miércoles, 22 de mayo de 2019
LA DUDA
Muaviya, tío de todos los fieles, estaba durmiendo en su palacio. Su palacio estaba cercado y las puertas tenían cerrojos. Era imposible que un extraño pudiese penetrar en él. Sin embargo, alguien tocó a Muaviya para despertarlo. Cuando abrió los ojos, no vio a nadie y se dijo:
"Es imposible entrar en mi palacio. ¿Quién ha podido hacer esto?"
Después de muchas búsquedas, encontró a alguien que se ocultaba tras una colgadura. Le dijo:
"¿Quién eres y cómo te llaman?"
-¡El pueblo me llama Satanás!
-¿Y por qué me has despertado ?-Porque es la hora de la oración y tienes que ir a la mezquita.
No olvides que el profeta dijo que no debía tolerarse ningún retraso en la oración.
Muaviya le dijo:
"¡Es extraño que tú invoques esta razón, pues nada bueno ha venido nunca de ti! ¡Es como si un ladrón viniera pretendiendo querer montar la guardia!"
-En otros tiempos, replicó Satanás, yo era un ángel y mi alma se alimentaba con mis plegarias. Era entonces compañero de otros ángeles y eso ha quedado en mi naturaleza. iMe es imposible olvidar el pasado!
-Es cierto, pero eso no impide que hayas cerrado el camino a muchos sabios. ¡No puedes ser fuego sin quemar! Dios te ha hecho abrasador y quien se acerca a ti, necesariamente se quema. Tu pretendida sabiduría se parece al canto de las aves imitado por los cazadores.
-Aparta la duda de tu corazón, dijo Satanás, yo soy una piedra de toque para la verdad y la falsedad. No puedo afear lo hermoso. Mi existencia no es sino un espejo para lo hermoso y para lo feo. Soy como un jardinero que corta ramas muertas. El árbol protesta: "¡Soy inocente! ¿Por qué me destruyes?" Y yo respondo: "No porque estés torcido, sino porque estás seco y sin savia. Tu naturaleza, la esencia de tu semilla es mala. Nunca has sido cruzado con una buena esencia. Sin embargo tu naturaleza habría salido ganando si te hubiesen injertado un esqueje de buena esencia".
-¡Cállate! exclamó Muaviya, ¡es inútil que intentes convencerme!"
Se volvió hacia Dios y le dijo:
"¡Señor mío! ¡Sus palabras son como niebla! ¡Ayúdame! El es muy fuerte argumentando y temo su astucia."
Satanás dijo:
"El que es presa de una mala duda se vuelve sordo ante millares de testigos. No te lamentes ante Dios por mi causa. Llora más bien ante tu propia maldad. ¡Me maldices sin razón pero harías mejor mirándote a ti mismo!"
Muaviya respondió:
"¡Es la mentira la que hace nacer la duda en el corazón!"
-¿Y tienes tú un criterio para distinguir lo verdadero de lo falso ?-La verdad procura la paz del corazón, pero la mentira no lo conmueve. Es como un aceite que se ha mezclado con el agua: ya no puede arder. Dime: tú, el enemigo de todos los que velan, ¿porqué me has despertado? ¡Respóndeme y sabré si dices verdad!
Satanás intentó eludir la respuesta, pero Muaviya lo instó a que se explicara y acabó por confesar:
"Voy a decirte la verdad. Te he despertado para que no te retrases en la mezquita. Pues si te hubieras retrasado, tu arrepentimiento habría anegado el universo. Las lágrimas habrían brotado de tus ojos y el arrepentimiento de alguien para quien la oración es un placer es aún más fuerte que la oración. ¡Te he despertado, pues, para que tu arrepentimiento no te permita acercarte más aún a Dios!"
Muaviya exclamó:
"¡Ahora dices la verdad! No eres sino una araña en busca de moscas. ¡Y me has tomado por una mosca!"
150 Cuentos sufíes
Maulana Jalāl al-Dīn Rūmī
Fotografía tomada de internet
martes, 21 de mayo de 2019
EL TESORO ESCONDIDO
La Biblia nos cuenta la historia de un campesino que un buen día descubrió en sus tierras, un tesoro enterrado. Cuando volvió a casa, renunció al resto de sus tierras y a todo lo que poseía y solo conservó el pequeño pedazo de tierra que contenía el tesoro. Ese tesoro es el Reino de Dios. Sabemos que debemos buscar el Reino de Dios en el presente, porque el presente es el único momento que realmente existe. El pasado ya se ha ido y el futuro todavía no ha llegado. El presente es el único lugar en el que debes buscar el Reino de Dios o la Tierra Pura del Buda, el único lugar en el que puedes encontrar la felicidad, la paz y la plenitud. Así de simple y así de claro. Pero como tendemos a remontarnos al pasado o a escapar hacia el futuro, debemos, si realmente queremos establecernos en el presente, reconocer ese hábito y aprender a liberarnos de él.
El núcleo del mensaje que el Buda dirigió a una gran asamblea de comerciantes fue el siguiente: «Es posible vivir felizmente en el momento presente». El Buda había visto que la mayoría de su audiencia estaba tan preocupada por su futuro que no podía disfrutar del presente. No tenían tiempo para ellos ni para sus familias, no tenían tiempo para amar y hacer felices a quienes les rodeaban.
Continuamente estaban dejándose atrapar por el futuro.
