jueves, 4 de octubre de 2012

MENTE ABURRIDA


La mente existe en un estado de «nunca tener suficiente», por lo que siempre ambiciona más. Cuando te identificas con la mente, te aburres y te inquietas fácilmente. El aburrimiento significa que la mente tiene hambre de nuevos estímulos, de más alimento para el pensamiento, y que su hambre no está siendo satisfecha. 

Cuando estás aburrido, puedes satisfacer el «hambre mental» leyendo una revista, haciendo una llamada telefónica, poniendo la tele, navegando en Internet, yéndote de compras o —y esto es bastante común— transfiriendo al cuerpo la sensación mental de carencia y la necesidad de querer siempre algo más, y satisfaciéndolas brevemente ingiriendo más comida. 

O puedes sentirte aburrido e inquieto y observar la sensación de estar aburrido e inquieto. A medida que vayas dándote cuenta de estas sensaciones, empezará a surgir algún espacio y quietud en torno a ellas Al principio sólo habrá un poco, pero, conforme crezca la sensación de espacio interno, el aburrimiento empezará a disminuir en intensidad y significado. De modo que incluso el aburrimiento te puede enseñar quién eres y quién no eres. 

Descubres que ser «una persona aburrida» no es tu identidad esencial. El aburrimiento, simplemente, es un movimiento interno de la energía condicionada. Tampoco eres una persona enfadada, triste o temerosa. El aburrimiento, el enfado, la tristeza o el miedo no son «tuyos», no son personales. Son estados de la mente humana. Vienen y van. 

Nada de lo que viene y va eres tú. «Estoy aburrido»; ¿quién sabe esto? «Estoy enfadado, triste, atemorizado»; ¿quién lo sabe? Tú eres el conocimiento, no el estado conocido. 

Los prejuicios de todo tipo implican que te estas identificado con la mente pensante. Significan que ya no ves al otro ser humano, sino únicamente tu propio concepto de ese ser humano. Reducir la riqueza de vida de otro ser humano a un concepto es en sí mismo, una forma de violencia.

ECKHART TOLLE
El Silencio Habla

miércoles, 3 de octubre de 2012

EL MECANISMO


EL PLACER DE PENSAR


En estos tiempos se habla continuamente de crisis, no sólo económica, sino también política, religiosa, educacional, etc. Como si llevaran un elefante sobre sus espaldas los ciudadanos tratan de encontrar la calma en actividades idiotizantes o auto-destructivas. Pueda este cuento sernos útil:

En aquel reino los asuntos iban de mal en peor. El dinero, en un proceso irreversible, como cadáver que se corrompe, devaluábase sin que solución alguna pudiera hacer resucitar su antiguo poder. Como si fueran conejos, los súbditos se multiplicaban llenando de hijos miserables el suelo agotado. El hambre aumentaba a la par que el descontento, y crecía la violencia. Las autoridades, incapaces de ayudar al pueblo -¿en esos momentos de naufragio, quién iba ayudar a otra cosa que a su propio bolsillo?- , aumentaban las fuerzas represivas, lo que ayudaba a convertir al reino en una caldera con paredes que tenían que ser engrosadas continuamente para que pudieran retener la explosión de un vapor de agua en continuo crecimiento… El Monarca, para solucionar los problemas del presente y retardar el inevitable y catastrófico futuro, trabajaba sin cesar. Llegaba rendido a su lecho y trataba de dormir con la esperanza de lograr un sueño reparador. ¡En vano! Cada madrugada, su pequeño hijo, a quien adoraba más que al sol, se levantaba y comenzaba a jugar dando esos cristalinos gritos con que las gargantas infantiles saludan el placer de un nuevo día. La reina, una devota mujer, comprendiendo cuan esencial era el descanso para su marido, interrumpía la alharaca del príncipe con susurros exagerados: “¡Por favor, mi niño, cállate!”. 

