viernes, 6 de mayo de 2022
INVESTIGAR LA NATURALEZA DE LOS FENÓMENOS
Parece que se me ha dado una mente muy activa, y el fenómeno del éxito personal es muy grande ahora mismo. Acaba de publicarse mi nuevo trabajo y estoy recibiendo muchos elogios y atenciones.
Gangaji:
Si investigas girando la atención de la mente activa hacia sí misma, ¿qué descubres? Los elogios y la adoración vienen y van, tal como el odio y el ataque lo hacen. Si pones tu atención en la corriente de dicha que está dentro de ti, ella revelará un río de dicha, que fluirá naturalmente hacia el océano de dicha.
Ese océano de dicha se eleva hacia los cielos de dicha. El cielo del Ser eterno es verdad. Tanto si la vida te presenta rosas como si te presenta cenizas, el cielo del Ser eterno es la verdad. Es posible que te gusten las rosas y que detestes las cenizas, pero la atención a la verdad revela una quietud que está más allá de lo que nos gusta o nos disgusta.
Cuando prestas atención a la verdad, estás reconociendo lo que ningún fenómeno ha tocado nunca —la verdad de ti—; ni a los fenómenos de odio ni a los fenómenos de amor: sólo estás prestando atención a la verdad. Ella es permanente. Los fenómenos son impermanentes. Conoces esta distinción esencial a partir de tu experiencia cotidiana. Esto no es esotérico. Es muy concreto. Las cosas vienen y van. Los pensamientos vienen y van. Las emociones vienen y van. Las respuestas de la gente vienen y van. Tu actitud con respecto a ti mismo viene y va.
Bueno, malo, arriba, abajo, excitado, aplanado... todo esto viene y va. La verdad sigue estando presente, viva, disponible, dichosa. Presta atención a la verdad, los fenómenos sólo son idas y venidas. No únicamente son simplemente idas y venidas, en realidad son vehículos para una realización más profunda de la verdad.
Entonces, ¿la verdad no se encuentra también en los fenómenos? ¿No son uno y lo mismo?
Gangaji:
No puedes decir eso hasta haber tenido la experiencia de que los fenómenos no son nada. De otro modo estarás usando un concepto espiritual para justificar el seguimiento de los fenómenos y te preguntarás por qué sigues sufriendo. ¡Olvídate de eso! Uno ya es demasiados. Lo mismo es ridículo. Ni siquiera tiene sentido. Ve lo que es inamovible.
El uso de la verdad espiritual para servir a la comprensión del ego es un truco de la mente y a veces adquiere tonos trágicos.
Olvida cualquier concepto de que todo es uno, porque, si lo recuerdas, lo estarás usando como una justificación para seguir los fenómenos, y esa es la trampa.
Olvídate de todo y en ese instante verás lo que es impermanente. Presta atención a eso. Ríndele la mente.
Entonces ella no puede estar ocupada. El ajetreo mental viene de atender a los fenómenos. En una mente serena, la realización más profunda ocurre de manera natural porque ya está allí. Al observar los fenómenos, pasas por alto lo que ya tienes, que es lo que, de hecho, esperas que los fenómenos te den.
Éste es un corte despiadado, sin sentimientos. El deseo de hacerlo es la razón por la que la gente se retira tradicionalmente del mundo de los fenómenos y vive la vida de unsadhu, de un recluso o de un monje. Pero el mundo fenoménico que debes abandonar es el de tu propia mente. Retírate, al menos durante un instante, de tus interpretaciones, de tus medidas y de tus calificaciones, y en esa retirada contempla lo que ya está disponible. Tienes la oportunidad de hacer una elección realmente libre, de la verdadera intención. Entonces puedes preguntarte verdaderamente: ¿Qué es lo que quiero?
Puedo garantizarte que mucha gente desea los fenómenos y que dedicarán muchas vidas a perseguir más objetivos, más experiencias. Si lo quieres es la verdad, tómate un momento para soltar todo lo que creías que ella te iba a dar y experimenta lo que ya está aquí. Entonces, y sólo entonces, tienes elección.
