jueves, 31 de diciembre de 2020
PUBLICIDAD
A no ser que estuviera uno dotado de una especial perspicacia, no había nada en el Maestro que pudiera considerarse fuera de lo ordinario. Si las circunstancias no eran para menos, el Maestro podía asustarse y deprimirse. Podía reír, llorar y encolerizarse. Disfrutaba con la buena comida, no le hacía ascos a un par de copas en incluso se sabía que era capaz de volver la cabeza al paso de una mujer bonita.
En cierta ocasión, un visitante se lamentaba que el Maestro no era un "hombre santo" a lo cual un discípulo replicó:
"Una cosa es que un hombre sea santo, y otra muy distinta que a ti te parezca santo".
Anthony de Mello
Fotografía tomada del internet
miércoles, 30 de diciembre de 2020
AYURVEDA
Se dice que Lukman, uno de los hombres más sabios que se hayan conocido -es el fundador de la medicina yunani- abordaba las plantas, los arbustos y los árboles, se sentaba a su lado, los sentía y les preguntaba: ‘Para qué sirves? Para qué enfermedad eres útil?’ Se dice que descubrió millones de hierbas sólo sintiéndolas. La hierba le decía: ‘Sería bueno que me utilizaras para la tuberculosis. Yo puedo ayudar’.
Parece un mito, una ficción, pero los científicos están desconcertados: si es ficción, cómo llegó Lukman a saber? Hoy en día la ciencia ha comprobado que todo lo que sabía era correcto. Entonces no existían los laboratorios que existen hoy; tampoco los sofisticados instrumentos. Si es ficción, surge un problema mayor: cómo lo sabía Lukman? Y no se trata de una dos o cien hierbas, sino de millones! Si hubiera estado experimentando con instrumentos rudimentarios, le hubiera toma por lo menos diez o veinte mil años descubrir todo eso. Esto parece ser más ficticio. La primera ficción parece más cercana a la realidad: que les preguntaba a las hierbas.
El origen del ayurveda, la medicina india, se basa en el mismo secreto. Estos secretos fueron velados por las plantas mismas.
FUENTE: OSHO: ‘El Hombre que Amaba las Gaviotas y Otros Relatos’, Grupo Editorial Norma, Bogotá, 2003, ISBN 958-04-7279-3, Pag. 161
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)