El rey se despertaba e inmediatamente la atroz realidad caía en su mente impidiéndole seguir durmiendo. Su mujer le dijo: “¡Perdóneme, señor, pero no logro hacerlo callar!”. El rey sonrió con amarga bondad: “¡Señora, en este reino donde todo es quejas y miseria, los gritos de felicidad no me perturban sino que me hacen descansar cual si fueran música. En cambio la voz de usted, tan llena de preocupación y severidad, me despierta porque no corresponde a la maravillosa alegría de un mundo que viene saliendo de la noche y entra al baño de luz del nuevo día como si la mañana fuera un bautizo!”… La reina dejó de preocuparse, el niño jugó cuanto quiso y el rey pudo dormir a pierna suelta.

La energía natural hay que encauzarla y no reprimirla.

LA MEDITACIÓN

La meditación es un proceso de librarse de todo el pasado, de librarse de todas las enfermedades, de librarse de todo el pus que se ha acumulado en ti. Es doloroso, pero es una limpieza, y no hay otra manera de limpiarte. Walking in Zen, Sitting in Zen, cap. 14. 

Todas las meditaciones no son más que estratagemas para purificar tu ser interno. Toda la ciencia de la religión tiende hacia un objetivo: cómo purificar el ser interno del hombre, cómo soltar el pasado, la carga, lo muerto, lo embotado, cómo volver al hombre más sensible. Cuanto más profunda sea la sensibilidad, más profundamente entramos en la existencia. Y Dios es el centro mismo de la existencia. A no ser que entremos en nuestro propio centro no existe ninguna posibilidad de entrar en contacto con la fuente de toda la vida . Let Go!, cap. 6 

Lo primero que se necesita es una catarsis. La catarsis saca todo lo malo que hay dentro de ti, todo lo reprimido. Expulsas todas tus represiones, las liberas. Pero hay que añadir muchas cosas nuevas a los métodos tradicionales, como el hatha yoga -¡han pasado dos mil años desde que se creó!-, y esta catarsis, en mi opinión, es lo más importante que hay que añadir. Para Occidente, hay que crear muchas cosas nuevas, hay que concebir y probar muchas cosas nuevas. Yo mismo estoy probando muchas cosas. The Etemal Quest, cap. 4.

SUFRIMIENTOS INÚTILES

Nombrar y etiquetar son procesos habituales, pero esos hábitos pueden romperse. Empieza a practicar en pequeños hechos el hábito de «no nombrar». Si pierdes el avión, si dejas caer y rompes una taza, o si te resbalas y caes en un charco, ¿puedes contenerte y no llamar mala o dolorosa a esa experiencia? ¿Puedes aceptar inmediatamente que ese momento es como es? 

Considerar que algo es malo produce una contracción emocional en ti. Cuando dejas que la situación sea, sin nombrarla, de repente dispones de una enorme energía. 

La contracción corta tu conexión con ese poder el poder de la vida misma. 

Comieron el fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal. 

Ve más allá del bien y del mal absteniéndote de etiquetar mentalmente las cosas, de considerarlas buenas o malas. Cuando vas más allá del hábito de nombrar, el poder del universo se mueve a través de ti. Cuando mantienes una relación no reactiva con las experiencias, muchas veces lo que antes hubieras llamado «malo» dará un giro rápido, cuando no inmediato, mediante el poder de la vida misma. 

Observa qué ocurre cuando, en lugar de considerar «mala» una experiencia, la aceptas interna-mente, le das un «sí» interno, dejándola ser como es. 

Sea cual sea tu situación existencial, ¿cómo te sentirías sí la aceptases completamente como es, ahora mismo? 

Hay muchas formas de sufrimiento sutiles y no tan sutiles que consideramos «normales», y que generalmente no reconocemos que nos hacen sufrir, e incluso pueden ser satisfactorias para el ego: irritación, impaciencia, ira, tener un problema con algo o alguien, resentimiento, queja. 

Puedes aprender a reconocer todas esas formas de sufrimiento cuando se presentan, y reconocer: «En este momento estoy creando sufrimiento para mí mismo.» 

Si tienes el hábito de crearte sufrimiento, probablemente también harás sufrir a otros. Estos patrones mentales inconscientes tienden a llegar a su fin por el simple hecho de hacerlos conscientes, dándote cuenta de ellos a medida que ocurren. 

No puedes ser consciente y crearte sufrimiento a ti mismo. 

Éste es el milagro: detrás de cada estado, persona o situación que parece «malo» o «malvado» se esconde un bien mayor. Ese bien mayor se te revela -tanto dentro como fuera- mediante la aceptación interna de lo que es. 

