miércoles, 8 de mayo de 2019
martes, 7 de mayo de 2019
lunes, 6 de mayo de 2019
SEAMOS REALES
En la india tuvo lugar un día especial en mi vida. Fue en realidad un gran día, el día después de mi ordenación. estaba confesando. En nuestra parroquia teníamos a un sacerdote jesuita muy santo, un español, a quien yo conocía desde antes de ingresar al noviciado. La víspera de irme para el noviciado, pensé que lo mejor era aclarar todo de manera que cuando llegara al noviciado estuviera limpio de todo y no tuviera que contarle nada al maestro de novicios. Solía haber largas colas de gente esperando para confesarse con este viejo sacerdote español. Tenía un pañuelo de color violeta con el cual se cubría los ojos y murmuraba algo, le imponía a uno la penitencia y lo despedía. A mí me había visto solamente un par de veces, y me decía Antonie. De manera que hice la cola y cuando me llegó el turno, traté de cambiar mi voz mientras me confesaba. Me escuchó pacientemente, me impuso la penitencia, me absolvió, y luego me dijo: "Antonie, "cuándo te vas para el noviciado?"
Bueno, de todas maneras, fui a esa parroquia al día siguiente de mi ordenación, y el anciano sacerdote me dijo:
-¿Quieres confesar?
Yo le contesté
-Está bien.
-Siéntate en mi confesionario.
Yo pensé:
"¡Caramba!, yo soy un santo. Voy a sentarme en su confesionario". Confesé durante tres horas. Era Domingo de ramos y con motivo de pascua había mucha gente. Terminé deprimido, no por lo que había oído, porque ya lo esperaba, y, al comprender algo de lo que ocurría en mi propio corazón nada me escandalizaba. ¿Saben qué fue lo que me deprimió? Darme cuenta de que le estaba diciendo a la gente todos esos piadosos lugares comunes: "Rézale a la Madre Bendita, ella te ama", y "recuerda que Dios está de tu lado". ¿Eran estos piadosos lugares comunes una cura para el cáncer? Y la falta de consciencia y realidad con la que me enfrento es un cáncer. De manera que ese día me juré a mí mismo: "Aprenderé, aprenderé, de manera que cuando todo concluya no me digan: "Padre, lo que me dijo era absolutamente cierto pero totalmente inútil".
Consciencia, visión. Cuando ustedes sean expertos (y pronto serán expertos) no necesitarán hacer un curso de psicología. Cuando empiecen a observarse a ustedes mismos, a vigilarse a ustedes mismos, a identificar esos sentimientos negativos, encontrarán su propia manera de explicarlo, y se darán cuenta del cambio. Pero entonces tendrán que vérselas con el gran villano, y ese villano es la autocondenación, el odio a sí mismo, la insatisfacción consigo mismo.
Extracto del libro:
Despierta (charlas sobre la espiritualidad)
Anthony de Mello
Fotografía tomada de internet
domingo, 5 de mayo de 2019
SALOMON Y AZRAEL
Un hombre vino muy temprano a presentarse en el palacio del profeta Salomón, con el rostro pálido y los labios descoloridos.
Salomón le preguntó:
"¿Por qué estás en ese estado?"
Y el hombre respondió:
"Azrael, el ángel de la muerte, me ha dirigido una mirada impresionante, llena de cólera. ;Manda al viento, por favor te lo suplico, que me lleve a la India para poner a salvo mi cuerpo y mi alma."
Salomón mandó, pues, al viento que hiciera lo que pedía el hombre. Y, al día siguiente el profeta preguntó a Azrael:
"¿Por qué has echado una mirada tan inquietante a este hombre, que es un fiel? Le has causado tanto miedo que ha abandonado su patria."
Azrael respondió:
"Ha interpretado mal esa mirada. No lo miré con cólera, sino con asombro. Dios, en efecto, me había ordenado que fuese a tomar su vida en la India y me dije: "¿Cómo podría, a menos que tuviese alas, trasladarse a la India?""
¿De quién huyes tú? ¿De ti mismo? Eso es algo imposible. Más vale poner uno su confianza en la verdad.
150 Cuentos sufíes
Maulana Jalāl al-Dīn Rūmī
Fotografía tomada de internet
sábado, 4 de mayo de 2019
EL LORO
Un tendero poseía un loro cuya voz era agradable y su lenguaje divertido. No sólo guardaba la tienda, sino que también distraía a la clientela con su parloteo. Pues hablaba como un ser humano y sabía cantar... como un loro.
Un día, el tendero lo dejó en la tienda y se fue a su casa. De pronto, el gato del tendero divisó un ratón y se lanzó bruscamente a perseguirlo. El loro se asustó tanto que perdió la razón. Se puso a volar por todos lados y acabó por derribar una botella de aceite de rosas.
A su vuelta, el tendero, advirtiendo el desorden que reinaba en su tienda y viendo la botella rota, fue presa de gran cólera. Comprendiendo que su loro era la causa de todo aquello, le asestó unos buenos golpes en la cabeza, haciéndole perder numerosas plumas. A consecuencia de este incidente, el loro dejó bruscamente de hablar.
