sábado, 20 de noviembre de 2021
EMPIEZA CONTIGO MISMO
El objetivo de estos cuatro mantras (para ofrecer nuestra presencia, para reconocer a la persona amada, para aliviar el sufrimiento y para solicitar ayuda) consiste en eliminar el miedo, la duda y el aislamiento. No son complicados ni difíciles de entender y tampoco tienes que repetirlos en sánscrito o chino porque en tu propio idioma funcionan igual de bien. Debes, eso sí, aprender a decirlos de corazón y tener también la alegría, el valor y la sabiduría de ponerlos en práctica. La práctica meditativa de la plena consciencia consiste en volver a nosotros mismos para recuperar la paz y la armonía. La energía que nos capacita para hacerlo es la plena consciencia una energía que también aporta concentración, comprensión y amor. Si volvemos a nosotros mismos para restaurar la paz y la armonía, resultará mucho más sencillo ayudar a la otra persona y recuperar la comunicación en nuestras relaciones.
Cuidar de ti mismo y restablecer tu paz interior es la condición imprescindible para ayudar a los demás. Y eso solo podrás hacerlo cuando dejes de hacer sufrir a los otros y a ti mismo. Cuando desactives la bomba que llevas en tu interior, sabrás cómo ayudar a tu amiga o amigo a desactivar su propia bomba. Pero para poder ayudar debemos desarrollar, en nuestro interior, un poco de calma, un poco de alegría y un poco de compasión. Y esto es algo que podemos alcanzar mediante la práctica cotidiana de la plena consciencia. La práctica de la plena consciencia no se limita a la sala de meditación, sino que también se ejercita en la cocina, en el jardín, mientras hablamos por teléfono o cuando conducimos o lavamos los platos. Estar presente con lo que, en nosotros y en nuestro alrededor, hay de bello y sano es algo que podemos hacer a diario, tratando de llevarlo a la práctica en todas nuestras actividades cotidianas.
Extracto del libro:
Miedo
Thich Nhat Hanh
Fotografía tomada de internet
viernes, 19 de noviembre de 2021
DECLARACIÓN UNIVERSAL SOBRE LOS DERECHOS HUMANOS
George Gurdjieff solía contar una sencilla historia en la que había un mago que vivía internado en bosques y montañas y tenía miles de ovejas. Pero el problema era que las ovejas le temían, porque cada día veían que una de ellas era matada para su desayuno y otra para su cena, así que acostumbraban a escaparse, y era difícil encontrarlas en un bosque tan vasto.
Como era mago, usó su magia. Hipnotizó a todas las ovejas y les habló. A una le dijo: «Tú eres un hombre, no tienes que tener miedo. Sólo las ovejas serán matadas y comidas, tú no. Tú eres un hombre, como yo». A otra le dijo: «Tú eres un león, preferirías morir antes que huir. Tú no eres parte de ellas, así que cuando las matan, no es tu problema. Son para ser matadas, pero tú eres mi amigo más querido en este bosque».
De este modo, le contó a cada oveja una historia diferente, y a partir del segundo día dejaron de escaparse de la casa. Seguían viendo que otra oveja moría, que era sacrificada, pero eso no les preocupaba. Una era un león, otra era un tigre, otra era un hombre, otra era... Ninguna era una oveja, excepto la que era matada.
De este modo, sin ayuda de guardianes, mantenía miles de ovejas. Iban al bosque a por comida, a por agua, y volvían a casa creyendo siempre que: es alguna oveja la que va a morir, no tú. Tú no perteneces a esa plebe. Tú eres un león, respetado, honrado; un amigo del gran mago. Los problemas del mago estaban resueltos.
¿Y dices que la Humanidad se ha civilizado? No. Te han engañado. Y la Declaración Universal de las Naciones Unidas sobre los Derechos Humanos, es la misma hipocresía.
FUENTE: OSHO: ‘Sobre los Derechos Humanos’, tomado de la dirección internet www.oshogulaab.com
jueves, 18 de noviembre de 2021
CUANDO EL DESASTRE GOLPEA
En lo que concierne a la mayoría todavía inconsciente de la población, sólo una situación crítica tiene la capacidad de quebrar la dura cáscara del ego y de obligar a la entrega y forzar al estado de despertar. Una situación crítica surge cuando a través de algún desastre, una conmoción drástica, una pérdida profunda, o el sufrimiento, todo su mundo se hace añicos y ya no tiene sentido. Es un encuentro con la muerte, sea física o psicológica. La mente egotista, el creador de este mundo, se derrumba. De las cenizas del viejo mundo, uno nuevo puede nacer.
No hay garantía, por supuesto, de que incluso una situación límite lo haga, pero el potencial está siempre ahí. La resistencia de algunas personas a lo que es se intensifica incluso en tal situación, y de esa forma se convierte en un descenso al infierno. En otros, puede haber sólo una entrega parcial, pero incluso eso les dará cierta profundidad y serenidad que no tenían antes. Partes de la cáscara del ego se rompen, lo que permite que pequeñas cantidades de brillo y paz que estaban más allá de la mente la traspasen. Las situaciones límite han producido muchos milagros. Ha habido asesinos condenados a muerte que en las últimas horas de su vida, esperando su ejecución, experimentaron el estado de no ego y la profunda paz y alegría que lo acompañan.