«No te resistas al mal» es una de las más altas verdades de la humanidad. 

Un diálogo: Acepta lo que es. 

Estas molesto y enfadado. Entonces acepta lo que es. 

¿Aceptar que estoy molesto y enfadado? ¿Acepto, que no puedo aceptarlo? 

Sí. Lleva aceptación a tu no-aceptación. Lleva rendición a tu no-rendición. A continuación observa qué ocurre. 

El dolor físico es uno de los profesores más severos que podemos tener. Su enseñanza es: «La resistencia es inútil

ECKHART TOLLE
El Silencio Habla

martes, 2 de octubre de 2012

CONCIENCIA


RE-DEFINICIÓN DE LA PALABRA COMPRENSIÓN


PALABRAS


En estos tiempos se habla continuamente de crisis, no sólo económica, sino también política, religiosa, educacional, etc. Como si llevaran un elefante sobre sus espaldas los ciudadanos tratan de encontrar la calma en actividades idiotizantes o auto-destructivas. Pueda este cuento sernos útil:

En aquel reino los asuntos iban de mal en peor. El dinero, en un proceso irreversible, como cadáver que se corrompe, devaluábase sin que solución alguna pudiera hacer resucitar su antiguo poder. Como si fueran conejos, los súbditos se multiplicaban llenando de hijos miserables el suelo agotado. El hambre aumentaba a la par que el descontento, y crecía la violencia. Las autoridadaes, incapaces de ayudar al pueblo -¿en esos momentos de naufragio, quién iba ayudar a otra cosa que a su propio bolsillo?- , aumentaban las fuerzas represivas, lo que ayudaba a convertir al reino en una caldera con paredes que tenían que ser engrosadas continuamente para que pudieran retener la explosión de un vapor de agua en continuo crecimiento… 

El Monarca, para solucionar los problemas del presente y retardar el inevitable y catastrófico futuro, trabajaba sin cesar. Llegaba rendido a su lecho y trataba de dormir con la esperanza de lograr un sueño reparador. ¡En vano! Cada madrugada, su pequeño hijo, a quien adoraba más que al sol, se levantaba y comenzaba a jugar dando esos cristalinos gritos con que las gargantas infantiles saludan el placer de un nuevo día. La reina, una devota mujer, comprendiendo cuan esencial era el descanso para su marido, interrumpía la alharaca del príncipe con susurros exagerados: “¡Por favor, mi niño, cállate!”. El rey se despertaba e inmediatamente la atroz realidad caía en su mente impidiéndole seguir durmiendo. Su mujer le dijo: “¡Perdóneme, señor, pero no logro hacerlo callar!”. El rey sonrió con amarga bondad: “¡Señora, en este reino donde todo es quejas y miseria, los gritos de felicidad no me perturban sino que me hacen descansar cual si fueran música. En cambio la voz de usted, tan llena de preocupación y severidad, me despierta porque no corresponde a la maravillosa alegría de un mundo que viene saliendo de la noche y entra al baño de luz del nuevo día como si la mañana fuera un bautizo!”… La reina dejó de preocuparse, el niño jugó cuanto quiso y el rey pudo dormir a pierna suelta.

La energía natural hay que encauzarla y no reprimirla.

lunes, 1 de octubre de 2012

UN RELATO SOBRE AMOR

Se trata de dos hermosos jóvenes que se pusieron de novios cuando ella tenía trece y él dieciocho. Vivían en un pueblito de leñadores situado al lado de una montaña. Él era alto, esbelto y musculoso, dado que había aprendido a ser leñador desde la infancia. Ella era rubia, de pelo muy largo, tanto que le llegaba hasta la cintura; tenía los ojos celestes, hermosos y maravillosos..