O bien dices: "Simple y absolutamente elijo la verdad", o dices: "Elijo los fenómenos".
Parece que todo el proceso es simplemente rendirse a lo que es.
Si te rindes a los fenómenos y los llamas "simplemente lo que es", te estás engañando a ti mismo miserablemente. Los fenómenos son lo que viene y va en lo que es. Para poder rendirte a lo que es, en primer lugar debes descubrir lo que es.
¿Entiendes? Lo que es, es verdad: presencia permanente, eterna, inmutable.
La frase "Oye, yo simplemente me dejo llevar por lo que es", es una pauta de malentendido común. Hemos probado todo tipo de cosas en nombre de la libertad, de la verdad y de la libre elección, pero en realidad lo hemos hechos en el nombre de "tengo que ser yo mismo". Eso no es lo que es. Lo que es, es inmutable. Todos los fenómenos surgen de ello, nunca están separados de ello y retornan a ello. Pero en esta profunda enfermedad de la existencia condicionada sólo se presta atención a los fenómenos, y eso produce un sufrimiento inútil.
Es posible detener el sufrimiento innecesario, pero esa paralización no se produce por casualidad. Se trata de dejar de prestar atención a mí, y reconocer la verdad del Es. Sólo cuando se comprende la verdad los fenómenos dejan de ser un problema.
Si por un instante te rindes al ser en lugar de a los fenómenos, entonces, honestamente, tienes elección. Esto no significa que seas menos ser si eliges prestar atención a la mente. Tal vez te guste sufrir. Tal vez te guste el drama más que la paz. Eso está bien en ciertas etapas, pero ahora es el momento de descubrir la posibilidad de elegir la verdad, la verdad permanente, eterna , que nunca va a ninguna parte.
Extracto del libro:
Libertad y resolución
Gangaji
Imágenes tomadas de internet
jueves, 5 de mayo de 2022
CAMINAR CON LA SANGHA
La meditación caminando es una cosa maravillosa que podemos hacer con nuestra comunidad. Cuando nos activamos físicamente y nos movemos juntos, es más fácil sentirnos apoyados por la energía colectiva. Es bueno comenzar la práctica de la meditación caminando con un grupo que nos preste su apoyo, pero si tal cosa no es posible, también puedes pedirle a un amigo que practique contigo o tomar incluso la mano de un niño para caminar con él.
Para practicar caminar atentamente por tu cuenta, puedes empezar comprometiéndote, por ejemplo, a subir o bajar atentamente y con paso muy firme una escalera. Si a mitad del camino de ascenso te percatas de que no estás presente, debes descender y comenzar de nuevo. Cuando puedas subir atentamente una escalera, serás capaz también de morar en el presente ahí donde vayas. Asimismo puedas asumir el compromiso de recorrer una determinada distancia, de tu lugar de trabajo a la sala de estar, por ejemplo, proponiéndote dar atentamente todos los pasos que componen ese recorrido. Y si descubres que te has perdido, debes volver sobre tus pasos y empezar de nuevo. Esta es una forma extraordinaria de no dejarte llevar por los hábitos energéticos y aprender a vivir atenta todos y cada uno de los momentos que componen tu vida cotidiana. Camina con los pies y no con la cabeza. Presta atención, mientras caminas, a los pies y hazlo de un modo que la alegría y la vida real sean posibles aquí y ahora.
La práctica grupal de la meditación caminando nos permite generar una energía colectiva de plena consciencia y paz que nos nutre y ayuda a sanar.
Extracto del libro:
Miedo
Thich Nhat Hanh
Fotografía tomada de internet
miércoles, 4 de mayo de 2022
37.PRIMERO VIVIR, LUEGO FILOSOFAR.