La Tierra Pura está en el presente. La Tierra Pura es ahora o nunca. Y lo mismo podemos decir con respecto al Reino de Dios. Es ahora o nunca. El Reino de Dios no es solo una idea hermosa, sino una realidad. Cuando respiras y caminas con atención, estás regresando a tu hogar en el presente y conectando con las muchas formas de la vida que hay en ti y a tu alrededor y con todo lo que pertenece al Reino de
Dios. Ya no necesitas, si has encontrado el Reino de Dios, correr en pos de la fama, la riqueza y los placeres sensoriales.
Cuando volvemos a nuestro hogar en el presente, nos damos cuenta de que disponemos ya de tantas condiciones que posibilitan la felicidad que no tenemos que correr detrás de ellas para conseguirlas.
Ya tenemos suficientes condiciones para ser felices. La felicidad es completamente posible aquí y ahora.
La enseñanza del Buda acerca de vivir feliz en el presente es muy placentera. Ya podemos ser felices ahora mismo. También la práctica es muy placentera. No necesitamos, cuando subimos una colina, hacer ningún esfuerzo, podemos disfrutar de cada paso.
Caminando así, libres del pasado y del futuro, podemos conectar, a cada paso, con el Reino de Dios y con la Tierra Pura del Buda.
Extracto del libro:
Miedo
Thich Nhat Hanh
Fotografía tomada de internet
lunes, 20 de mayo de 2019
LAS RAÍCES DE LA DESDICHA
EL HOMBRE ES DESDICHADO desde hace siglos. Raramente se encontrará a un ser humano que no viva en la desdicha. Es algo tan raro que casi parece increíble. Por eso mucha gente no cree que existieran seres humanos como Buda. La gente no se lo puede creer, y no se lo puede creer por su propia desdicha. Es tal su desdicha, y están tan metidos en ella que no ven ninguna salida.
La gente piensa que los Budas deben de ser algo imaginario, que las personas como Buda Gautama son sueños de la humanidad. Eso es lo que dice Sigmund Freud, que las personas como Buda son «satisfacciones del deseo». Queremos ser así, queremos salir del sufrimiento, nos gustaría disfrutar de ese silencio, esa paz, de esa bendición, pero no nos ha ocurrido. Y Freud dice que no hay esperanza, que no puede ocurrir por la naturaleza misma de las cosas. El hombre no puede ser feliz.
Hay que escuchar a Freud en profundidad, con mucha atención; no se le puede rechazar sin más. Es una de las mentes más agudas que hayan existido jamás, y cuando dice que la felicidad es imposible, que esperar la felicidad es esperar lo imposible, lo dice en serio. Esta conclusión no es la de un filósofo. Llegó a esa conclusión tras su estudio del sufrimiento humano. Freud no era pesimista, pero al estudiar a miles
de seres humanos, al profundizar en su psique, comprendió que el hombre está hecho de tal manera que sigue un proceso intrínseco para ser desdichado. En el mejor de los casos puede sentirse cómodo, pero jamás en éxtasis. En el mejor de los casos puede mejorar un poco la vida -mediante la tecnología, mediante los cambios sociales, una economía distinta y otras cosas-, pero seguirá siendo desgraciado. ¿Cómo podía creer Freud que existiera una persona como Buda? Tal serenidad parece un sueño: la humanidad ha soñado con Buda.
Se tiene esta idea porque Buda es raro, excepcional. No es la norma.
¿Por qué ha vivido el ser humano entre tanto sufrimiento? Y lo milagroso es que todo el mundo quiere ser feliz. No conocerás a una sola persona que quiera ser desgraciada; sin embargo, todo el mundo lo es.
Todos quieren ser felices, dichosos, vivir en paz, en silencio. Todo el mundo desea vivir con alegría, festejando la vida, pero parece imposible.
Debe de existir una causa profunda, tan profunda que el análisis freudiano no puede llegar hasta ella, que la lógica no puede penetrar en ella.
Hay que comprender algo fundamental. El ser humano desea la felicidad; por eso es desdichado. Cuanto más desees ser feliz, más desdichado serás. Parece absurdo, pero es la causa fundamental. Y cuando comprendas el proceso del funcionamiento de la mente humana lo entenderás.
El ser humano desea ser feliz, y por eso crea la desdicha. Si quieres salir de esa desdicha, tendrás que abandonar tu deseo de felicidad; así nadie podrá hacerte desdichado. Ahí es donde falla Freud. No comprendió que el deseo mismo de felicidad puede ser la causa del sufrimiento.
¿Cómo ocurre esto? En primer lugar, ¿por qué deseas la felicidad? ¿Y qué te produce ese deseo de felicidad?
Bibliografía:
Alegría: Osho
Fotografía tomada de internet
domingo, 19 de mayo de 2019
sábado, 18 de mayo de 2019
EL BORRACHO
Un transeúnte encontró en plena noche a un borracho dormido junto a una pared. Lo sacudió y le dijo:
"¡Oh, borracho! ¿Qué has bebido para verte en este estado?"
El otro respondió:
"¡He bebido lo que había en esta cántara!"
-¿Y qué había en esa cántara?
-¡Lo que he bebido!
-Pero eso es justamente lo que te pregunto: ¿Qué has bebido?
-¡Lo que había en esta cántara!
-¡Escucha! dijo el transeúnte, ¡levántate y ven conmigo! ¡Te llevo a la cárcel porque estás borracho!
-¡Déjame ya tranquilo!
-¡Vamos, levántate y sígueme a la cárcel!
Entonces el borracho exclamó:
"¡Pero, bueno, si tuviera fuerza para andar, volvería a mi casa!"
150 Cuentos sufíes
Maulana Jalāl al-Dīn Rūmī
Fotografía tomada de internet
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