La historia cuenta que habían noviado con la complicidad de todo el pueblo. Hasta que un día, cuando ella tuvo dieciocho y él veintitrés, el pueblo entero se puso de acuerdo para ayudar a que ambos se casaran.
Les regalaron una cabaña, con una parcela de árboles para que él pudiera trabajar como leñador. Después de casarse se fueron a vivir allí para la alegría de todos, de ellos, de su familia y del pueblo, que tanto había ayudado en esa relación.
Y vivieron allí durante todos los días de un invierno, un verano, una primavera y un otoño, disfrutando mucho de estar juntos. Cuando el día del primer aniversario se acercaba, ella sintió que debía hacer algo para demostrarle a él su profundo amor. Pensó hacerle un regalo que significara esto. Un hacha nueva relacionaría todo con el trabajo; un pulóver tejido tampoco la convencía, pues ya le había tejido pulóveres en otras oportunidades; una comida no era suficiente agasajo…
Decidió bajar al pueblo para ver qué podía encontrar allí y empezó a caminar por las calles. Sin embargo, por mucho que caminara no encontraba nada que fuera tan importante y que ella pudiera comprar con las monedas que, semanas antes, había ido guardando de los vueltos de las compras pensando que se acercaba la fecha del aniversario.
Al pasar por una joyería, la única del pueblo, vio una hermosa cadena de oro expuesta en la vidriera. Entonces recordó que había un solo objeto material que él adoraba verdaderamente, que él consideraba valioso. Se trataba de un reloj de oro que su abuelo le había regalado antes de morir. Desde chico, él guardaba ese reloj en un estuche de gamuza, que dejaba siempre al lado de su cama. Todas las noches abría la mesita de luz, sacaba del sobre de gamuza aquel reloj, lo lustraba, le daba un poquito de cuerda, se quedaba escuchándolo hasta que la cuerda se terminaba, lo volvía a lustrar, lo acariciaba un rato y lo guardaba nuevamente en el estuche.
Ella pensó:
- “Que maravilloso regalo sería esta cadena de oro para aquel reloj.”
Entró a preguntar cuánto valía y, ante la respuesta, una angustia la tomó por sorpresa. Era mucho más dinero del que ella había imaginado, mucho más de lo que ella había podido juntar. Hubiera tenido que esperar tres aniversarios más para poder comprárselo. Pero ella no podía esperar tanto.
Salió del pueblo un poco triste, pensando qué hacer para conseguir el dinero necesario para esto. Entonces pensó en trabajar, pero no sabía cómo; y pensó y pensó, hasta que, al pasar por la única peluquería del pueblo, se encontró con un cartel que decía:
- “Se compra pelo natural”.
Y como ella tenía ese pelo rubio, que no se había cortado desde que tenía diez años, no tardó en entrar a preguntar.
El dinero que le ofrecían alcanzaba para comprar la cadena de oro y todavía sobraba para una caja donde guardar la cadena y el reloj. No dudó. Le dijo a la peluquera:
- Si dentro de tres días regreso para venderle mi pelo, ¿usted me lo compraría?
- Seguro – fue la respuesta.
- Entonces en tres días estaré aquí.
Regresó a la joyería, dejó reservada la cadena y volvió a su casa. No dijo nada.
El día del aniversario, ellos dos se abrazaron un poquito más fuerte que de costumbre. Luego, él se fue a trabajar y ella bajó al pueblo.
Se hizo cortar el pelo bien corto y, luego de tomar el dinero, se dirigió a la joyería. Compró allí la cadena de oro y la caja de madera. Cuando llegó a su casa, cocinó y esperó que se hiciera la tarde, momento en que él solía regresar.
A diferencia de otras veces, que iluminaba la casa cuando él llegaba, esta vez ella bajó las luces, puso sólo dos velas y se colocó un pañuelo en la cabeza. Porque él también amaba su pelo y ella no quería que él se diera cuenta de que se lo había cortado. Ya habría tiempo después para explicárselo.

Él llegó. Se abrazaron muy fuerte y se dijeron lo mucho que se querían. Entonces, ella sacó de debajo de la mesa la caja de madera que contenía la cadena de oro para el reloj. Y él fue hasta el ropero y extrajo de allí una caja muy grande que le había traído mientras ella no estaba. La caja contenía dos enormes peinetones que él había comprado… vendiendo el reloj de oro del abuelo.

Si ustedes creen que el amor es sacrificio, por favor, no se olviden de esta historia. El amor no está en nosotros para sacrificarse por el otro, sino para disfrutar de su existencia.

Jorge Bucay
Tomado del Blog de Joan

CICLO DE LA VIDA


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