jueves, 26 de diciembre de 2019
REALIZAR LA VÍA A TRAVÉS DE LA VIDA COTIDIANA
Había una vez un joven Maestro llamado Lung Tan, que visitó al Maestro chan, Tao Wu.
-En el lugar de donde vengo -dijo a Tao Wu- nunca pensé que fueras tú quien supuestamente formaste mis aspiraciones en lugar de ser yo.
-En el lugar de donde vienes -respondió el maestro- no hubo ni un solo momento en el que yo no formase tus aspiraciones.
No estando de acuerdo, Lung Tan, mostró descontento.
-¿Qué quieres decir con esto?
-Tal como son las cosas -razonó Tao Wu-, cuando me envías tu té, lo recibo; cuando me traes tu arroz, lo acepto. Ahora bien, cuando te inclinas saludándome, respondo con una inclinación de cabeza. Dime, ¿qué ocurre?, ¿te atreves a decir que yo no formo tus aspiraciones allí donde estés?
Lung Tan no pudo encontrar ninguna respuesta. Bajó la cabeza reflexionando y se mantuvo en silencio bastante tiempo.
-Quienes se realizan totalmente no tienen la menor duda de si se trata de la verdadera Iluminación o no -dijo Tao Wu.
Tras oír esto, Lung Tan alcanzó la realización instantánea. Entonces preguntó al Maestro:
-Desde ahora, ¿qué debo hacer para conservar este estado de Iluminación?
-No cuesta nada hacerlo -respondió el Maestro-, sigue simplemente la naturaleza de tu verdadero yo. Cuando quieras estar ocioso y libre de preocupaciones, por favor, viaja a los Cuatro Mares corno una nube flotante. Adáptate a las circunstancias y no te preocupes de sus efectos. A la luz de la vida cotidiana, limpia tu mente y nunca analices tus actividades para ver si son ignorantes o sabias. Eso es todo.
Comentario: Al buscar el Camino, no se necesita hacer nada sobrenatural. El método más simple de entrar en el Camino es realizarlo a través de la vida cotidiana, al vestirse, comer, estar de pie o pasearse. De este modo, no deben temerse los problemas terrenales, porque se dice que el Camino no puede encontrarse fuera del mundo ordinario. El inicio del Sutra del Diamante describe cómo el Buda se ponía la túnica, llevaba su cuenco y pedía limosna. «Iba a las grandes ciudades mendigando comida. Después volvía a su lugar y comía A continuación dejaba de lado la túnica y el cuenco y se bañaba. Si tenía un refugio para pasar la noche, iba allí a dormir.. » Esto especifica que no existe ninguna diferencia entre la vida ascética y las vidas de las personas ordinarias. Sin embargo, el estado mental de un ser ordinario es netamente diferente del estado mental de un ser Iluminado al hacer cada tarea cotidiana. La pregunta para aquellos que buscan el Camino no es «¿Quién eres?», sino «¿Cómo vas a realizarlo en la vida cotidiana?».
Realmente no se necesita aislarse de la sociedad para practicar el Camino. Como se dice en la obra clásica Chung Yung. «El Camino no es algo que aliene a la gente. La idea de alienación se debe a aquellos que se aíslan de la comunidad para entrar supuestamente en el Camino, cuando en realidad se están alejando cada vez más de la Verdad.»
Extracto tomado del libro:
100 Koans del budismo Chan
Alexander Holstein
Imágenes tomadas del Internet
miércoles, 25 de diciembre de 2019
VERSOS GEMELOS (PAR #5)
9. El que lleva la túnica azafrán sin estar libre de impurezas carece de control sobre sí y no es genuino, sin merecer por tanto la túnica azafrán.
10. El que ha vomitado toda la porquería y se concentra en las prácticas morales posee control de sí y es genuino, mereciendo por tanto la túnica azafrán.
***
La túnica azafrán era un símbolo del budista que renunciaba al mundo, el cual reunía trapos desechados, los lavaba, los cosía para hacer una cobertura para el cuerpo y los teñía de un único color. Es evidente que la túnica azafrán ya se utilizaba hipócritamente en la época de Buda como una especie de camuflaje.
