domingo, 23 de febrero de 2020

CADA NIÑO TIENE EN ÉL UN DIOS


Tengo aquí una hermosa cita, unas pocas frases que yo escribiría en letras de oro. Las tomé del libro de A.S. Neill, Summerhill. Antes, debo exponer algunos antecedentes. Probablemente ustedes saben que Neill fue educador durante cuarenta años. Tenía un colegio muy independiente. Recibía niños y niñas, y los dejaba ser libres. ¿Usted quiere aprender a leer y a escribir? Muy bien. ¿No quiere aprender a leer y a escribir? Muy bien. Usted puede hacer lo que quiera con su vida, mientras no se inmiscuya en los asuntos de otra persona. No interfiera la libertad de otra persona; por lo demás, usted es libre. Dice Neill que los peores casos le llegaban de colegios religiosos. Por supuesto, esto era en los viejos tiempos. Dice que estos niños tardaban alrededor de seis meses en sobreponerse a toda la ira y el resentimiento que habían reprimido. durante seis meses se rebelaban, luchaban contra el sistema. El peor caso fue el de una niña que montaba en su bicicleta y se iba para el pueblo, evitando las clases, evitando el colegio, evitando todo. Pero una vez que superaban su rebeldía, todos querían aprender; hasta empezaban a protestar: "¿por qué no tenemos clase hoy?" Pero solamente estudiaban lo que les interesaba. Se transformaban. Al principio, los padres temían mandar a sus hijos a este colegio; decían: "¿Cómo puede usted educarlos si no se les impone disciplina?  Hay que enseñarles, orientarlos". ¿Cual fue el secreto del éxito de Niel? A él le llegaban los peores niños, los que todo el mundo había dado por perdidos, y en seis meses se transformaban. Escuchen lo que dijo, palabras extraordinarias, palabras santas: "Cada niño tiene un dios en él. Nuestros intentos por moldear al niño convertirán al dios en un demonio. Los niños llegan a mi colegio, pequeños diablos, odian el mundo, son destructivos, maleducados, mentirosos, ladrones, de mal humor. En seis meses se transforman en niños felices, saludables, que no hacen ningún mal". Éstas son palabras sorprendentes en boca de un hombre cuyo colegio en la Gran Bretaña es inspeccionado regularmente por personas del Ministerio de educación, por cualquier director o directora o por cualquier persona que quiera ir. 

Sorprendente. Ése era su carisma. Estas cosas no se hacen siguiendo un plan predeterminado; hay que ser una persona especial. En algunas de sus conferencias a directores y directoras, Neill les dice: "Vengan a Summerhill, y verán que todos los árboles frutales están cargados de frutas; nadie arranca las frutas de los árboles; no hay ningún deseo de atacar a la autoridad; los niños comen bien y no hay resentimiento ni ira. Vengan a Summerhill y nunca encontrarán a un niño lisiado que tenga sobrenombre (ustedes saben cómo pueden ser de crueles los niños cuando alguien es tartamudo). Ustedes nunca encontrarán a nadie burlándose de un tartamudo, nunca. En esos niños no hay violencia porque nadie es violento con ellos". Escuchen esas palabras de revelación, palabras sagradas. en el mundo hay personas así. A pesar de lo que les puedan decir los sabios, los sacerdotes y los teólogos, en el mundo hay personas que no tienen peleas, ni celos, ni conflictos, ni guerras, ni enemistades. ¡Ninguna de esas cosas! En mi país existen, o, me da tristeza decirlo, existieron hasta hace poco. Yo tenía amigos jesuitas que vivían y trabajaban con personas que según me decían eran incapaces de robar o mentir. Una hermana me dijo que cuando ella fue al noreste de la india a trabajar con algunas tribus, la gente no cerraba, o guardaba nada con llave. Nunca se robaban nada y nunca decían mentiras - hasta que llegaron el gobierno y los misioneros. 

Cada niño tiene en él un dios; nuestros intentos por moldearlo convertirán al niño en un demonio. 



