miércoles, 6 de marzo de 2013

JUSTIFICANDO EL APEGO


Para que haya apego debe haber algo que lo justifique: o evitamos el dolor o mantenemos la satisfacción. Nadie se aferra al sufrimiento por el sufrimiento mismo. Ni siquiera los masoquistas se apegan al dolor, sino al deleite de sentirlo. El asceta busca iluminación; el monje flagelante, redención; el suicida, remedio. En cada caso, el placer y/o el sentido de seguridad psicológica se entremezcla hasta crear una especie de "superdroga", altamente sensible a la adicción. Esta explosiva mezcla no siempre se hace evidente; puede aparecer inocentemente como bienestar, tranquilidad, diversión, engrandecimiento del ego, confianza, compañía, soporte o simple presencia física. Si pensamos un momento cómo funciona el apego afectivo en cada uno de nosotros, veremos que la "supersustancia" (placer/bienestar más seguridad/protección) siempre está presente, porque es el motivo del apego. Sin ella, no hay dependencia.

Del libro:
AMAR O DEPENDER
Walter Riso

ABRIR UN SENDERO


Cuando se ha producido un progreso, asegúrate de revivirlo una y otra vez. Siéntate en silencio, recuerdalo; no lo recuerdas, revivelo.

Una vez más empieza a sentir lo mismo. Deja que las vibraciones te rodeen. Penetra en ese mismo espacio y permite que suceda, de manera que, poco a poco, se convierta en algo muy natural para ti. Te vuelves tan capaz de traerlo que puedes hacerlo en cualquier momento. Acontecen muchas percepciones valiosas, pero requieren una continuidad. De lo contrario se convierten en recuerdos, pierdes contacto con ellas y ya no eres capaz de entrar en el mismo mundo. Poco a poco, un día empiezas a descreer de ellas. Puede que pienses que fueron un sueño o una hipnosis o algún truco de la mente. De ese modo la humanidad ha perdido muchas experiencias hermosas. Todo el mundo encuentra algunos espacios hermosos algún día de su vida. Pero jamás intentamos abrir un sendero para que se vuelvan algo natural... igual que cuando comes a diario, te bañas o te vas a dormir, para que al cerrar los ojos puedas estar allí.

Del libro:
DÍA A DÍA
OSHO
Día 102

martes, 5 de marzo de 2013

BUSCADOR




EL ÚNICO DEBER


Una cosa que uno debería retener siempre, y ese es el único deber, es ser feliz.

Convierte el ser feliz en una religión. Si no eres feliz, entonces, sin importar lo que hagas, algo debe estar mal y se requiere un cambio drástico. Deja que decida la felicidad. Soy un hedonista. Y la felicidad es el único criterio que tiene el hombre. No hay otro. La felicidad te da la pista de que las cosas van bien. La infelicidad te indica que las cosas van mal; en alguna parte se necesita un gran cambio.

Del libro:
DÍA A DÍA
OSHO
Día 101
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...