Este es un principio clásico. Filósofo es el amigo de la sabiduría pero el filósofo va a interpretar lo que vive o a proyectarlo, según un pensamiento. Por lo tanto no va a poder vivir para luego poder filosofar sobre ello. Esta es la trampa de la mente: ¿los bueyes van delante del carro, o el carro va delante de los bueyes?
Desde el Zen, se ven bueyes detrás del carro. Empujan con la cabeza. En el Zen, se empuja con todo el cuerpo.
Hay filósofos de la religión, de la historia, del arte, de la política, de la ciencia… Desde todos los ángulos especializados del conocimiento, hay ganas y curiosidad por saber. Este es el saber convencional porque no hay consciencia de que la parte desde la que se mira, condiciona ya la percepción del objeto separado de la totalidad. Por tanto, todos los filósofos que miren desde algún ángulo separado, no pueden ver y todos se mueven en el plano de la parcialidad, de los intereses previos. Se trata de un autoengaño que se defiende con el concepto de objetividad. Dicen: se trata de ser objetivos. Sin embargo sólo el objeto es objetivo; no se le puede usurpar una función sólo porque se diga y todo objeto está unido al Cosmos lo que quiere decir que podrá ser saboreado pero no pensado sacándole del Cosmos. La cuestión auténtica está pues, en la experimentación relacional original o del origen común. Y para ello el sujeto y el objeto deben desaparecer en una fusión en la que no hay nadie. Por eso el Zen es una experiencia original (de origen) global.
Y no una filosofía ni ninguna otra “cosa”.
Bibliografía:
La luciérnaga ciega: Soko Daido Ubalde
Fotografía tomada de internet
martes, 3 de mayo de 2022
INSPIRACIÓN E INTUICIÓN
Nunca jamás cierres tu corazón y tu mente. Ni temas lo nuevo, lo extraño, lo no convencional. Mantente lista y preparada para la intuición, para la inspiración, pues a lo mejor te revela algo tan completamente nuevo para ti que quizá ni siquiera tenga forma o sustancia, y tal vez necesites revestirlo de palabras.
El orgullo intelectual puede ser un obstáculo en este camino espiritual y una auténtica piedra de tropiezo para la verdad. No es intelecto lo que necesitas; es inspiración e intuición. El intelecto procede del exterior, mientras que la inspiración y la intuición proceden del interior y no pueden ser influidas por nada exterior. Permite que tu aprendizaje proceda del interior; extráelo de todo lo que tienes en el interior. Te asombrarás de todo lo que contienes.
Eileen Caddy
Extracto del libro:
365 semillas de conciencia para una vida plena
Fotografías tomadas de Internet
lunes, 2 de mayo de 2022
LA RESISTENCIA QUE OPONEMOS AL MOMENTO PRESENTE
cuando finalmente encaje
entre mis semejantes, entre mis compañeros de trabajo, en la sociedad, cuando finalmente la gente me entienda y apruebe lo que hago,
cuando toda la gente de mi alrededor cambie,
cuando haya creado una obra maestra que todo el mundo alabe,
cuando tenga un cuerpo perfecto,
cuando finalmente haya manifestado mi destino,
cuando haya encontrado a mi alma gemela,
cuando haya experimentado el pleno despertar;
cuando gane una medalla de oro,
cuando tenga un hijo,
cuando por fin encuentre lo que busco.
Buscamos completud en el futuro porque, a cierto nivel, nos sentimos incompletos en el momento presente.
¿Quieres que te comprendan en el futuro? Eso significa que, a cierto nivel, ahora te sientes incomprendido. ¿Quieres alcanzar la iluminación en el futuro? Eso significa que, a cierto nivel, ahora sientes que no estás iluminado. ¿Quieres encontrar amor en el futuro? Eso significa que, a cierto nivel, ahora no te sientes querido. La pregunta «¿qué buscas en el Futuro?» es idéntica a la pregunta «¿de qué huyes ahora mismo?».