Extracto del libro:
Despierta (charlas sobre la espiritualidad)
Anthony de Mello
Fotografía tomada de internet

sábado, 22 de febrero de 2020

TÚ NO EXISTES; SÓLO EXISTE LA VIDA EN SU FORMIDABLES FORMAS


¿EN DÓNDE ESTA EL FUEGO?


Voy a terminar con una hermosa historia.

Hubo un hombre que inventó el arte de producir fuego. Tomó sus herramientas y fue a una tribu que residía en un lugar del norte en que hacía mucho frío, un frío cortante. Les enseño a los de la tribu a producir fuego. Ellos se interesaron muchísimo. Les enseño que el fuego era útil para varias cosas: para cocinar, para calentarse, etc. Ellos estaban muy agradecidos con él por haberles enseñado el arte de producir fuego. Pero antes de que pudieran expresar su gratitud, el hombre desapareció. A él no le interesaba el reconocimiento o la gratitud de la tribu; le interesaba el bienestar de ésta. Fue a otra tribu, en la cual también se dedicó a enseñarles el valor de su invento. Allí también la gente estaba interesada, un poquito demasiado interesada para la paz mental de sus sacerdotes, quienes empezaron a notar que este hombre congregaba multitudes mientras ellos perdían popularidad. De manera que decidieron eliminarlo. Lo envenenaron, lo crucificaron, díganlo como quieran. Pero temían que ahora la gente se volviera contra ellos, de manera que fueron prudentes, incluso astutos, ¿Saben que hicieron? Mandaron hacer un retrato del hombre y lo pusieron sobre el altar principal del templo. Enfrente del retrato pusieron los instrumentos del fuego, lo cual hicieron debidamente durante siglos. Siguieron la veneración y la adoración, pero no había fuego. 

