domingo, 27 de diciembre de 2020
EL NIÑO DEJA DE LLORAR
Afirmaba aquel hombre que, en la práctica, era ateo. Si realmente pensaba por sí mismo y era honrado, tenía que admitir que no creía de veras las cosas que su religión le enseñaba. La existencia de Dios originaba tantos problemas como los que resolvía; la vida después de la muerte era un espejismo; las escrituras y la tradición habían causado tanto mal como bien. Todas estas cosas habían sido inventadas por el hombre para mitigar la soledad y la desesperación que él observaba en la existencia humana.
Lo mejor era dejarle en paz. No decirle nada. Tal vez estaba atravesando una crisis de crecimiento y evolución.
Una vez le preguntó el discípulo a su Maestro: «¿Qué es Buda?».
Y el Maestro le respondió: «La mente es Buda».
Volvió otro día a hacerle la misma pregunta v la respuesta fue: 'No hay mente. No hay Buda'». Y el discípulo protestó: «Pero si el otro día me dijiste: 'La mente es Buda...'».
Replicó el Maestro: «Eso lo dije para que el niño dejase de llorar. Pero, cuando el niño ha dejado de llorar, digo:
No hay mente. No hay Buda ».
Tal vez el niño había dejado de llorar y ya estaba preparado para la verdad. De modo que lo mejor era dejarle solo.
* * *
Pero cuando empezó a predicar su recién descubierto ateísmo a otras personas que no estaban preparadas para ello, hubo que frenarle: «Hubo una época, la era pre-científica, en que los hombres adoraban al sol. Vino después la era científica y los hombres se dieron cuenta de que el sol no era un dios; ni siquiera era una persona. Por fin, vino la era mística y Francisco de Asís llamaría 'hermano' al sol y hablaría con él».
«Tu fe era la de un chiquillo aterrorizado. Y ahora que te has convertido en un hombre audaz, la has perdido. Ojalá llegues algún día a ser un místico' y vuelvas a encontrar tu fe».
* * *
La fe no se pierde jamás por buscar sin miedo la verdad. Sólo las creencias que expresan la fe se ven nubladas durante algún tiempo; pero, llegado el momento, se purifican.
Del libro:
Anthony de Mello
El Canto del Pájaro
Fotografía tomada del internet
sábado, 26 de diciembre de 2020
EL BAILE ENTRE LA MENTE Y LA REALIDAD
P: Es cierto que nuestras creencias cambian al pasar el tiempo. Incluso a veces en un día podemos tener dos opiniones distintas acerca de la realidad y de cómo funciona todo. Pero entonces, ¿existe algo objetivo? ¿Existe una verdad final, o todo es subjetivo? ¿Cómo es la realidad fuera de nuestras mentes y creencias?
¿Creamos nuestro mundo con creencias y la mente?
R: Existen varias perspectivas sobre el tema de lo objetivamente real, y todas tienen algo de verdad en ellas. Una perspectiva es que lo único real es aquello que no va y viene, es decir lo eterno. Según esta definición, nada de lo que tiene una forma o nombre es real. Lo único real es el misterio de lo que se halla mas allá de un nombre y una forma, aquello que es la fuente de todo. Esta es una perspectiva absoluta, puede ser muy ponderosa en disolver los vínculos mundanos. Atraviesa todas las apariencias, llegando a la infinita Presencia, que está en el centro de toda existencia.
Otra perspectiva sugiere que todo es real, que ultimadamente solo hay una cosa aquí, y es muy real. Todo es parte de esta realidad, por tanto todo es real y todo está conectado. Esta percepción está más centrada en el corazón y puede ser muy poderosa en fomentar las cualidades de amor, compasión y aceptación inherentes en la naturaleza verdadera.
La tercera posibilidad es una especie de combinación de las dos primeras: admite que solo existe una cosa y por tanto todo es real, igualmente discrimina la cantidad de realidad de cualquier experiencia.
Algunas cosas tienen mucha realidad, y otras tienen muy poca. Por ejemplo, un pensamiento o creencia tiene algo de realidad, pero no mucha. Todos sus pensamientos caben en el espacio entre sus oídos, ¿qué tan grandes pueden ser? Esta tercera perspectiva es más práctica y funcional, evoca nuestra capacidad de discriminación y acción efectiva.
