viernes, 23 de noviembre de 2012

RELACIÓN PADRE HIJO


LOCA LOCURA


Al intelecto demasiado recto la oscura locura lo cura.
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Nuestro inconsciente, al ser visto desde la razón, aparece como un monumental loco.
Solo transitando por el camino de la sana locura se llega a la salud mental.
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 Cada loco persigue con su red para cazar mariposas a la verdad, mientras la belleza lo persigue.
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 Psico-proverbio: A veces la lógica es una cárcel: mientras el sabio busca el puente, el loco atraviesa el río a nado.
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Alejandro Jodorowsky

UN MÉTODO PARA DESPERTAR

En primer lugar deja a un lado todos los asuntos y preocupaciones; no recuerdes o rememores nada, sea bueno o malo, mundano o trascendental. No te dejes llevar por los pensamientos. No te apegues al cuerpo o a la mente, déjalos en libertad.

Cuando la mente es como un trozo de madera o una piedra, cuando no intentas explicar nada y la mente no se dirige a ningún lugar, es como si la base de la mente se convirtiera en el espacio, en el cual el sol de la sabiduría aparece de modo natural. Es como si las nubes dejaran un claro y apareciera el Sol.

Pon fin a los vínculos que te encadenan, a los sentimientos de codicia, odio, apego, confusión o pureza, acaba con ellos. Mantente imperturbable ante los deseos internos y a las influencias externas, sin permitir que la percepción y la cognición sean un obstáculo, sin dejarte confundir por nada, dotado de modo natural con todas las virtudes y el inconcebible uso de las capacidades espirituales, esto es ser alguien libre.

Cuando tu mente está más allá de la agitación o la serenidad en presencia de cuanto la rodea, sin concentrarse ni distraerse, percibiendo cualquier sonido o forma sin apego u obstrucción, a esto se llama ser un caminante.

No caer en la dualidad de lo bueno o lo malo, lo correcto o lo incorrecto, no aferrarse a nada ni rechazar nada, se llama ser miembro de la gran caravana.

No estar esclavizado por lo bueno o lo malo, la vacuidad o la existencia, la confusión o la pureza, el esfuerzo o el desinterés, la mundanidad o la trascendencia, la virtud o el conocimiento, se llama sabiduría iluminada.

Una vez la afirmación y la negación, el deseo y la aversión, la aprobación y la  desaprobación y toda la diversidad de opiniones y sentimientos cesan de surgir y no consiguen atarte, serás libre, dondequiera que estés. Serás un bodisatva (en el camino del Buda) en el momento de la inspiración, cuando asciende al estado de la Budeidad.

Pai-chang
Las Enseñanzas del Zen

CONFUSIÓN

Desprendete de tus ideas fijas. Entonces podrás disfrutar más de la confusión. Y no te confundirá... será un caos creativo. Un hombre necesita un caos creativo en el corazón para dar nacimiento a danzantes estrellas. No hay, otra manera.

Si tienes ideas fijas, la vida te va a crear mucha confusión, porque la vida jamás cree en tus ideas. No deja de revolver las cosas. Interfiere con la gente. Hace trucos. No es como el salón en el que arreglas los muebles y todo sigue siendo igual. La vida no es un salón. Es un fenómeno muy salvaje. 

Y Dios es muy caótico. No es un ingeniero o un arquitecto, un científico o un matemático. Es un soñador, y en un mundo de sueños, todo está revuelto. 

Tu novio de pronto se convierte en un caballo... En un sueño, nunca discutes ni preguntas: «¿Qué ha pasado? ¡Hace apenas un momento eras mi novio y ahora te has transformado en un caballo!». En un sueño, aceptas. Ni siquiera surge la más mínima sospecha sobre lo que sucede, porque en un sueño no llevas tu idea. 

Pero despiertos te sería imposible ver que tu novio se está transformando en un caballo. ¡Y los novios se convierten muchas veces en caballos! La cara puede que siga siendo la misma, pero la energía es diferente. Entonces te sientes confusos. 

Realmente nunca me he encontrado con una persona confusa. Más bien, me encuentro con gente que tiene ideas fijas. Cuanto más fija la idea, más confusión habrá. 

Si no quieres estar confuso, desprenderte de la idea. No es que la confusión vaya a cambiar, pero no parecerá una confusión. Se trata simplemente de la vida, que está viva.

OSHO
Día a Día
Día 46

jueves, 22 de noviembre de 2012

LA IN-DEPENDENCIA

Abandonar TODA dependencia.