¿En dónde está el fuego? ¿En dónde está el amor? ¿En dónde está la droga desarraigada de usted? ¿En dónde está la libertad? De esto se trata la espiritualidad. Trágicamente, tendemos a perder esto de vista, ¿no es así? De esto se trata Jesucristo. Pero le dimos demasiado énfasis al "Señor, Señor", ¿no es verdad? ¿En dónde está el fuego? Y si el culto no lleva al fuego, si la adoración no lleva al amor, si la liturgia no lleva a una percepción más clara de la realidad, si Dios no lleva a la vida, ¿de qué sirve la religión excepto para crear más divisiones, más fanatismo, más antagonismo? No es por falta de religión, en el sentido ordinario de la palabra, por lo que sufre el mundo; es por falta de amor, de consciencia, y no de otro modo. Comprendan los obstáculos que les ponen al amor, a la libertad, a la felicidad y la oscuridad desaparecerá. La felicidad no es algo que se adquiere; el amor no es algo que uno produce; el amor es algo que uno tiene; el amor es algo que lo tiene a uno. Uno no tiene el viento, las estrellas y la lluvia. Uno no posee estas cosas; uno se entrega a ellas. Y la entrega ocurre cuando uno toma consciencia de sus ideas ilusorias, de sus adicciones, cuando uno tenga una consciencia de sus deseos y sus temores. Como les dije antes, en primer lugar, la comprensión psicológica es de gran ayuda, pero no el análisis. Uno de los grandes terapeutas estadounidenses lo dijo muy bien: "Lo que cuenta es la experiencia del "Ah, si", eso es visión. Eso es cambio. En segundo lugar, la comprensión de su adicción es importante. Se necesita tiempo. Desgraciadamente, se dedica mucho tiempo al culto y al canto de alabanzas y a cantar canciones, tiempo que podría dedicarse con buenos frutos a la comprensión de sí mismo. Las celebraciones litúrgicas comunes no producen comunidad. Ustedes saben en el fondo del alma, y también lo sé yo, que esas celebraciones solamente sirven para ocultar las diferencias. La comunidad se produce comprendiendo los bloqueos que le ponemos a la comunidad, comprendiendo los conflictos que surgen como resultado de nuestros temores y nuestros deseos. En ese momento, surge la comunidad. Debemos tener cuidado, para no convertir el culto en otra distracción en la importante empresa de vivir. Y vivir no significa trabajar en el gobierno, o ser un gran hombre de negocios, o hacer actos de caridad. Eso no es vivir. Vivir es descartar todos los impedimentos y vivir en el momento presente con frescura. "Las aves del cielo... ellas no trabajan ni hilan" -eso es vivir. Empecé diciendo que la gente está dormida, muerta. Hay gente muerta gobernando, gente muerta dirigiendo los grandes negocios, gente muerta educando a otros; ¡Vivan! El culto debe ayudar a esto, o es inútil. Y progresivamente - ustedes saben esto y yo también- estamos perdiendo a los jóvenes en todas partes. Ellos nos odian; no les interesa tener más temores y más culpas. No les interesan más sermones y exhortaciones. Pero les interesa aprender sobre el amor. ¿Cómo puedo ser feliz? ¿Cómo puedo estar realmente vivo? ¿Cómo puedo tener la experiencia de esas cosas maravillosas de las que hablan los místicos? De manera que eso es lo segundo - La comprensión. En tercer lugar, no se identifique. Mientras venía hoy para acá alguien me preguntó: "Alguna vez se ha sentido usted deprimido?" Realmente, a veces me deprimo. Me dan mis ataques. Pero no duran, realmente no duran. ¿Qué hago? Primer paso: No me identifico. Aquí tenemos un sentimiento de depresión. En lugar de ponerme tenso, en lugar de irritarme conmigo mismo debido a eso, comprendo que estoy deprimido, decepcionado, o lo que sea. segundo paso: Admito que el sentimiento está en mí, no en la otra persona, es decir, en la persona que no me mandó una carta, no en el mundo exterior, está en mí. Porque mientras piense que está fuera de mi, considero justificado conservar mis sentimientos. No puedo decir que todo el mundo se sienta así; en realidad, solamente los idiotas se sentirían así, solamente las personas dormidas. Tercer paso: No me identifico con el sentimiento. El "yo" no es ese sentimiento. El "yo" no está solo, el "yo" no está deprimido, el "yo" no está decepcionado. La decepción está allí, uno la observa. Ustedes se sorprenderán con la rapidez con que desaparece. Cualquier cosa de la cual uno tenga consciencia cambia continuamente; las nubes se mueven continuamente. cuando uno logra eso, comprende de muchas maneras por qué había nubes. 


Extracto del libro:
Despierta (charlas sobre la espiritualidad)
Anthony de Mello
Fotografía tomada de internet

viernes, 21 de febrero de 2020

LA TIERRA DEL AMOR


Si realmente dejamos las ideas ilusorias acerca de algo que podría darnos o quitarnos, estaríamos alertas, La consecuencia de no hacerlo es terrible e ineludible. Perdemos nuestra capacidad de amar. Si usted quiere amar, debe aprender a ver de nuevo, Y si quiere ver, debe aprender a renunciar a su droga. Así es de sencillo. Renuncie a su dependencia. Rompa los tentáculos de la sociedad que lo hayan rodeado y que han sofocado su ser. Renuncie a ellos. Externamente, todo seguirá como antes, pero aunque usted continuará estando en el mundo, ya no será del mundo. En su corazón, ahora será finalmente libre, aunque estará completamente solo. Su dependencia de la droga morirá. No tiene que irse para el desierto; está en medio de las personas, disfruta de ellas enormemente. Pero ya no tienen el poder de hacerlo feliz o desdichado. Eso es lo que significa estar solo. En esta soledad muere su dependencia. Nace la capacidad de amar, Ya no ve a los demás como un medio de satisfacer la adicción. Solamente quien lo ha intentado conoce los terrores del proceso. Es como invitarse a sí mismo a morir. Es como pedirle al pobre drogadicto que renuncie a la única felicidad que ha conocido ¿Cómo cambiará por el sabor del pan y de la fruta y el sabor limpio del aire de la mañana, la dulzura del agua de la fuente en la montaña? Mientras luche con los síntomas de la abstinencia y el vacío que siente en su interior ahora que la droga se ha acabado, nada puede llenar el vacío excepto la droga. ¿Puede usted imaginar una vida en la cual usted se niega a disfrutar o a gozar con una sola palabra de aprecio, o a reclinar la cabeza en el hombro de alguien buscando apoyo? Piense en una vida en la cual usted no dependa de nadie emocionalmente, de manera que nadie tenga el poder de hacerlo feliz o desgraciado. Usted se niega a necesitar a una persona particular o a ser especial para alguien o a sentir que alguien le pertenece. Las aves del cielo tienen sus nidos y los zorros tienen sus madrigueras, pero usted no tendrá en dónde apoyar su cabeza en su viaje por la vida. Si alguna vez llega a este estado, sabrá finalmente lo que significa ver con una visión clara y sin nubes de temor o deseo. Allí cada palabra se mide. Ver finalmente con una visión que es clara, y sin nubes de temor o de deseo. sabrá lo que significa amar. Pero para llegar a la tierra del amor, tiene que pasar por los dolores de la muerte, porque amar a las personas significa morir a la necesidad de las personas, y estar completamente solo. 

