martes, 26 de febrero de 2013
EL ROPERO O EL ESPACIO EXTERIOR
Para algunos de nosotros, nuestro propio armario ropero puede ser un territorio desconocido, mientras que para otros lo será el espacio exterior. Las cosas que a mí me dan miedo y esperanza serán diferentes de las que producen eso a ti. Mi tía llega a su límite personal cuando muevo una lámpara de su salón; mi amiga lo pierde completamente cuando tiene que trasladarse a un nuevo apartamento; mi vecino tiene miedo a las alturas.
Realmente no importa mucho lo que nos haga llegar al límite, la cuestión es que antes o después es algo que nos ocurre a todos.
Del libro
CUANDO TODO SE DERRUMBA
Pema Chödron
PENSAMIENTO MÁGICO DEL ENAMORADO NO REALISTA
Las personas que han creado el esquema mental de la permanencia se sorprenden cuando algo anda mal en su pareja, las toma por sorpresa y en contravía: “Jamás pensé que esto me pasara a mí”, “Creí que yo nunca me separaría”, “Me parece imposible”, “No lo puedo creer” o “No estaba preparado para esto”.
Acepto que cuando alguien se casa no debe hacerlo pensando en la separación; sería absurdo ser tan pesimista. Pero una cosa es el optimismo moderado y otra el pensamiento mágico. El realismo afectivo implica no confundir posibilidades con probabilidades. Una persona realista podría argumentar algo así: “Hay muy pocas probabilidades de que mi relación se dañe, remotas si se quiere, pero la posibilidad siempre existe. Estaré vigilante”.
Una persona ingenua se dejará llevar por la idea romántica de que ciertos amores son invulnerables e inalterables. La aterrizada puede ser mortal.
Del libro:
AMAR O DEPENDER
Walter Riso
lunes, 25 de febrero de 2013
HACIENDO EL AMOR
El amor es algo que hay que atesorar, degustar muy despacio, para que fluya profundamente a tu ser y se convierta en una experiencia que te posea de tal manera que dejes de existir. No es que estés haciendo el amor:.. eres el amor.
El amor puede convertirse en una energía superior a tu alrededor. Puede trascender a los dos, de modo que ambos estén perdidos en él. Pero para eso tendrás que esperar. Deja que la energía se acumule y acontezca por su propia cuenta. Poco a poco, cobrarás conciencia cuando llegue el momento. Empezaras a ver los síntomas y entonces no habrá dificultad.
Si no surge el momento de hacer el amor naturalmente, entonces espera; no hay prisa. La mente occidental tiene demasiada prisa... incluso mientras está haciendo el amor. Es algo que hay que hacer y terminar. Esa es una actitud completamente equivocada.
No puedes manipular el amor. Sucede cuando sucede. Si no acontece, no hay nada de qué preocuparse. No lo conviertas en un viaje del ego. Eso también está en la mente occidental; el hombre piensa que, de algún modo, debe conseguirlo. Si no, no es lo bastante hombre. Eso es una estupidez y una necedad.
El amor es algo trascendental. No puedes dirigirlo. Nadie ha podido dirigirlo jamás, y quienes lo han intentado se han perdido toda su belleza. Entonces, como mucho, se convierte en una liberación sexual, pero todos los reinos sutiles y más profundos permanecen intactos.
Del libro:
DÍA A DÍA
OSHO
Día 97
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