Ésta no es ninguna originalidad, todos los colegas, maestros, gurúes y filósofos del mundo hablan de sto. El problema es: ¿Hacia dónde abandonarla?

Los colegas han encontrado una solución, la INTERdependencia. En la interdependencia yo dependo de vos y vos dependes de mí.

Esta solución es, como mínimo, desagradable. Y de máxima, una elección del mal menor, una especie de terapia de sustitución. No me gusta cómo “soluciona” la interdependencia. Puede ser más sana o más enfermiza, pero de todos modos es un premio consuelo, porque equivale a pensar que si bien yo dependo de vos, como vos también dependes de mí, no hay problema porque estamos juntos.

Siempre digo que los matrimonios del mundo se dividen en dos grandes grupos: aquellos donde ambos integrantes quieren haber sido elegidos una vez y para siempre, y aquellos a los que nos gusta ser elegidos todos los días, estar en una relación de pareja donde el otro siga sintiendo que te vuelve a elegir. No por las mismas razones, pero te vuelve a elegir.

La interdependencia parece generar lazos indisolubles que se sostienen porque dependo y dependes, y no desde la elección actualizada de cada uno. Porque los interdependientes son dependientes; y cuando uno depende, ya no elige más...

Así que, aparentemente, sólo queda una posibilidad:
La INdependencia.

JORGE BUCAY
El Camino de la Autodependencia.

LA LIBERACIÓN EN CUALQUIER LUGAR

No persigas a Buda, ni las enseñanzas, ni una comunidad. No persigas virtud, conocimiento, comprensión intelectual o cosas similares. Cuando ceses de abrigar sentimientos de confusión o de pureza, no te aferres a ese no buscar ni consideres que es lo correcto. No mores en ese punto final, ni ansíes alcanzar los cielos o sientas temor por los infiernos. 

Cuando la esclavitud o la libertad dejan de importarte, esto se llama la liberación de la mente y del cuerpo en cualquier lugar.

Pai-chang
Las Enseñanzas del Zen

EL HOGAR


A menos que encontremos nuestro verdadero hogar, debemos seguir viajando. Y lo más sorprendente es que el verdadero hogar no está tan lejos.

Hacemos muchos hogares y nunca observamos el verdadero hogar. Los hogares que hacemos son todos arbitrarios, todos son castillos en la arena o palacios alzados con naipes: simples juguetes con los que divertirnos. No son hogares de verdad, porque la muerte los destruye a todos. La definición del hogar de verdad es aquel que es eterno. Solo dios es eterno; todo lo demás es temporal. 

El cuerpo es temporal, la mente es temporal; el dinero, el poder, el prestigio... todo es temporal. No alcéis vuestro hogar en estas cosas. No estoy en contra de ellas. Utilizadlas, pero recordad que únicamente son una posada; son buenas para pasar la noche, pero por la mañana debemos irnos. 

A menos que encontremos nuestro verdadero hogar, debemos seguir viajando. Y lo más sorprendente es que el verdadero hogar no está tan lejos. No dejamos de pasarlo por alto porque está muy cerca; ni siquiera está cerca, se encuentra dentro de nosotros mismos. Buscadlo dentro. 

Aquellos que lo han hecho siempre lo han encontrado.

OSHO
Día a Día
Día 45

miércoles, 21 de noviembre de 2012

NO A LA DEPENDENCIA

Cuando la búsqueda de tu mirada se transforma en dependencia, el amor se transforma en una lucha por el poder. Caemos en la tentación de ponernos al "ser-vicio" del otro, de manipular un poco su lástima, de darle bronca y hasta de amenazarlo con el abandono, con el maltrato o con nuestro propio sufrimiento...

Volveremos a hablar de este tema cuando lleguemos a El camino del encuentro, pero me parece importante dejar escrito aquí que, sin importar la gravedad de este cuadro, sucede con él lo mismo que con las restantes adicciones:

Tomando como única condición el deseo sincero de superar la adicción, la codependencia se trata y se cura.

La propuesta es:

Abandonar TODA dependencia

JORGE BUCAY
El Camino de la Autodependencia

LA MEJORA PERSONAL

La mejora personal es un camino al infierno. Todos los esfuerzos por hacer algo de ti mismo, algo parecido a un ideal, van a crear cada vez más locura. Los ideales son los cimientos de toda locura, y la humanidad entera está neurótica debido a demasiados ideales.

Los animales no están neuróticos porque carecen de ideales. Los árboles no están neuróticos porque no tienen ningún ideal. No intentan convertirse en otro. Simplemente disfrutan de lo que son. 