¿Cómo podría usted llegar allá algún día? Por medio de una consciencia incesante, por medio de una paciencia y una compasión infinitas como las que tendría por el drogadicto. Desarrollando el gusto por las cosas buenas de la vida para contrarrestar la necesidad de la droga. ¿Cuáles cosas buenas? El amor al trabajo que a usted le gusta hacer por el trabajo mismo; el amor a la risa y a la intimidad con las personas a las cuales usted no se aferra y de las cuales no depende emocionalmente pero cuya compañía usted disfruta. También ayudará que usted realice actividades que pueda hacer con todo su ser, actividades que a usted le gusten tanto que cuando se dedique a ellas, el éxito, el reconocimiento y la aprobación sencillamente no signifiquen nada. También ayudará que regrese a la naturaleza. Despida a las multitudes, suba a las montañas, y comulgue en silencio con los árboles y las flores y los animales y las aves, con el mar y las nubes y el cielo y las estrellas. Ya le dije que mirar las cosas , ser consciente de las cosas que nos rodean es un gran ejercicio espiritual. Confiemos en que las palabras desaparecerán, los conceptos desaparecerán, y usted, ya lo verá, entrará en contacto con la realidad. Ésa es la cura para la soledad. Generalmente, tratamos de curar nuestra soledad dependiendo emocionalmente de la gente, y por medio de la sociabilidad y el ruido. Eso no es una cura. Regrese a las cosas, regrese a la naturaleza, suba a las montañas. Entonces sabrá que su corazón lo ha llevado al vasto desierto de la soledad, allí no hay nadie a su lado, absolutamente nadie. 

Al principio esto parecerá insoportable. Pero es porque usted no está acostumbrado a estar solo. Si logra permanecer allí por un tiempo, el desierto florecerá de pronto en el amor. Su corazón estallará en cantos. Y siempre será primavera; la droga desaparecerá; usted es libre. Entonces comprenderá lo que es el amor, lo que es la felicidad, lo que es la realidad, lo que es la verdad, lo que es Dios. Usted verá, usted sabrá más allá de los conceptos y los condicionamientos, de las adicciones y los apegos. ¿Eso tiene sentido? 


Extracto del libro:
Despierta (charlas sobre la espiritualidad)
Anthony de Mello
Fotografía tomada de internet

NO VIVES COMO ES DEBIDO


jueves, 20 de febrero de 2020

CUANDO EMPIECES A BAILAR


LO MANIFESTADO Y LO INMANIFESTADO SON UNO


4. Lo manifestado y lo inmanifestado son uno.

¿Es el "yo" una entidad sempiterna que aparece en niveles diferentes: manifestado y no manifestado? Esta pregunta se la plantean a menudo a Maharaj en formas diversas, con distintas palabras, diferentes personas, pero la esencia de la interrogante es siempre la misma. En ocasiones un visitante audaz puede haber llegado a formular la pregunta justo al principio de una sesión, al mencionar Maharaj, cosa que hace a menudo, que sus oyentes deben siempre tener presente que no está hablando como un individuo a otro, sino como la conciencia a la conciencia con respecto a la naturaleza de ella misma.