La famosa cita de Nisargadatta resume estas tres perspectivas "Cuando veo que soy nada, eso es sabiduría. Cuando veo que soy todo, eso es amor. Mi vida es un movimiento entre los dos." Las tres perspectivas son verdaderas, todas comprenden de modo completo la realidad.
Sin embargo, ninguna de ellas es la verdad total, lo cual es una limitación innata de las palabras e ideas.
Para contestar su pregunta, me gustaría sugerir que existen la realidad objetiva y la subjetiva, y que la vida es un baile entre ambas. La realidad fuera de la mente y las creencias, es potencial puro, vacio y sin límite. Esa es la mayor verdad, y aun así no es la verdad final, ya que la vida aparentemente no permanece tan pura como el potencial, pero le encanta moverse a través de la mente y creencias hasta tomar forma. La vida es puramente objetiva en su estado de descanso como espacio eterno e infinito; puede ser puramente subjetiva cuando se mueve al ámbito de los pensamientos que no corresponden a la realidad externa, como cuando soñamos despiertos con un amante perfecto. La mayoría de las veces, la realidad o experiencia es una mezcla de realidad objetiva y subjetiva.
Mientas más objetiva sea nuestra experiencia, más substancial, duradera y profunda será; y mientras más subjetiva, se convierte en más temporal e insubstancial. Ninguna es mejor o peor, pero en definitiva son distintas experiencias, y podemos discriminar que tan real o verdadera es cada una. Debido a que nuestra mente es la fuente de la realidad subjetiva, no es muy útil en discriminar la verdad de las cosas. Para la mente, todo parece igualmente real, por tanto no es muy útil al momento de distinguir entre la realidad objetiva y subjetiva. Afortunadamente, también tenemos un Corazón, que de modo natural puede distinguir qué tan real o verdadera es cada experiencia. La verdad o realidad abre el Corazón y silencia la mente. En contraste, algo que no sea muy verdadero contrae el Corazón y ocupa la mente.
Este baile entre la realidad objetiva y subjetiva es muy vivo y dinámico. Nuestra experiencia puede cambiar dramáticamente en solo un día o un momento, con cada idea que surge e incluso cuando hay poco o ningún pensamiento, y el aspecto de la realidad objetiva trasciende.
Así que en cuanto a experiencias, parecería no haber una experiencia final de verdad, sino una interminable obra en desarrollo sobre la verdad en sí. ¡Qué increíble baile crea la vida!
En cuanto a si creamos nuestra realidad en base a nuestros pensamientos y creencias subjetivas, sugeriría que co-creemos una realidad subjetiva junto a toda otra consciencia. Nuestros pensamientos y creencias tienen un efecto sobre como aparece la realidad, así es como funciona este baile de la vida: Todo afecta a todo lo demás. Así que incluso nuestros pensamientos, dentro de su experiencia subjetiva limitada, tienen un efecto sobre todo lo demás que ocurre. Sin embargo, aún existe una pregunta sobre cuánto efecto tienen. ¿Crean nuestros pensamientos la realidad completa que experimentamos? ¿O la realidad también es afectada por los pensamientos de los demás? ¿Es que el pensamiento humano es el único jugador de este juego? ¿Qué tal si hay varios niveles de Ser y todos participan en este baile? ¿Qué tal nuestros pensamientos y creencias colectivas? ¿Y los pensamientos y creencias que surgen en la mente de Dios? ¿Y si hubiese un número infinito de esfuerzos conscientes trabajando para ayudar a transformar la realidad objetiva en experiencias subjetivas?
Por tanto la respuesta puede ser que nuestras creencias afectan la realidad junto a todas las demás cosas que afectan la realidad. Podría ser que al final la creación de nuestra realidad es la suma total de todo lo que afecta el desarrollo de la vida, lo cual incluye nuestros pensamientos y creencias personales. Esto podría poner en perspectiva la importancia de nuestros pensamientos y creencias—puede que no importe tanto en la creación de la realidad. Puede jugar con el efecto de sus pensamientos sin tomarlos muy en serio. Resulta que la mayor parte de lo que sucede es el resultado de fuerzas mucho mayores que podríamos llamar destino o gracia.
