lunes, 28 de octubre de 2019

MIENTRAS USTED CREA QUE ES SU MENTE


SENDEROS


EL SENDERO ES LA META

Si existe alguna posibilidad de iluminarse, es ahora mismo, no en algún momento futuro. El momento es ahora. 



¿QUÉ HACE FALTA para emplear la vida que se nos ha dado en hacernos más sabios, en vez de atascarnos más? ¿Cuál es la fuente de sabiduría a nivel personal e individual? 

En la medida en que comprendemos las enseñanzas, la respuesta a estas preguntas parece estar relacionada con llevar hacia el sendero todo aquello con lo que nos encontramos. Cada cosa tiene su base natural, su camino de desarrollo y su florecimiento. Esto equivale a decir que cada cosa tiene un principio, un medio y un final. Pero también se dice que el sendero es tanto el terreno de base como el florecimiento. Por eso a veces leemos: «El sendero es el objetivo.» 

Este sendero tiene una característica distintiva: no está prefabricado, no existe todavía. El sendero por el que caminamos es la evolución momento a momento de nuestra experiencia, la evolución momento a momento del mundo fenoménico, la evolución momento a momento de nuestros pensamientos y emociones. 

El sendero no es la ruta 66 con destino a Los Ángeles. No podemos sacar el mapa y planificar que este año llegaremos a Gallup, Nuevo México, y que quizá para el 2001 lleguemos a Los Ángeles. El sendero no está dibujado. Viene a la existencia momento a momento, y al mismo tiempo desaparece detrás de nosotros. Es como ir sentados en un tren mirando hacia atrás. No podemos ver hacia dónde vamos, sólo vemos dónde hemos estado. 

Esta enseñanza es muy estimulante porque dice que la fuente de la sabiduría es lo que nos pasa hoy. La fuente de la sabiduría es cualquier cosa que nos pase en este mismo instante. 

Siempre estamos en cierto estado de ánimo; podemos estar tristes o enfadados y podemos estar en un estado no muy concreto, en una especie de bruma. También podemos estar alegres y divertidos. En cualquier caso, sea cual sea nuestro estado de ánimo, ése es el camino. 

Cuando algo nos duele en la vida no solemos pensar que ése sea nuestro camino y la fuente de nuestra sabiduría. De hecho, pensamos que estamos en el camino para librarnos de esa sensación dolorosa. («Cuando llegue a Los Ángeles ya no me sentiré así.») Al mismo nivel en que queremos librarnos de nuestros sentimientos y sensaciones, cultivamos inconscientemente una sutil agresión contra nosotros mismos. 

Sin embargo, el hecho es que cualquiera que haya empleado los momentos y días y años de su vida en llegar a ser más sabio, más bondadoso y a sentir más el mundo como su hogar, ha aprendido de lo que ha ocurrido justamente ahora. Podemos aspirar a ser bondadosos justo en este momento, a relajarnos y a abrir nuestro corazón y mente a lo que hay frente a nosotros justo en este momento. El momento es ahora. Si hay alguna posibilidad de iluminarnos, es justamente ahora, no en cualquier momento futuro. El momento es ahora.




Extracto del libro:
Cuando Todo Se Derrumba
Pema Chödron
Fotografía de Internet

domingo, 27 de octubre de 2019

MENTE DISFUNCIONAL


PRODIGIO


Un día, el hijo de Malik estuvo invitado en casa de Enes. Después de la comida, Enes, al ver que su servilleta estaba muy manchada, ordenó a su servidor que la echase al fuego. Este obedeció sin vacilar.

Los invitados estaban estupefactos, pero su asombro subió de grado cuando vieron que la servilleta salía del fuego completamente limpia. Dijeron:

"¿Cómo es eso posible? ¿Cómo ha podido limpiarse esta servilleta sin consumirse?"

Enes respondió:

"¡El profeta Mustafá se secó la boca y las manos con esta servilleta!"

Los invitados dijeron entonces al servidor:

"Tú, que sabías eso, ¿cómo has podido echarla al fuego?"

El servidor respondió:

"Los hombres de Dios merecen nuestra confianza. ¡Incluso si me hubiese ordenado echarme yo mismo al fuego, lo habría hecho!"

¡Oh, hermano mío! ¡Si la fidelidad de un hombre es menor que la de una mujer, entonces su corazón no merece ser llamado corazón, sino tripas!



150 Cuentos sufíes
Maulana Jalāl al-Dīn Rūmī
Fotografía tomada de internet

viernes, 25 de octubre de 2019

BAÑO


Un día, un emir sintió el deseo de ir al baño. Llamó a su esclavo, que se llamaba Sungur, y le dijo:

"¡Prepara mi sábana, mi barreño y mi jabón! ¡Vamos al baño!"

Sungur ejecutó sus órdenes y ambos tomaron el camino del baño. Ahora bien, en este camino, había una pequeña mezquita. Cuando pasaba ante ella, Sungur oyó la llamada a la oración. Dijo a su amo:

"¡Oh, amo! ¿Podríais esperar unos instantes ante esos almacenes mientras hago mi oración?"

El emir aceptó y se puso a esperar...

Esperó mucho tiempo. Vio salir a los fieles y al imán, pero Sungur seguía en el interior. Perdiendo la paciencia, el emir se puso a gritar:

"¡Oh, Sungur! ¿Porqué no sales?"

Desde el interior de la mezquita, Sungur le respondió:

"Estoy retenido aquí. No pierdas la paciencia. Ya voy. ¡Sobre todo no creas que olvido que me esperas!"

El emir reiteró siete veces su llamada y, cada vez, Sungur respondía:

"¡No tengo permiso para ir junto a ti!"

Al fin, el emir le dijo:

"Pero no hay nadie en la mezquita. Tengo curiosidad por saber lo que te impide salir."

Sungur respondió:

"El que te encadena en el exterior me ha encadenado en el interior. El que no te permite entrar me impide salir."

El océano no deja escapar a los peces y, del mismo modo, la tierra no deja a su fauna precipitarse al mar.



150 Cuentos sufíes
Maulana Jalāl al-Dīn Rūmī
Fotografía tomada de internet

TU ROSTRO NO ES TU ROSTRO


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