Según Maharaj, en el nivel mental el "yo" puede ser considerado bajo tres aspectos: 1) el impersonal, Avyakta (no manifestado), el Yo absoluto, más allá de toda percepción o experiencia sensorial e inconciente de sí mismo. 2) El suprapersonal, Vyakta (manifestado), el cual es el reflejo del Absoluto en la conciencia como "yo soy"; y 3) el personal, Vyakti, el cual es un complejo de procesos físicos y vitales, el aparato sicosomático en el que la conciencia se manifiesta.

No obstante, Maharaj hace esta observación para recordar reiteradamente que tal distinción es tan sólo teórica y no puede existir en la realidad. En esencia, no hay distinción entre lo manifestado (Vyakta) y lo no manifestado (Avyakta), así como no hay ninguna diferencia esencial entre la luz y la luz de día. El universo está lleno de luz pero esa luz sólo puede ser vista hasta que se refleja sobre una superficie como luz de día; y lo que revela la luz de día es la persona individual (Vyakti). El individuo en la forma de un cuerpo humano es siempre el objeto; la conciencia (en tanto testigo) es el sujeto y su relación de dependencia mutua (la conciencia no puede aparecer sin el aparato de un cuerpo y el cuerpo no puede tener sensibilidad sin la conciencia) es la prueba de su identidad básica con el Absoluto. Ambos son la misma conciencia; una en reposo y la otra en movimiento, cada una conciente de la otra.

El universo entero, explica Maharaj, existe sólo en la conciencia. La conceptualización de este proceso sería como sigue: la conciencia se origina en el Ser puro, por ninguna causa o razón particular que no sea el hecho de que es su naturaleza hacerlo así, al igual que las olas en la superficie del mar. El mundo aparece y desaparece en la conciencia; y cada uno de nosotros tiene derecho a decir: todo lo que existe forma parte de mí, todo lo que existe es mío, antes de todo principio, después de todo fin, estoy ahí para atestiguar todo lo que sucede. "Yo", "tú "y "él" son sólo apariencias en la conciencia; todo es básicamente Yo.

No es que el mundo no exista. En tanto apariencia en la conciencia, el mundo es la totalidad dé lo conocido en el potencial de lo desconocido. Puede decirse que el mundo aparece, pero no es. La duración de la apariencia, por supuesto, diferirá de acuerdo con las diferentes escalas de tiempo. Aparte del hecho de que el mundo desaparece en el sueño profundo y reaparece en el estado de vigilia, la duración de su aparición suele variar con el periodo del tiempo que dura nuestra vida; unas cuantas horas en el caso de un insecto y eones en el de la trinidad de Brahma, Vishnú y Maheshwara. Finalmente, sin embargo, todo lo que es apariencia en la conciencia debe tener un fin y no puede tener realidad alguna.

La forma en que expone Maharaj este conocimiento sublime es, en verdad, asombrosa por la diversidad de aspectos que presenta, mientras el tema central permanece anclado con firmeza. Dice que la conciencia en sí procede del Absoluto (Avyakta) y permea el yo interno (Vyakta). El yo externo (Vyakti) es la parte de nuestro ser de la que no nos damos cuenta, ya que, si bien podemos ser concientes (pues todo ser sensible tiene conciencia), es posible que no nos percatemos de ello. En otras palabras, el yo externo (Vyakti) está delineado por el cuerpo físico; el yo interno (Vyakta) por la conciencia y sólo puede tenerse contacto con lo Supremo (Avyakta) en la Conciencia Pura.

No puede haber ninguna "experiencia" como tal del Absoluto, por la simple razón de que no puede haber nada objetivo en el Absoluto, que es en esencia subjetividad pura. La conciencia del yo interno es el vehículo de toda experiencia. El Absoluto proporciona la potencialidad de la experiencia; el yo, la factibilidad.

