sábado, 25 de abril de 2020

TÚ ERES EL CIELO, NO LAS NUBES.


¡DESPIERTA! ¡FELICIDAD ERES TÚ!


Despertarse es la espiritualidad, porque sólo despiertos podemos entrar en la verdad y descubrir qué lazos nos impiden la libertad. Esto es la iluminación. Es como la salida del sol sobre la noche, la luz sobre la oscuridad. Es la alegría que se descubre a sí misma, desnuda de toda forma. Esto es la iluminación. El místico es el hombre iluminado, el que todo lo ve con claridad, porque está despierto.

No quiero que os creáis lo que os digo, porque yo lo digo, sino que cuestionéis cada palabra y analicéis su significado y lo que os dice en vuestra vida personal; pero con sinceridad, sin auto-engañaros por comodidad o por miedos.

Lo importante es el Evangelio, no la persona que lo predica ni sus formas. No la interpretación que se le ha dado siempre o el que le da éste o aquél, por muy canonizado que esté. Eres tú el que tienes que interpretar el mensaje personal que encierra para ti, en el ahora. No te importe lo que la religión o la sociedad prediquen.

La sociedad sólo canoniza a los que se conforman con ella. En el tiempo de Jesús y ahora. A Jesús no pudieron canonizarlo y por ello lo asesinaron.

¿Quiénes creéis que lo mataron?. ¿Los malos?. No. A Jesús lo asesinaron los buenos de turno, los más respetados y creídos en aquella sociedad. A Jesús lo mataron los escribas, los fariseos y sacerdotes; y si no andas con cuidado, asesinarás a Jesús mientras vives dormido.



Del libro:
La Iluminación es la Espiritualidad
Anthony de Mello

viernes, 24 de abril de 2020

¿CÓMO SABRÉ SI ESTOY DORMIDO?


IMPORTA LA VIDA


El ir contra la realidad, haciendo problemas de las cosas, es creer que «tú» importas, y lo cierto es que tú, como personaje individual, no importas nada.

Ni tú, ni tus decisiones ni acciones importan nada en el desarrollo de la vida; es la vida la que importa y ella sigue su curso. Sólo cuando comprendes esto y te acoplas a la unidad, tu vida cobra sentido. Y esto queda muy claro en el Evangelio. ¿Importaron todas las transgresiones y desobediencias para la historia de la salvación?. ¿Importa si yo asesino a un hombre?. ¿Importó el que asesinaran a Jesucristo?. Los que lo asesinaron creían estar haciendo un acto «bueno», de justicia, y lo hicieron después de mucho «discernimiento».

Jesús era portador de la luz y por ello predicaba las cosas más raras y contrarias al judaísmo, a sus creencias e interpretaciones religiosas: Hablaba con las mujeres, comía con ladrones y prostitutas. Pero, además, interpretaba la Ley en profundidad, cargándose las reglas y sus formas. Los «sabios» y los «poderosos» tenían que cargárselo. ¿Podía ser de otra manera?. Era necesario que muriera así, asesinado y no enfermo de vejez.

Cuentan que un rey godo se emocionó al oír el relato de Jesús y dijo: «¡De estar yo allí, no se lo hubieran cargado!».

¿Lo creemos así, como ese rey godo?.

Dormimos.

La muerte de Jesús descubre la realidad en una sociedad que está dormida, y por ello, su muerte es la luz. Es el grito para que despertemos.


Del libro:
La Iluminación es la Espiritualidad
Anthony de Mello

jueves, 23 de abril de 2020

MENTE DE NATURALEZA DISPERSA


MIEDOS TENDENCIOSOS


LA CALMA EN MITAD DE LA TORMENTA


Cada vez que experimentamos una oleada de miedo, odio o envidia, podemos hacer algo para que esa energía negativa no nos destruya. No hay necesidad alguna de que los diferentes elementos de nuestro ser entren en conflicto. Solo debemos hacer, para transformarlos, el esfuerzo de prestarles la debida atención. 

Necesitamos mantener una actitud no violenta hacia nuestro sufrimiento, nuestro dolor y nuestro miedo. 

Cuando experimentamos una emoción poderosa, como el miedo o la desesperación, podemos sentirnos desbordados. Con la práctica, sin embargo, podemos aprender a abrazar nuestro miedo porque sabemos que en cada uno de nosotros yace la semilla de la plena consciencia. Si nuestra práctica conecta a diario con esa semilla mientras caminamos, estamos sentados, respiramos, sonreímos o comemos, estaremos cultivando la energía de la plena consciencia. 

Luego bastará, cada vez que necesitemos esa energía, con establecer contacto con esa semilla para que esa energía aflore y podamos emplearla para abrazar nuestras emociones. Si tenemos éxito en este empeño, aunque solo sea una vez, tendremos algo de paz y menos miedo a esa poderosa emoción la próxima vez que se presente. 



Extracto del libro:
Miedo
Thich Nhat Hanh
Fotografía tomada de internet
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