martes, 1 de diciembre de 2020

EL AMOR ES ETERNO (MITO 3 SOBRE EL AMOR)


Felicidad conyugal imperecedera, infinita, inagotable.

"Reloj no marques las horas": presente continuo. Si el amor tiene su propia inercia, su propia dimensión temporal, si es inmortal e indestructible, ¿qué papel juega uno en su mantenimiento? Una vez instalado, ¿el amor manda? ¿No puedo acortarlo, alargarlo o modificarlo? Es el síndrome de la asfixia amorosa: el amor no te toca, sino que se incrusta por siempre. Y hay mil: si nos gusta el pensamiento mágico o somos amantes de la Nueva Era, el amor puede sentirse en quinta dimensión: no sólo funciona en esta vida, sino en las otras. Fusión total e irremediable, almas gemelas que vagan por el cosmos hasta reencontrarse nuevamente para alcanzar el amor perfecto de Platón, la fantasía de Stendhal o la fascinación a la que aludía De Rougemont.

Por desgracia para los soñadores, el enamoramiento o amor romántico es de tiempo limitado (más a menos, de dos a tres años). El amor pasional, si no haces nada para mantenerlo activo, tiende a bajar; ésa es su dinámica natural. El único amor estable que puedo concebir es aquél que surge de los acuerdos, la amistad de pareja y la afinidad en algunos intereses básicos. Bernard Shaw decía "que el matrimonio ocurre, cuando dos personas se encuentran bajo la influencia de la más violenta, la más demente, la más engañosa y la más transitoria de las pasiones. Se les exige que juren que permanecerán en ese estado excitado, anormal y agotador hasta que las muerte los separe". ¿Juramos en vano, por ignorancia o por" anhelo? Amor prometido, y lo prometido es deuda.

Un pacto inteligente: "Hasta que la muerte nos separe, si todo va bien...". Benjamín Franklin decía: "Ten los ojos bien abiertos antes del matrimonio y medio cerrados después".

Llámese casorio, noviazgo o relación de amantes, la "atención despierta", al mejor estilo budista, es imprescindible para sobrevivir en pareja.

El mito del amor eterno lleva implícita la idea de la certeza.

Si ya me enamoré y soy correspondido, se acabó definitivamente la soledad y ya no habrá incertidumbre sobre mi futuro afectivo. Zygmunt Bauman, en su libro Amor líquido, rebate esta concepción: Cuando hay dos, no hay certezas y cuando se reconoce al otro como un 'segundo' soberano, no una simple extensión, o un eco, o un instrumento o un subordinado mío, se admite y se acepta esa incertidumbre. Ser dos significa apenas un futuro indeterminado.


Extracto del libro:
Los límites del amor
Walter Riso
Fotografías tomadas de Internet

JUNTOS


 

lunes, 30 de noviembre de 2020

NO PUEDE OCURRIR


 

CALLAR


 

LOS EXPERTOS


Un cuento Sufí: 

Un hombre a quien se consideraba muerto fue llevado por sus amigos para ser enterrado. Cuando el féretro estaba a punto de ser introducido en la tumba, el hombre revivió inopinadamente y comenzó a golpear la tapa del féretro. Abrieron el féretro y el hombre se incorporó. «¿Qué estáis haciendo»?, dijo a los sorprendidos asistentes. «Estoy vivo. No he muerto». 

Sus palabras fueron acogidas con asombrado silencio. Al fin, uno de los deudos acertó a hablar: «Amigo, tanto los médicos como los sacerdotes han certificado que habías muerto. Y ¿cómo van a haberse equivocado los expertos?». Así pues, volvieron a atornillar la tapa del féretro y lo enterraron debidamente.



Del libro:
Anthony de Mello 
El Canto del Pájaro
Fotografía tomada del internet

domingo, 29 de noviembre de 2020

EL PRISIONERO


Había un sufí que acompañaba a un ejército en guerra. Cuando llegó el momento del combate, los jinetes partieron como flechas, pero el sufí permaneció en su tienda. Pues las almas densas permanecen en tierra mientras que las almas ardientes se elevan hasta el cielo. 