La resistencia interior a la situación en la que se encontraban se hizo tan intensa que produjo un sufrimiento insoportable y no había ningún sitio a donde huir ni nada que hacer para escapar de él, ni siquiera un futuro proyectado por la mente. Se vieron forzados a una aceptación completa de lo inaceptable. Se vieron forzados a la entrega. De esta forma, pudieron entrar en el estado de gracia con el que viene la redención: la liberación completa del pasado. Por supuesto, no es realmente la situación límite la que hace sitio al milagro de la gracia y la redención, sino el acto de entrega.
Siempre que lo golpee un desastre, o que algo ande muy "mal" -enfermedad, incapacidad, pérdida del hogar o la fortuna o de una identidad socialmente definida, ruptura de una relación cercana, muerte o sufrimiento de un ser amado, o la cercanía de su propia muerte- sepa que hay otra cara en ello, que usted está sólo a un paso de algo increíble: una transmutación alquímica del metal bajo del dolor y el sufrimiento en oro. Ese paso se llama entrega.
No quiero decir que usted se sentirá feliz en esa situación. No será así. Pero el miedo y el dolor se transmutarán en una paz interior y una serenidad que viene de un lugar muy profundo, de lo No Manifestado. Es la "paz de Dios, que sobrepasa toda comprensión". Comparada con eso, la felicidad es algo muy superficial. Con esta paz radiante viene la comprensión -no en el nivel de la mente sino en la profundidad de su Ser- de que usted es indestructible, inmortal. Esta no es una creencia. Es una absoluta certeza de que no necesita evidencia externa o prueba de alguna fuente secundaria.
Del libro:
El Poder del Ahora
Eckhart Tolle
Imagen tomada del internet
miércoles, 17 de noviembre de 2021
EL INDIVIDUALISMO RESPONSABLE: "QUERERTE QUERIÉNDOME A MÍ MISMO"
Este individualismo no olvida ni niega los derechos de los demás. Recomienda querer para los otros lo que se quiere para sí, previa consulta, ya que no todos tenemos los mismos gustos (ésa es la razón por la cual la beneficencia no se puede imponer sino proponer).
Se trata de congeniar lo tuyo con lo mío, de hacer compatibles las diferencias. El Dalai Lama apoya este punto de vista, cuando dice: "Dependemos unos de otros. Yo lo llamo 'un egoísmo sabio' porque una actitud responsable hacia sí mismo también sirve a los demás. Si pensamos así, ya no hay diferencia entre el interés propio y el interés de la comunidad". La defensa del yo se revierte a la sociedad y el cuidado de uno mismo puede servir como ejemplo o modelo para el cuidado de los otros. El amor propio abre más espacio al amor, lo hace más maduro, más respetuoso, más cómodo.
El individualismo responsable busca fines nobles y esencialmente positivos, ya que promueve una filosofía humanista: "Te amo, porque me amo". Buscar la propia felicidad o el máximo bien no es algo de lo cual tengamos que arrepentimos luego. Queramos o no, tener una relación afectiva si alguno de los miembros se opone radicalmente al bien del otro es imposible de sobrellevar, a no ser que asumamos la actitud del sacrificio por el sacrificio. Y no hablo de inflexibilidad o engreimiento, sino de actuar a favor de lo que uno es o cree que es o quiere ser, tratando de no perjudicar al otro. Esto es la dedicación saludable.
El ego implica supremacía y apoderamiento. Identificarse con las cosas que se poseen ("lo mío") y estimular la grandiosidad.
El contenido del ego es egocentrismo, egolatría y egoísmo irracional. En cambio el yo es un principio organizativo de la información, es el punto de referencia necesario para poder ubicarme en contexto y definir los parámetros que me permitan moverme mejor en el mundo.
Una mente sin "yo" sería una mente despersonalizada, sin capacidad de habitar el tiempo y el espacio. El individualista responsable acepta el "yo", pero no el ego.
Fernando Savater en Ética como amor propio afirma: Es que este quererse a sí mismo de la voluntad, este querer conservarse y preservarse, querer potenciarse, querer experimentar la gama de posibilidades en busca de las más altas, querer trasmitirse y perpetuarse, es lo que debe entenderse como amor propio, (pág. 329) La autoestima es un requisito imprescindible del amor de pareja. Piensa: ¿podrías amar a alguien que se odiara a sí mismo, que sólo buscara agradarte las veinticuatro horas, que no tuviera aspiración que sangrar por tu herida? ¡Qué pesadilla!
Stuart Mili afirmaba: "El individualismo libre es aquél que sabe preservar su individualidad de todo lo que amenaza con borrarlo". Todo, amor incluido. ¿Actitud defensiva con la pareja? No, si no hace falta, si no hay amenazas reales a tu integridad física o psicológica. Pero si las hubiera y pensaras que la persona que amas puede ser peligrosa para ti, ¿no sería prudente una pizca de individualismo? Si te produce algo de resquemor la libertad de parte y parte o eres una persona insegura, preferirás el amor de garrapata. Pero el buen amor, el que vale la pena, se construye mediante la gestión eficaz de dos narcisismos que se aman y no sobre la base de un amor totalmente apegado y despersonalizado.
