viernes, 30 de octubre de 2020
EL INVITADO
Un hombre recibió un día una visita inesperada. Abrazó a su invitado con fervor. Dispuso la mesa y le ofreció una hospitalidad intachable. Ahora bien, había aquella misma noche una fiesta de boda en la casa del vecino y el hombre dijo a su mujer:
«Extiende dos literas. Pon la mía a un lado de la puerta y la de mi invitado al otro lado.
—¡Oh, luz de mis ojos! respondió la mujer. ¡Cumpliré con alegría lo que me pides!».
Preparó ella, pues dos lechos y después se fue a casa del vecino para participar en la fiesta de la boda. El hombre y su invitado pasaron la velada saboreando frutos y contándose las extrañas aventuras que les habían sucedido en el curso de su existencia.
Cuando se hizo tarde, el invitado, ya con sueño, se dirigió al lecho situado cerca de la puerta y el amo de la casa no se atrevió a indicarle el lugar que le había asignado.
Al volver de la fiesta, la mujer se desnudó y se acostó en el lecho del invitado. Tomándolo por su marido, le abrazó diciendo:
«¡Oh, sabio! Mis temores se han realizado. Fuera cae una lluvia torrencial y eso va a retrasar la partida de nuestro invitado. ¡Se va a quedar pegado a nosotros como una lapa! Porque ¿cómo podría irse con semejante lluvia? ¡Ah! ¡Puedes estar seguro! ¡Va a quedarse y será como un estorbo para nuestras dos almas!».
A estas palabras, el invitado se levantó como una flecha de su lecho y reclamó su calzado diciendo:
«No temo ni el barro ni la lluvia. Estoy listo para partir. ¡Muy buenas noches! El alma que viaja no debería concederse el menor instante de descanso o de distracción. El que no está más que de paso debe volverse a su casa lo más aprisa posible».
La mujer intentó hacerle creer que sólo se trataba de un juego, pero ni siquiera sus lágrimas lograron hacer ceder al invitado y ella y su marido se pusieron a lamentarse tras la partida de su huésped.
Tristes y avergonzados por esta aventura, transformaron su casa en albergue pero, en todos los instantes, la imagen de su invitado les decía en su corazón:
«Yo era amigo de Elías. Había venido para haceros compartir los tesoros de la misericordia. ¡Ay, era vuestro destino que las cosas sucedieran así!».
150 Cuentos sufíes
Maulana Jalāl al-Dīn Rūmī
Fotografía tomada de internet
jueves, 29 de octubre de 2020
AÚN ESTÁS BUSCANDO AFUERA
He practicado la meditación, he ido a talleres, he leído muchos libros sobre espiritualidad, intento estar en un estado de no resistencia, pero si usted me pregunta si he encontrado paz interior verdadera y duradera, honestamente debo contestar que no. ¿Por qué no la he encontrado? ¿Qué más puedo hacer?
Eckhart Tolle responde:
Todavía está buscando afuera, y no puede salir del estado de búsqueda. Quizá el próximo taller tendrá la respuesta, quizá esa nueva técnica. Yo le diría: no busque paz. No busque ningún otro estado que ese en el que se encuentra ahora; de lo contrario, establecerá un conflicto interior y una resistencia inconsciente. Perdónese a sí mismo por no estar en paz. En el momento en que usted acepte completamente su falta de paz, se transmutará en paz. Ese es el milagro de la entrega.
Usted puede haber oído la frase "ponga la otra mejilla", que un gran maestro de la iluminación usó hace dos mil años. Estaba tratando de comunicar simbólicamente el secreto de la no resistencia y la no reacción. En esa afirmación, como en todas las otras que hizo, se refería sólo a su realidad interior, no a la conducta externa de su vida.
¿Conoce la historia de Banzan? Antes de convertirse en un gran maestro Zen, pasó muchos años en la búsqueda de la iluminación, pero esta lo eludía. Entonces un día, cuando caminaba por el mercado, oyó una conversación entre un carnicero y su cliente. "Déme el mejor trozo de carne que tenga", decía el cliente. Y el carnicero replicó: "Todos los trozos de carne que tengo son el mejor. No hay un trozo de carne aquí que no sea el mejor". Al oír esto, Banzán se iluminó.
Veo que espera una explicación. Cuando usted acepta lo que es, todo trozo de carne -todo momento- es el mejor. En eso consiste la iluminación.
Del libro:
El Poder del Ahora
Eckhart Tolle
Imagen tomada del internet
miércoles, 28 de octubre de 2020
EL MAESTRO NO SABE
El 'indagador' se acercó respetuosamente al 'discípulo' y le preguntó «¿Cuál es el sentido de la vida humana?».
El 'discípulo' consultó las palabras escritas de su 'maestro' y, lleno de confianza, respondió con las palabras del propio 'maestro': «La vida humana no es sino la expresión de la exuberancia de Dios».
Cuando el 'indagador' se encontró con el 'maestro' en persona, le hizo la misma pregunta; y el 'maestro' le dijo:
«No lo sé».
El 'indagador' dice: «No lo sé». Lo cual exige honradez.
El 'maestro' dice: «No lo sé». Lo cual requiere tener una mente mística capaz de saberlo todo a través del no-saber.
El 'discípulo' dice: «Yo lo sé». Lo cual requiere ignorancia, disfrazada de conocimiento prestado.
Del libro:
Anthony de Mello
El Canto del Pájaro
Fotografía tomada del internet
martes, 27 de octubre de 2020
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