Extracto del libro:
Dhammapada Buda
Imágenes tomadas de Internet
martes, 24 de diciembre de 2019
EL ORGULLO DEL ÉXITO
1. El orgullo del éxito.
"He trabajado duro y considero que soy en este momento un hombre exitoso. Mentiría si no admitiera que me siento muy satisfecho y, sí, muy orgulloso de lo que he logrado. ¿Hago mal?"
Cierta tarde, un visitante extranjero se dirigió a Sri Nisargadatta con estas palabras. Era un hombre de cuarenta y tantos años, soberbio, seguro de sí y un poco agresivo. La conversación se desarrolló entonces sobre las siguientes líneas:
Maharaj: Antes de que consideremos qué "está bien" y qué "está mal", dime por favor quién hace esta pregunta.
Visitante (un poco sorprendido): ¿Cómo? "Yo", desde luego.
¿Y quién es ése?
Yo. Este "yo", quien está sentado frente a ti.
¿Y tú crees que eso eres?
Me ves. Yo me veo. ¿En qué puede haber duda?
¿Te refieres a este objeto que tengo frente a mí? Retrocede en tu memoria tanto como te sea posible; ¿cuál es el recuerdo más antiguo que guardas de lo que crees ser?
(Después de un par de minutos): ...Quizá el primer recuerdo que tengo sea el de verme cuidado y abrazado por mi madre.
Como un niño muy pequeño, quieres decir. ¿Tú dirías que el hombre triunfador de la actualidad es ese mismo niño desvalido, o alguien distinto?
Sin duda es el mismo.
Bien. Ahora, si vuelves la vista más atrás, estarás de acuerdo en que ese niño, al cual recuerdas, es el mismo al que dio a luz tu madre, el cual alguna vez fue tan desvalido que no se daba cuenta siquiera de lo que sucedía cuando su cuerpo realizaba las funciones físicas naturales, y sólo podía llorar al sentir dolor o hambre.
Sí, yo era ese niño.
Y antes de que ese bebé adquiriera un cuerpo y nacieras, ¿qué eras?
No entiendo.
Sí entiendes. Piensa. ¿Qué sucedió en el vientre de tu madre?, ¿qué fue lo que se desarrolló hasta convertirse en un cuerpo con huesos, sangre, médula, músculos, durante un periodo de nueve meses?, ¿no fue un espermatozoide combinado con un óvulo en el vientre femenino donde se inició una nueva vida, pasando además durante el proceso por numerosas contingencias? ¿Es acaso ese espermatozoide infinitesimalmente pequeño el que se enorgullece ahora de sus logros? ¿Quién te esperaba particularmente a ti? ¿Tu madre, tu padre?, ¿ellos te querían en especial a ti como hijo? ¿Tiene algo que ver contigo el hecho de haber nacido de estos padres en particular?
Estoy asombrado, en realidad nunca había pensado en ello.
Precisamente. Reflexiona a este respecto. Luego tal vez puedas hacerte una idea de tu verdadera identidad. Medita más tarde sobre si puedes enorgullecerte de lo que has "logrado".
Creo que empiezo a entender lo que quieres decir.
Si ahondas más en esto, te darás cuenta de que el origen del cuerpo -el espermatozoide y el óvulo- es, en sí, la esencia del alimento que consumieron los padres; que la forma física está compuesta, y se alimenta, de los cinco elementos que constituyen el alimento; te darás cuenta también de que, con mucha frecuencia, el cuerpo de una criatura se convierte en el alimento de otra.
Pero seguramente yo, como tal, debo de ser una cosa distinta de este cuerpo-alimento.
En realidad lo eres, pero no una "cosa". Indaga qué es lo que da sensibilidad a un ser sensible, aquello sin lo cual no sabrías siquiera de tu existencia, y mucho menos de la del mundo exterior. Y, por último, ve más a fondo aún y analiza si esta cualidad de ser, esta conciencia, no está sujeta al tiempo.
Por supuesto profundizaré en las diversas cuestiones que me has planteado, aunque confieso que nunca antes había explorado estos terrenos y me siento un poco aturdido a causa de mi ignorancia en estos nuevos campos a los que me has abierto. Vendré a verte en otra ocasión, maestro.