Ser para el otro + Ser para sí = Ser para nosotros
Jorge llegó a mi consultorio con una lista de quejas sobre la conducta de su esposa Leonor. Sentía que el amor de ella era poco comprometido e indiferente y tenía la firme convicción de que él ocupaba un lugar secundario en su vida. Cuando entrevisté a Leonor, tuve la impresión contraria. Me pareció que tenía claro su compromiso y amaba sinceramente a Jorge. Era una mujer fiel e independiente. Para ella, el matrimonio no implicaba renunciar a sus amigas y amigos, con los cuales salía de tanto en tanto. Podía ir sola a un cine, al teatro o a un restaurante, si Jorge no estaba o si simplemente le apetecía.
Las relaciones sexuales eran muy satisfactorias y no había conflictos importantes en la relación, a excepción del malestar de Jorge.
Terapeuta: Revisemos qué te preocupa realmente de tu pareja, porque mi impresión, luego de las entrevistas que tuve con Leonor, es que ella te ama sinceramente y está muy comprometida con la relación.
Jorge: No sé que le habrá dicho, pero ella es muy distante.
Terapeuta: ¿Qué significa para ti ser "distante"?
Jorge: Que no está conmigo.
Terapeuta: ¿Físicamente?
Jorge: Sí y no. Puede estar a mi lado, pero con la mente en otra parte.
Terapeuta: ¿Puedes explicarte mejor?
Jorge: No la siento aquí (señala el corazón).
Terapeuta: ¿Qué necesitarías para sentirla "allí"?
Jorge: Bueno... No sé, me gustaría que fuera un poco más apegada a mí...
Terapeuta: ¿Es detallista contigo?
Jorge: Sí, sí, lo es... Pero.
Terapeuta: Pero, ¿qué?
Jorge: Me dice que me quiere, pero no soy indispensable para ella, ¿me entiende? No me hace sentir que soy lo principal para ella.
Terapeuta: No sé si eres lo "principal" para ella, pero que eres muy importante, no me cabe duda.
Jorge: ¿Se da cuenta? ¡Usted mismo lo confirma!
Terapeuta: ¿Puedes poner más ejemplos de distanciamiento?
Jorge: Cuando está en el trabajo, por ejemplo, no me llama a saludar.
Terapeuta: ¿A saludar?
Jorge: Sí, claro, saber cómo estoy, si todo va bien... A veces la veo tan tranquila y feliz con su trabajo, que empiezo a pensar que me va dejar.
Terapeuta: Tenemos que analizar algo importante. Es obvio que tienes miedo a perderla. Nuestra cultura nos ha enseñado que si no sufren por nosotros, no nos aman. Una mujer tradicional "viviría para ti", pero sería probable que alguno de los dos terminara cansándose de una relación altamente dependiente. Tu esposa es una mujer individualista responsable .Respeta tus espacios, tiene confianza en ti, no presiona ni manda, pero tampoco se deja mandar. Busca su bienestar sin descuidarte, porque jamás sería irresponsable contigo o con sus hijos. ¿No prefieres una mujer contenta? Leonor no negociaría su libertad ni su auto-respeto, y eso es bueno. Quizás sea la razón por la cual siguen juntos: tú aceptas, así sea a regañadientes, que ella sea libre; sufres, pero te aguantas.
Además, jamás violas sus derechos porque eres un hombre respetuoso. Repasa tus creencias sobre el matrimonio y lo que realmente necesitas. El individualismo responsable es una forma de querer queriéndose a uno mismo, pero estamos acostumbrados a que en el amor sólo vale la renuncia categórica del "yo". Ella nunca vivirá para ti solamente, debes compartirla con su yo y con el mundo o perderla. Ése es tu reto. ¿No crees que podrías ensayar a ser más independiente y practicar tu propio individualismo responsable para que se encuentren en la mitad del camino? A manera de resumen, y para que no te genere estrés el tema, te menciono a continuación algunas características básicas que tiene una pareja individualista responsable.
Como veras, representan ciertas ventajas importantes:
• Estimula la reciprocidad, para que no se anule el "yo" de parte y parte.
• No descarta emociones como la compasión, la empatia u otros sentimientos de aproximación.
• Promueve el desarrollo del potencial humano.
• Al ser racional y razonable, no renuncia a su sentido de Justicia.
• Siempre busca el consenso.
• Por definición, es pluralista, ya que concibe el mundo como un conjunto de autoconciencias entrelazadas.
• Siempre respeta las propias preferencias e inclinaciones, hacia ambos lados.
• Se preocupa por la pareja cuando realmente vale la pena hacerlo, ya que distingue la preocupación sana de la obsesiva.
• Reconoce y exige los derechos humanos.
Extracto del libro:
Los límites del amor
Walter Riso
Fotografías tomadas de Internet
martes, 16 de noviembre de 2021
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