Así que tú eres tú. Pero en alguna parte de tu interior quieres convertirte en Buda o en Jesús, y entonces completas un círculo que será interminable. Tienes que ver la cuestión: tú eres tú. Y la totalidad, o existencia, quiere que seas tú. Por ese motivo la existencia te ha creado, de lo contrario habría creado a un modelo mejor. Quería que estuvieras aquí en este momento. No quería que Jesús estuviera aquí en lugar de ti. Y la existencia sabe más. El todo siempre sabe más que la parte. 

Así que acéptalo. Si puedes aceptarlo, habrás aprendido el mayor secreto de la vida, y entonces todo encaja. Se tú. No hay necesidad de erguirte más; no hay necesidad de que tengas una altura diferente de la que ya tienes. No hay necesidad de tener otra cara. Simplemente se como eres, y al aceptarte desde lo más hondo, el florecimiento tiene lugar y pasas a convertirte cada vez más en ti. 

En cuanto abandonas la idea de convertirte en otra persona, desaparece la tensión. De pronto toda la tensión se desvanece. Estas aquí, luminosos, en este momento. Y no hay otra cosa que hacer que celebrar y disfrutar.

OSHO 
Día a Día
Día 44

martes, 20 de noviembre de 2012

SUFRIENDO COMO SI HUBIERAN DEJADO DE QUERERTE


Dice Antonio Porchia en su libro Voces:

“Han dejado de engañarte, no de quererte, y sufres como si hubiesen dejado de quererte”.

Claro, a todos nos gustaría evitar la odiosa frustración de no ser queridos. A veces, para lograrlo, nos volvemos neuróticamente manipuladores: Manejo la situación para poder engañarme y creer que me seguís queriendo, que seguís siendo mi punto de apoyo, mi bastón.

Y empiezo a descender. Me voy metiendo en un pozo cada vez más oscuro buscando la iluminación del encuentro.

El primer peldaño es intentar transformarme en una necesidad para vos.

Me vuelvo tu proveedor selectivo: te doy todo lo que quieras, trato de complacerte, me pongo a tu disposición para cualquier cosa que necesites, intento que dependas de mí. Trato de generar una relación adictiva, reemplazo mi deseo de ser querido por el de ser necesitado. Porque ser necesitado se parece tanto a veces a ser querido... Si me necesitás, me llamás, me pedís, me delegás tus cosas y hasta puedo creer que me estás queriendo.

Pero a veces, a pesar de todo lo que hago para que me necesites, vos no parecés necesitarme. ¿Qué hago? Bajo un escalón más.

Intento que me tengas lástima...

Porque la lástima también se parece un poco a ser querido...

Así, si me hago la víctima (Yo que te quiero tanto... y vos que no me querés...), quizás...

Este camino se transita demasiado frecuentemente. De hecho, de alguna manera todos hemos pasado por este jueguito. Quizá no tan insistentemente como para dar lástima, pero quién no dijo:

“¡Cómo me hacés esto a mí!”

“Yo no esperaba esto de vos, estoy tan defraudado... estoy tan dolorido...”

“No me importa si vos no me querés... yo sí te quiero”.

Pero la bajada continúa...

¿Y si no consigo que te apiades de mí? ¿Qué hago? ¿Soporto tu indiferencia?... 
¡Jamás!

Si llegué hasta aquí, por lo menos voy a tratar de conseguir que me odies.

A veces uno se saltea alguna etapa... baja dos escalones al mismo tiempo y salta de la búsqueda de volverse necesario directamente al odio, sin solución de continuidad. Porque, en verdad, lo que no soporta es la indiferencia.

Y sucede que uno se topa con gente mala, tan mala que...¡ni siquiera quiere odiarnos! Qué malas personas, ¿verdad?

Quiero que aunque sea me odies y no lo consigo.

Entonces... Estoy casi en el fondo del pozo. ¿Qué hago?

Dado que dependo de vos y de tu mirada, haría cualquier cosa para no tener que soportar tu indiferencia.

Y muchas veces bajo el último peldaño para poder tenerte pendiente:

Trato de que me tengas miedo.

Miedo de lo que puedo llegar a hacer o hacerme (fantaseando dejarte culpable y pensándome...)

Podríamos imaginar a Glenn Close diciéndole a Michael Douglas en la película “Atracción fatal”:

—Si no pude conseguir sentirme querida ni necesitada, si te negaste a tenerme lástima y ocuparte de mí por piedad, si ni siquiera conseguí que me odies, ahora vas a tener que notar mi presencia, quieras o no, porque a partir de ahora voy a tratar de que me temas.

JORGE BUCAY
El Camino de la Autodependencia
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