Extracto del libro:
Eso es eso
aka Nirmala
Fotografía tomada de internet
viernes, 25 de diciembre de 2020
SALIR DE LA TRAMPA DE LA NEGATIVIDAD
«Cuanto más avances, más tropiezos encontrarán tus pies», nos dice Helena Petrova Blavatsky. «El camino que sigue adelante está iluminado por una sola lumbre, por la lumbre del valor que arde en el corazón. Cuanto más valor tenga uno, más obtendrá. Cuanto más tema, más se debilitará esa lumbre.»
El secreto consiste en ver el «fracaso» como lo que es. En ver que no es un fracaso en absoluto, sino una oportunidad.
Me gusta lo que dice al respecto Joseph Sugarman:
«Pocas personas están dispuestas a dar una segunda oportunidad al fracaso. Cuando han fracasado una vez, allí termina todo. Es frecuente que las personas no sean capaces de digerir la amargura del fracaso. Si estás dispuesto a rehacerte, entendiendo el fracaso como una bendición disfrazada, tendrás la posibilidad de poner a tu servicio una de las fuerzas más importantes para el éxito.
»Todo problema lleva oculta una oportunidad tan poderosa que, literalmente, empequeñece el problema. Los ejemplos más notables de éxito corresponden a personas que supieron reconocer un problema convirtiéndolo en una oportunidad.»
A esto es a lo que yo llamo utilizar de verdad el Don de la Sabiduría, abriéndote al discernimiento y permitiéndote a ti mismo ver la diferencia entre las apariencias y la realidad, advirtiendo que lo que parece negativo es, en realidad, positivo.
A través de la Sabiduría verdadera entendemos un aspecto extraordinario de la vida en su forma física: que todo lo físico es una ilusión.
Esta afirmación se repite en Conversaciones con Dios; y, si es cierta, tenemos que saber el modo de afrontarla.
Dios dice que somos como ilusionistas a los que se nos han olvidado nuestros propios trucos. Vivimos en un mundo como el de Alicia en el País de las Maravillas, donde estamos dispuestos a jurar que lo que es así no es así, y lo que no es así es así. No obstante, el hecho mismo de estar viviendo una ilusión es lo que vuelve nuestras vidas tan interesantes y tan llenas de posibilidades Dios es Felicidad inagotables. Pues sólo en una fantasía podemos tener cualquier cosa que queramos, y hacer cualquier cosa que nos apetezca, y crear cualquier cosa que deseemos.
Lewis Carroll escribió:
«—Es inútil —dijo Alicia—; por más que se intente, uno no se puede creer cosas imposibles.
»—Me parece a mí que no lo has ensayado mucho —dijo la Reina—.Vaya, si yo me creo seis cosas imposibles todos los días antes de desayunar!»
El secreto de todo esto consiste, naturalmente, en saber vivir con la Ilusión, en vez de vivir dentro de ella. O bien, como dice la Biblia, «estar en este mundo, pero no ser de este mundo». Hay una manera de conseguirlo, y en el libro de la serie Conversaciones con Dios titulado Comunión con Dios se nos muestra esta manera en el Proceso Triádico de Creación de la Realidad. En Comunión con Dios se dice:
En su camino de superación, el Maestro y el discípulo saben que las ilusiones son ilusiones, deciden por qué están ellos allí y crean conscientemente lo que vivirán a continuación por medio de las ilusiones.
Al afrontar cualquier vivencia, hay una fórmula, un proceso, mediante el cual tú puedes avanzar hacia la Maestría. Sólo declara lo siguiente:
1. Nada en este mundo es real.
2. El significado de todo es el significado que yo le doy.
3. Yo soy quien yo digo que soy, y mi vivencia es la que yo digo que es.
Es la manera de trabajar con las ilusiones de la vida.
El primer paso del Proceso Triádico es el más difícil para muchas personas.
Del libro:
Dios es felicidad
Convierte tu vida en una experiencia extraordinaria
Neale Donald Walsh
Foto tomada de internet
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