Hay varios métodos sencillos para cuidar de tus emociones fuertes. Uno de ellos es «la respiración abdominal», que consiste en respirar con el abdomen. Cuando quedamos atrapados en una emoción fuerte, como el miedo o la ira, hacemos la práctica de dirigir la atención al abdomen, porque quedarse al nivel del intelecto es peligroso. Las emociones fuertes son como una tormenta, y permanecer en medio de ella es muy arriesgado. Sin embargo, la mayoría lo hacemos al quedarnos fijos en la mente dejando que los sentimientos nos aneguen. En lugar de ello, hemos de intentar enraizamos llevando la atención hacia abajo. Nos centramos en el abdomen y practicamos la respiración consciente, fijándonos sólo en cómo el estómago sube y baja. Podemos hacer esta práctica sentados o tendidos.
Cuando observas un árbol en medio de una tormenta, ves que la punta es muy inestable y vulnerable. El viento puede romper las ramas más pequeñas en cualquier momento. Pero cuando observas el tronco del árbol, te da una sensación completamente distinta.