Es crucial que entendamos que nuestra búsqueda de algo abstracto en el futuro —la iluminación, riqueza, poder, éxito, amor— está siempre profundamente enraizada en la resistencia que oponemos al momento presente. La búsqueda de completitud futura siempre tiene sus raíces en una experiencia de incompletitud presente. Es en la incompletud del momento presente donde empiezan todo nuestro sufrimiento y nuestra búsqueda; y en una profunda aceptación del momento presente es donde pueden terminar.
A veces la gente acude a mí y me pregunta cómo pueden iluminarse. Creen que estoy iluminado (aunque yo nunca diría que lo esté) y que puedo enseñarles a ser como yo. Suelo contestar simplemente: «Bueno, ¿qué significa para ti la palabra «iluminación»? Cuando te ilumines, ¿en qué se diferenciará tu experiencia de la de este momento?», y, en respuesta a mi pregunta, suelen decir algo como: «Creo que, cuando esté iluminado, ya no tendré miedo. Creo que la tristeza y el dolor desaparecerán. Creo que la iluminación se llevará todo lo malo que hay en mí».
¿Te das cuenta? En realidad, nadie quiere «iluminarse»; lo que desean es escapar de los sentimientos presentes de insatisfacción, tristeza, dolor, ira, frustración, aburrimiento, vacío, o de no sentirse queridos o valorados. Lo único que quieren es poner fin a su sufrimiento; pero, en vez de hacer frente a ese sufrimiento en este mismo instante y de ver la integridad que hay en él, viven esperando a que un acontecimiento o un estado futuros lleguen y le pongan fin por ellos. Lo único que ansían es volver al hogar, que es lo que queremos todos..., solo que, en su caso, están obcecados con la idea de que la iluminación será su futuro hogar.
No queremos que llegue el dolor, y sin embargo llega. No queremos que aparezca el miedo, y sin embargo aparece. Debido a nuestro condicionamiento, no vemos que el dolor, el miedo, la tristeza, la ira y todos los demás tipos de sentimiento forman parte de la completud, forman parte de la integridad de la vida. Se nos ha condicionado a considerar que ciertas áreas de nuestra experiencia son imperfecciones, contaminaciones, aberraciones, impurezas, expresiones de incompletud. Dicho de otro modo, se nos ha instruido, adiestrado e incluso hecho un lavado de cerebro para que veamos en ellas una auténtica amenaza para la vida en sí. Creemos que esas áreas de nuestra experiencia están de algún modo en contra de la vida..., que no merecen ocupar un lugar dentro de nosotros. A la ira, el miedo, la tristeza, el malestar, el dolor no se les debería dejar entrar. Si los rechazo es porque creo que no deberían existir en mí, porque no considero que formen parte de la integridad de la vida. Creo que son peligrosos para mi bienestar. Así que me paso todo el tiempo escapando de ellos.
¿Qué partes de tu experiencia sientes que no te pertenecen? ¿Qué pensamientos, sensaciones y sentimientos consideras que son ajenos a ti? ¿Cuáles te parece que están fuera de lugar, que no deberían existir en ti, que no son realmente tú?
Sencillamente, buscamos pureza, perfección y completitud fuera de la experiencia presente porque tenemos la impresión de que nuestra experiencia presente está incompleta, es defectuosa, imperfecta, de algún modo no íntegra. Buscamos integridad porque no vemos integridad en el momento presente. No vemos que haya integridad en los pensamientos, sensaciones y sentimientos actuales, así que la buscamos en el futuro. Nos hacemos buscadores de integridad, y ahora necesitamos un futuro para completarnos. El buscador siempre necesita tiempo para encontrar lo que busca. El momento presente se convierte así en un medio para lograr un fin.
Y aquí es donde empieza todo el sufrimiento: en la pérdida del momento presente, la pérdida de nuestro verdadero hogar.
Extracto del libro:
La más profunda aceptación
Jeff Foster
Fotografías tomadas de Internet
Suscribirse a:
Entradas (Atom)