sábado, 4 de abril de 2020
6.EL CONDICIONAMIENTO I.
El punto de partida es la capacidad de la mente para quedarse con la experiencia del dolor o del placer producidos por el contacto con un objeto, persona, situación… La memoria de esta experiencia, especialmente cuando es repetida, condiciona el deseo o el temor.
El siguiente paso condicionado consiste en el logro del objeto del deseo, de lo que gusta y la huida de lo que disgusta.
A continuación, el aprendizaje de los medios e instrumentos, bien sean los pensamientos, las habilidades, que encadenadas al objetivo procuran su alcance. En esta fase se desarrollan las cualidades de la disciplina, la astucia, el capricho y demás habilidades de cada objetivo concreto tendiendo a la repetición, a la especialización y a la adicción consumista perdiéndose la capacidad del percibir al objeto en sus diversas dotaciones y características, limitándose su percepción por la unilateralidad del deseo y convirtiendo en cosas o cosificando todo elemento. Por otro lado, especializados en el logro del placer y la satisfacción, las grandes y pequeñas frustraciones, fracasos y dolores descompensan al consumidor mal acostumbrado y peor adiestrado procurándole estados desconocidos de sufrimiento hasta llegar a las depresiones o compensaciones destructivas.
Bibliografía:
La luciérnaga ciega: Soko Daido Ubalde
Fotografía tomada de internet
viernes, 3 de abril de 2020
EL FILO DE LA ESPADA
Cuando Mohammed Alp Ulug Harezmshah hubo tomado por asalto la ciudad de Sebsvar, los ciudadanos imploraron su piedad:
«¡Oh, sha! Somos tus servidores. Perdónanos la vida y pagaremos el tributo que exijas. ¡Perdónanos la vida aunque no sea más que por unos días!».
El sultán les respondió:
«Hay entre vosotros un hombre llamado Abu Bekr. Mientras no me lo hayáis traído, vuestra vida sólo penderá de un hilo. Si fracasáis, ¡os pasaré a todos a cuchillo!».
Un hombre trajo entonces una bolsa de oro y dijo:
«¡No nos pidas tal cosa pues, en nuestra ciudad, no existe nadie con ese nombre! ¡Es como si buscases polvo en el fondo de un río!».
Sin dirigir la menor mirada a la bolsa de oro, el sultán dijo:
«¡Oh, adoradores del fuego! No esperéis salvación si no me traéis a ese Abu Bekr. ¡No creáis que me contentaré, como un niño, con bolsas de oro y de plata!».
Los habitantes de Sebsvar se pusieron, pues, a registrar hasta los menores rincones de la ciudad, con la esperanza de encontrar a aquel hombre. Después de tres días y tres noches de búsquedas, acabaron por encontrar a un hombre llamado Abu Bekr. Era endeble y flaco y vivía, enfermo y afligido, en medio de los escombros.
«¡Ven aprisa —le dijeron los ciudadanos—, el sultán te reclama! Sólo tú puedes salvar nuestra ciudad del degüello».
—Si tuviera fuerza para caminar, replicó el hombre, habría abandonado este lugar desde hace muchísimo tiempo. ¡No me habría quedado entre mis enemigos y habría ganado lo más aprisa posible el país del amigo!
Entonces, colocaron a Abu Bekr en un féretro y lo llevaron al sultán.
Este universo es como la ciudad de Sebsvar. Muchos hombres de Dios están extraviados en él y Dios, como el sultán de Harezmshah, pide al pueblo un corazón puro. El profeta dijo: «Dios no mira vuestra apariencia. No busquéis más que la pureza del corazón». Sólo los hombres de corazón merecen Sus miradas. Tú te has creído un hombre de corazón y te has vuelto orgulloso. Así es como te has salido del camino de los hombres de corazón.
Tú dices al sultán: «¡He aquí un corazón puro! ¡Es lo mejor que puede encontrarse en la ciudad de Sebsvar!».
Te responderán: «¡Esto no es un cementerio! ¿Por qué me traes un cadáver? ¿No existe un corazón puro junto al cual se refugien los ciudadanos?».
No olvides que los corazones puros están disimulados en este universo, pues la luz es lo contrario de la oscuridad.
150 Cuentos sufíes
Maulana Jalāl al-Dīn Rūmī
Fotografía tomada de internet
jueves, 2 de abril de 2020
LIMPIAR LA CASA
El Buda nos enseñó a abstenernos de lo que es malo, a hacer el bien y a purificar el corazón. Nuestra práctica, entonces, es deshacernos de lo que no vale la pena y quedarnos con lo que es valioso. ¿Todavía guarda alguna cosa mala o algo que no está del todo bien en su corazón? ¡Por supuesto! Entonces, ¿por qué no limpia la casa?