Serás siempre bienvenido.
Tomado del libro:
El buscador es lo buscado
Puntos clave de la enseñanza de Nisargadatta Maharaj
Ramesh Balsekar
Imágenes de Internet
SABIDURÍA CANINA
Aprende a actuar con sabiduría canina. Inténtalo, vale la pena:
1. Nunca dejes pasar la oportunidad de salir a pasear.
2. Experimenta la sensación del aire fresco y del viento en tu cara sólo por placer.
3. Cuando alguien a quien amas se aproxima, corre para saludarlo (a).
4. Cuando haga falta, practica la obediencia.
5. Deja que los demás conozcan cuándo están invadiendo tu territorio.
6. Siempre que puedas, échate una siesta y estírate antes de levantarte.
7. Corre, salta y juega diariamente.
8. Sé siempre leal.
9. Come con gusto y con entusiasmo, pero detente cuando ya estés satisfecho.
10. Nunca pretendas ser algo que no eres.
11. Si lo que deseas está enterrado, cava hasta encontrarlo.
12. Cuando alguien tenga un mal día, guarda silencio, siéntate cerca de él (ella) y trata de agradarlo (a).
13. Cuando quieras llamar la atención, deja que alguien te toque.
14. Evita morder por cualquier problema.
15. En los días cálidos, acuéstate sobre tu espalda en el prado.
16. En los días de más calor, bebe mucha agua y descansa bajo un árbol frondoso o en tu rinconcito preferido.
17. Cuando te sientas feliz, baila y balancea tu cuerpo.
18. No importa cuántas veces seas censurado, no asumas ningún rencor y no te entristezcas... Corre inmediatamente hacia tus amigos.
19. Alégrate por el simple placer de una caminata.
20. Mantente siempre alerta pero tranquilo.
21. Da cariño con alegría y deja que te acaricien.
Autor desconocido.
Tomado del libro:
Cuentos con Alma
Rosario Gómez Alfonso
Imágenes tomadas de Internet
lunes, 23 de diciembre de 2019
EL VIENTO
Un día, llegó un mosquito ante el profeta Salomón para quejarse:
"¡Oh, Salomón el Justo! Los hombres y los genios obedecen tus órdenes. El ave y el pez confían en tu justicia. No hay nadie hasta hoy que no pueda atestiguarlo. Ayúdanos, pues eres el que vuela en socorro de los débiles. Nosotros, los mosquitos, somos el símbolo mismo de la debilidad." El profeta Salomón le dijo:
"¡Oh, tú que deseas justicia! Dime de quién tienes queja. ¿Quién te tortura? Es extraño que tal verdugo haya podido escapar a mi justicia. Pues, a mi nacimiento, murió la injusticia igual que la oscuridad desaparece al nacer el día."
El mosquito:
"¡Me quejo del viento! Sus manos de verdugo son las que sacuden mi cuerpo en todos los sentidos."
Salomón le dijo:
"Dios me ha dado la orden siguiente: No escuches a un demandante si su enemigo no está presente.
Aunque ese demandante exponga todos sus agravios, en ausencia de su adversario sus quejas no son aceptables. Tráeme a tu adversario si quieres pedir justicia."
El mosquito:
"Dices verdad. El viento es mi adversario y tú eres el único que puede infundirle respeto."
Salomón dijo entonces:
"¡Oh, viento! ¡Ven aquí! Porque el mosquito se queja de ti y de las torturas a que lo sometes."
Al instante, el viento obedeció la orden de Salomón y vino a presentarse ante el profeta. El mosquito huyó al momento. Y Salomón lo llamó:
"¿Por qué huyes así? Ven si quieres que resolvamos tu problema."
El mosquito respondió:
"¡Oh, sultán mío, ayúdame! El representa la muerte para mí. Cuando viene, no puedo quedarme. ¡No me queda más que una solución: la huida!"
Cuando la luz de Dios se manifiesta, no queda otra cosa más que esa luz. Mira las sombras que buscan la luz. Cuando ésta llega, ellas desaparecen.
150 Cuentos sufíes
Maulana Jalāl al-Dīn Rūmī
Fotografía tomada de internet
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