El contacto de la persona individual con la conciencia del Absoluto sólo puede producirse cuando la mente se encuentra en "ayuno", por así decirlo, pues en ese momento cesa el proceso de conceptualización.

Cuando la mente está en calma, refleja la Realidad; cuando la mente está en reposo absoluto se disuelve y no queda más que la Realidad. Esta es la razón, nos dice Maharaj continuamente, por la que es necesario ser uno con la conciencia. Cuando la mente se deleita, desaparece la Realidad; cuando la mente ayuna, aparece la Realidad.

La conciencia en sí, señala Maharaj de otra manera más, cuando está en contacto con un objeto, una forma física, se vuelve testigo. Si al mismo tiempo se autoidentifica con el objeto, tal estado se convierte en "la persona". En la Realidad no hay más que un estado; cuando se corrompe y contamina a causa de la identificación con el "yo", puede denominarse persona (Vyakti); cuando se tiñe con un sentido de ser, la conciencia resultante se convierte en "el testigo"; cuando permanece en su pureza original, sin contaminación ni matiz alguno, es lo Supremo, el Absoluto.

Es necesario tener clara la diferencia, si bien teórica, entre la conciencia en sí del Absoluto y la conciencia en la que aparece el universo, nos advierte siempre Maharaj. Una es sólo reflejo de la otra. Pero el reflejo del sol en la gota de rocío no es el sol. En ausencia de la objetivación, como en el sueño profundo, no está el universo aparente, pero estamos nosotros. Es así porque lo que somos es lo que el universo aparente es, y viceversa -dual en la presencia, y no dual si está ausente; irreconciliablemente alejados en concepto, inviolablemente unidos en ausencia de toda concepción.


Tomado del libro:
El buscador es lo buscado
Puntos clave de la enseñanza de Nisargadatta Maharaj
Ramesh Balsekar
Imágenes de Internet

martes, 18 de febrero de 2020

EFECTO PIGMALIÓN


No permitas que tu felicidad dependa de alguien porque no siempre esa persona será como crees.
(Albert Einstein)


En 1968 Robert Rosenthal y Lenore Jacobson introdujeron el concepto del efecto Pigmalión que se ha mencionado anteriormente.

Esta teoría describe cómo nos vemos afectados por las expectativas que los demás tienen puestas en nosotros.

Rosenthal y Jacobson se basaron en el mito del legendario rey de Chipre, quien esculpió una estatua de una mujer, Galatea, enamorándose de ella, y a la cual Afrodita concedió vida para que pudieran estar juntos.

Somos seres sociales que necesitamos relacionarnos, y respondemos de forma inconsciente a las necesidades y los deseos de aquellos que nos rodean, llegando a ser de la forma que los demás creen que debemos ser.

De ello se desprende que si alguien dice que «José es un mal alumno», José acabará por ser un mal alumno, una teoría esta que se ha demostrado con múltiples experimentos llevados a cabo tanto en escuelas como en ámbitos sociales y laborales. Esto significa que tratar a una persona de determinada manera la condiciona y condiciona a los demás, dado que la visión que se tiene de alguien viene determinada por lo que se ha oído contar de ella.

La buena noticia es que también las expectativas positivas se contagian.

Es importante saber cómo funciona el efecto Pigmalión, pero también ser capaces de actuar al margen de las expectativas de los demás, tomando el mando de nuestro destino.

De haber hecho caso Einstein de las predicciones que se hicieron en su infancia, cuando era un estudiante con poca facilidad lingüística, jamás habría ingresado en la universidad.

Las malas experiencias y el miedo a no cumplir las expectativas —tanto las nuestras como las de los demás—nos frenan en nuestra vida y en el logro de nuestros sueños y metas. Por ello se impone no esperar ni de personas ni de situaciones algo que todavía no ha sucedido. No juzguemos una cosa por lo que «nos gustaría que fuera» y amémosla por lo que «realmente es».




Tomado del libro:
Einstein para despistados
Allan Percy
Fotografía de Internet
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