de mí mismo". Estas personas necesitan de alguien más fuerte, psicológicamente hablando, que se haga responsable de ellas. La idea que las mueve es obtener la cantidad necesaria de seguridad/protección para enfrentar una realidad percibida como demasiado amenazante.

Este tipo de apego es de los más resistentes porque el sujeto lo experimenta como si fuera una cuestión de vida o muerte. Aquí no se busca amor, ternura o sexo, sino supervivencia en estado puro. Lo que persigue no es activación placentera y euforia, sino calma y sosiego. El asunto no es taquicardia, sino de bradicardia; reposo y alivio: "Estoy a salvo".

El origen de este apego parece estar en la sobreprotección parental durante la niñez y en la creencia aprendida de que el mundo es peligroso y hostil. El resultado de esta funesta combinación ("No soy capaz de ver por mí mismo" y "El mundo es terriblemente amenazante") hace que la persona se perciba a sí misma como indefensa, desamparada y solitaria. El destino final es altamente predecible: no autonomía, no libertad y, claro está dependencia.

Como dije anteriormente, la seguridad obtenida no siempre es evidente. Las señales de protección pueden ser muy sutiles y aparentemente sin sentido, pero útiles y significativas para la persona. No importa qué tan fría sea la relación, a veces la sola presencia de la pareja produce sensación de estar a buen resguardo. Estar con ella o con él, compartir el mismo espacio, respirar el mismo aire, dormir en la misma cama, mirar la misma televisión, cuidar los mismos hijos o vivir la misma vida es suficiente para sentirse acompañado, es decir, "no solo". No se necesita que la pareja sea una especie de karateca quinto Dan o un integrante de Los Magníficos; conque esté ahí, visible y bajo el mismo techo, el adicto y su necesidad quedan satisfechas.

RESUMEN:
Déficit 
Baja autoeficacia 
("No soy capaz de bastarme a mí mismo")
Miedo 
Al desamparo y la desprotección 
Apego 
A la fuente de seguridad interpersonal

Del libro:
AMAR O DEPENDER
Walter Riso
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