Los soldados volvieron victoriosos, en posesión de un inmenso botín. En el momento del reparto, quisieron que participara el sufí, pero él se negó alegando su tristeza por no haber asistido al combate. Como nada lograba calmar su pesar, los soldados le dijeron: 

«Hemos traído una gran cantidad de prisioneros. ¡No tienes más que matar a uno de ellos y, de este modo, habrás participado en el combate!». 

Esta solución devolvió la alegría al sufí y, apoderándose de uno de los prisioneros, lo condujo detrás de su tienda, para haber suprimido al menos a un enemigo. 

Transcurrió un largo rato y los soldados acabaron por preguntarse la razón de este insólito retraso. Uno de ellos, por curiosidad, fue a buscar noticias. Pues bien, detrás de la tienda, descubrió al prisionero con las manos atadas. Había mordido al sufí en el cuello y éste, con la cara ensangrentada, yacía en tierra vencido. 

Lo mismo sucede contigo. Ante tu ego, que tiene, sin embargo, las manos atadas, te desvaneces como el sufí. Sientes vértigo desde lo alto de una pequeña colina, pero miles de montañas te esperan. 

Los soldados mataron inmediatamente al prisionero y lavaron el rostro del sufí con agua de rosas para calmar su dolor. Cuando recobró el conocimiento, le preguntaron: 

«¿Es posible ser tan débil? ¿Cómo has podido dejarte vencer por un hombre que tenía las manos atadas?». 

El sufí respondió: 

«En el momento en que me disponía a cortarle la cabeza, me lanzó una extraña mirada y perdí el conocimiento. De su mirada surgió un ejército para atacarme. ¡Eso es lo único que recuerdo!». 

Los soldados replicaron: 

«Es inútil participar en la guerra cuando se tiene semejante valor. ¡Un prisionero maniatado ha podido más que tu paciencia! ¡El ruido de una espada que corta una cabeza no es el ruido de una paleta para lavar la ropa! Tú no estás familiarizado con el combate de los hombres. ¿Cómo podrías pretender nadar en un océano de sangre? Muchas cabezas sin cuerpo ruedan por tierra, porque no se trata de una invitación a sentarse a la mesa. No te remangues como si se tratase de tomar una escudilla de sopa. ¡Esto es un asunto de hombres y no de timoratos!». 

¿Cómo podría la razón que se asusta de un ratón desenvainar la espada ante el enemigo? Un combate semejante no está hecho para los que van buscando refugio de ilusión en ilusión.



150 Cuentos sufíes
Maulana Jalāl al-Dīn Rūmī
Fotografía tomada de internet

COMO EL SOL


 

sábado, 28 de noviembre de 2020

PRIORIDADES

 



LA NATURALEZA DE LA COMPASIÓN


Al ir más allá de los opuestos de la mente, usted se vuelve como un lago profundo. La situación externa de su vida y lo que pase en ella, es la superficie del lago. A veces calmada, a veces ventosa y tempestuosa, de acuerdo con los ciclos y las estaciones. En el fondo, sin embargo, el lago está siempre en calma. Usted es todo el lago, no sólo la superficie, y está en contacto con su propia profundidad, que permanece absolutamente calmada. 

Usted no se resiste al cambio aferrándose mentalmente a ninguna situación. Su paz interior no depende de ello. Usted habita en el Ser -inmutable, intemporal, inmortal- y ya no es dependiente para la realización o la felicidad de ese mundo exterior que se compone de formas constantemente fluctuantes. Usted puede gozar de ellas, jugar con ellas, crear nuevas formas, apreciar la belleza de todo ello. Pero no habrá necesidad de apegarse a ninguna. 



Del libro:
El Poder del Ahora
Eckhart Tolle
Imagen tomada del internet
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