jueves, 2 de abril de 2020

LIMPIAR LA CASA


El Buda nos enseñó a abstenernos de lo que es malo, a hacer el bien y a purificar el corazón. Nuestra práctica, entonces, es deshacernos de lo que no vale la pena y quedarnos con lo que es valioso. ¿Todavía guarda alguna cosa mala o algo que no está del todo bien en su corazón? ¡Por supuesto! Entonces, ¿por qué no limpia la casa?

Aunque la práctica verdadera no consiste únicamente en deshacernos de lo que es malo y cultivar lo bueno. Esto es tan sólo una parte. Al final debemos ir más allá de ambos, de lo bueno y de lo malo. En definitiva, hay una libertad que lo incluye todo, y un absoluto abandono del deseo, desde donde el amor y la sabiduría fluyen con naturalidad.



Extracto del libro:
No Ajahn Chah
Reflexiones
Fotografía de Internet

NADA QUE PERDER


miércoles, 1 de abril de 2020

LA EDUCACIÓN (LO QUE NOS APORTA EL JAPÓN)


Japón es un país del tamaño de Chihuahua y Aguascalientes, pero tiene ciento veinticuatro millones de habitantes, los diez bancos más grandes del mundo, los índices educativo y de longevidad más altos y el índice de criminalidad más bajo. Su producto nacional es igual al de Francia, Inglaterra y Alemania sumados. ¿A qué se debe esa productividad? Es una gran historia, una gran tradición.

Les voy a dar unas claves para que sean magníficos empresarios en esta nación.

Analizando las diferencias entre Japón y México, veo tres especialmente importantes: la educación, la religión y la actitud hacia la vida misma y la naturaleza.


LA EDUCACIÓN

En México se da mucho la educación instructiva, de conocimientos. A nuestros padres les preocupa la tabla de multiplicar del 5, el 6 y el 8, pero ¿y la educación formativa? ¿Qué valores son inculcados en nuestras escuelas? Entre los valores que tenemos que tomar en cuenta están la honestidad, la puntualidad y la limpieza. Estos hacen parte de la educación necesaria para un empresario de éxito.

Existen cuatro pasos para ser un empresario de excelencia: el bien ser, el bien hacer, el bien estar y el bien tener.

Primero, el "bien ser"", es decir, ser honesto, puntual y disciplinado. Por ejemplo: en esta conferencia están cerca de seiscientas personas. Si el conferencista llega diez minutos tarde la nación está perdiendo seis mil minutos. Por eso no se puede jugar con el tiempo, y menos con el de los demás.
Otro principio Fundamental es el respeto: si no es tuyo, debe ser de alguien. Si esta pluma te la encontraste en un escritorio debe ser de alguien, entonces devuélvela. Si te encuentras un reloj o un anillo y no es tuyo, debe ser de alguien; si te encuentras una cartera tirada en la calle y no es tuya, debe ser de alguien; y si te encuentras una señora en una fiesta y no es tuya, debe ser de alguien. Si todos respetáramos estas cosas, viviríamos mejor.

Soy el fabricante de los juguetes Kay. En esta empresa no hay llaves en ningún lado. Les voy a comentar cómo conseguí a mi gente. Compraba el periódico que venden los muchachos en la tarde. Yo les daba $100, y me tenían que regresar $99.20. Muchos no me los regresaron, pero los que lo hicieron son los que actualmente tienen un porvenir, son los actuales ejecutivos y directores.

Cuando los japoneses van a cualquier exposición del mundo, regresan al hotel y, sin cámaras de video o fotografía, hacen los planos de esas máquinas y los mejoran. Yo mando a mis técnicos a exposiciones en Hamburgo y les pregunto: "¿Qué vieron?" Me contestan:
"Un oso". "¿Y qué tiene el oso?" Les pregunto las medidas, el volumen o el material, y me lo dicen con exactitud.

Segundo, el "bien hacer". Haz las cosas bien. Si vas a nadar hazlo bien; si vas a estudiar, hazlo bien; y si vas a hacer el amor hoy en la noche hazlo bien, entrégate. Las gentes que son un "bien ser" y dan a la familia y a su escuela mas de lo que recibieron, llegarán al tercer paso, al "bien estar". Y quienes siguen estos tres pasos, en este orden, tarde o temprano llegarán a lograr un "bien tener". Yo les digo a los empresarios: "¿Cómo te atreves a sancionar a un trabajador que se retrasa diez minutos, mientras tú llegas dos horas tarde y en automóvil último modelo?"


Extracto del libro:
La culpa es de la vaca 1a parte
Lopera y Bernal
Fotografía de Internet

NO NECESITAS UN SALVADOR


domingo, 29 de marzo de 2020

SIN TEMORES


LA GACELA


Un cazador capturó un día una gacela y la encerró en el cercado en el que guardaba sus asnos y sus vacas. La pobre gacela, perdida, corría de aquí para allá. Llegada la noche, el cazador trajo heno para los asnos. Éstos tenían un hambre tan grande que este vil alimento les era dulce como el azúcar. La gacela, aturdida por el polvo, vagaba en todos sentidos. Estar unido uno a su contrario es una tortura peor que la muerte. 

También tú sufres esta tortura sin darte cuenta siquiera. El pájaro de tu alma está encerrado en la misma jaula que su contrario. El espíritu es como un halcón, pero tu naturaleza es la del cuervo. 

Durante mucho tiempo, esta gacela con perfume de almizcle languideció en el cercado de los asnos. Se encontraba allí como un pez varado en la orilla. El almizcle y los excrementos se encontraban reunidos en un mismo lugar. Los asnos empezaron entonces a burlarse de ella. Uno decía: 

«¡Oh, oh! ¡Tiene el carácter de un sultán!». 

Otro: 

«¡Seguro que posee perlas!». 

Cuando quedaron saciados, la invitaron, sin embargo, a satisfacer su hambre, pero la gacela les dijo: 

«¡Estoy muy cansada y apenas tengo apetito! 

—¿Ah, sí? dijeron los asnos. Entendemos perfectamente. Tienes tus caprichos. ¡Temes rebajarte! 

—Es vuestro alimento, dijo la gacela. Os conviene, pero yo soy amiga de la hierba fresca. Acostumbro a saciar mi sed en el agua pura de los ríos. Sin duda lo que me sucede estaba escrito en mi destino. ¡Ay, mi naturaleza no ha cambiado y heme aquí en la situación de un pobre en cuya mirada ni siquiera hay avidez! ¡Mis vestidos pueden estar ajados, pero yo estoy aún fresca! ¡Cuando pienso que en otro tiempo comía a mi voluntad lilas, tulipanes y lirios…! 

—¡La nostalgia te extravía! replicaron los asnos. 

—¡Mi almizcle es mi testigo! respondió la gacela. Incluso el ámbar y el incienso lo respetan. Sólo los que perciben los olores los diferencian. ¡Mi almizcle no está ciertamente destinado a los amantes del fango! ¡Oh, qué inútil es ofrecer almizcle al que aprecia el olor del estiércol!». 

En este bajo mundo, la salvación está en la nostalgia y la soledad. 



150 Cuentos sufíes
Maulana Jalāl al-Dīn Rūmī
Fotografía tomada de internet
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