Aunque la práctica verdadera no consiste únicamente en deshacernos de lo que es malo y cultivar lo bueno. Esto es tan sólo una parte. Al final debemos ir más allá de ambos, de lo bueno y de lo malo. En definitiva, hay una libertad que lo incluye todo, y un absoluto abandono del deseo, desde donde el amor y la sabiduría fluyen con naturalidad.
Extracto del libro:
No Ajahn Chah
Reflexiones
Fotografía de Internet
miércoles, 1 de abril de 2020
LA EDUCACIÓN (LO QUE NOS APORTA EL JAPÓN)
Japón es un país del tamaño de Chihuahua y Aguascalientes, pero tiene ciento veinticuatro millones de habitantes, los diez bancos más grandes del mundo, los índices educativo y de longevidad más altos y el índice de criminalidad más bajo. Su producto nacional es igual al de Francia, Inglaterra y Alemania sumados. ¿A qué se debe esa productividad? Es una gran historia, una gran tradición.
Les voy a dar unas claves para que sean magníficos empresarios en esta nación.
Analizando las diferencias entre Japón y México, veo tres especialmente importantes: la educación, la religión y la actitud hacia la vida misma y la naturaleza.
LA EDUCACIÓN
En México se da mucho la educación instructiva, de conocimientos. A nuestros padres les preocupa la tabla de multiplicar del 5, el 6 y el 8, pero ¿y la educación formativa? ¿Qué valores son inculcados en nuestras escuelas? Entre los valores que tenemos que tomar en cuenta están la honestidad, la puntualidad y la limpieza. Estos hacen parte de la educación necesaria para un empresario de éxito.
Existen cuatro pasos para ser un empresario de excelencia: el bien ser, el bien hacer, el bien estar y el bien tener.
Primero, el "bien ser"", es decir, ser honesto, puntual y disciplinado. Por ejemplo: en esta conferencia están cerca de seiscientas personas. Si el conferencista llega diez minutos tarde la nación está perdiendo seis mil minutos. Por eso no se puede jugar con el tiempo, y menos con el de los demás.
Otro principio Fundamental es el respeto: si no es tuyo, debe ser de alguien. Si esta pluma te la encontraste en un escritorio debe ser de alguien, entonces devuélvela. Si te encuentras un reloj o un anillo y no es tuyo, debe ser de alguien; si te encuentras una cartera tirada en la calle y no es tuya, debe ser de alguien; y si te encuentras una señora en una fiesta y no es tuya, debe ser de alguien. Si todos respetáramos estas cosas, viviríamos mejor.
Soy el fabricante de los juguetes Kay. En esta empresa no hay llaves en ningún lado. Les voy a comentar cómo conseguí a mi gente. Compraba el periódico que venden los muchachos en la tarde. Yo les daba $100, y me tenían que regresar $99.20. Muchos no me los regresaron, pero los que lo hicieron son los que actualmente tienen un porvenir, son los actuales ejecutivos y directores.
Cuando los japoneses van a cualquier exposición del mundo, regresan al hotel y, sin cámaras de video o fotografía, hacen los planos de esas máquinas y los mejoran. Yo mando a mis técnicos a exposiciones en Hamburgo y les pregunto: "¿Qué vieron?" Me contestan:
"Un oso". "¿Y qué tiene el oso?" Les pregunto las medidas, el volumen o el material, y me lo dicen con exactitud.
Segundo, el "bien hacer". Haz las cosas bien. Si vas a nadar hazlo bien; si vas a estudiar, hazlo bien; y si vas a hacer el amor hoy en la noche hazlo bien, entrégate. Las gentes que son un "bien ser" y dan a la familia y a su escuela mas de lo que recibieron, llegarán al tercer paso, al "bien estar". Y quienes siguen estos tres pasos, en este orden, tarde o temprano llegarán a lograr un "bien tener". Yo les digo a los empresarios: "¿Cómo te atreves a sancionar a un trabajador que se retrasa diez minutos, mientras tú llegas dos horas tarde y en automóvil último modelo?"
Extracto del libro:
La culpa es de la vaca 1a parte
Lopera y Bernal
Fotografía de Internet
martes, 31 de marzo de 2020
Suscribirse a:
Entradas (Atom)