El tendero quedó entonces muy apenado. Se arrancó el pelo y la barba. Ofreció limosnas a los pobres para que su loro recobrase la palabra. Sus lágrimas no dejaron de correr durante tres días y tres noches. Se lamentaba diciendo:
"Una nube ha venido a oscurecer el sol de mi subsistencia."
Al tercer día, entró en la tienda un hombre calvo cuyo cráneo relucía como una escudilla. El loro, al verlo, exclamó:
"¡Oh, pobre desdichado! ¡Pobre cabeza herida! ¿De dónde te viene esa calvicie? ¡Pareces triste, como si hubieras derribado una botella de aceite de rosas!"
Y toda la clientela estalló en carcajadas.
Dos cañas se alimentan de la misma agua, pero una. de ellas es caña de azúcar y la otra está vacía.
Dos insectos se alimentan de la misma flor, pero uno de ellos produce miel y el otro veneno.
Los que no reconocen a los hombres de Dios dicen: "Son hombres como nosotros: comen y duermen igual que nosotros."
Pero el agua dulce y el agua amarga, aunque tengan la misma apariencia, son muy diferentes para quien las ha probado.
150 Cuentos sufíes
Maulana Jalāl al-Dīn Rūmī
Fotografía tomada de internet
viernes, 3 de mayo de 2019
CATFULNESS
Estos consejos nos sumergen en un mundo Catfulness
1. Quietos y relajados
Si te pasás la vida pensando y haciendo, haciendo y pensando, es como no vivir. ¿Por qué no parás, te relajás y observás lo que te rodea? El mundo sigue girando sin tus angustias y preocupaciones. A la distancia observá, desde el lugar más alto del salón.
2. Todo puede ser un juego
El juego es un experimento continuo, pone a prueba los cinco sentidos y te permite descubrir cosas nuevas sobre vos mismo y el mundo. No te conformes con tus pasatiempos de siempre, tan conocidos. Buscá nuevos juegos o transformá en juego tus hábitos. No estás loco, los locos son quienes creen que el juego termina en la edad adulta.
3. Tené paciencia
Los gatos pueden quedarse horas inmóviles frente a la madriguera de un ratón. No existe ningún reloj, ni de pared ni interior cuando está en juego un objetivo tan importante. Por eso un maestro sufí, a la pregunta: “¿Quién te enseñó a meditar?”, contestó: “Un gato agazapado frente a la madriguera de un ratón”.
4. No abandones la curiosidad
¿Qué se esconde detrás de un mueble? ¿Qué verás si subís al punto más alto de la casa? No abandones nunca la curiosidad y la vida te seguirá dando, día tras día, sorpresas pequeñas o sensacionales.
5. Sumergite en el verde
Cuando la ansiedad te venza, abandonala. Salí al balcón, cuidá de tus plantas, o da un paseo por el parque. Allí, rodeado de verde, donde la vida sigue los ritmos ancestrales de la naturaleza, donde la hierba crece sola, sin necesidad de que intervengas, vas a encontrar la paz en un instante.
6. Día de descanso
Hoy es domingo: descansá. Borra la palabra “deber” de este día, deja que la mente se vacíe… Y sobre todo no pienses que mañana vuelve a ser lunes. Mañana es mañana, y ahora es ahora.
Los gatos hacen pocas actividades, siempre las mismas, y viven muy bien así.
7. No te enamores del ritmo frenético
Quienes tienen la agenda llena, viajan y asisten a mil actos sociales que parecen fascinantes. Pero en realidad el ritmo frenético no es tan interesante. Los gatos hacen pocas actividades, siempre las mismas, y viven muy bien así.
8. ¿Qué es correcto y qué es incorrecto?
En la vida no existen lo “correcto” y lo “incorrecto”, esos son postes para atar burros. Es lo que dice un antiguo proverbio zen. No hagas todo como siempre, de forma “correcta”. Los gatos siempre recorren nuevos caminos: suben, pasan por encima del escritorio, a veces se caen.
9. Si querés decir algo, decilo
El silencio puede ser tu peor enemigo. Cuando desees mucho algo, hacé que tu voz se oiga fuerte, aunque puedas herir la sensibilidad de alguien. Exteriorizá tus emociones; si no, todo lo que no dijiste quedará en tu interior y te irá devorando lentamente.
10. Cambiá las costumbres
Nada te impide cambiar tus costumbres si así lo deseás. ¿Por qué vas a dormir siempre en tu cama si en casa hay otros lugares donde tomar una siesta? Si huís de las costumbres, vas a descubrir que el único lugar seguro e inmutable es tu interior; no importa donde estés.
11. Levantate y retomá el camino
Podemos caernos, herirnos o decepcionarnos, pero luego nos tenemos que levantar. Y, caída tras caída, aprendemos a esquivar los golpes, a reconocer a distancia los peligros, pero también a no dejarnos vencer y a soportar lo que pueda ocurrir. Los gatos tienen siete vidas, y cada vez que renacen son más felices.
12. El miedo es algo pasajero
Las emociones tienen un tiempo limitado. Llegan para iluminar u oscurecer la mente, y tal como llegan, se van. Así ocurre con el miedo, la emoción que te protege del peligro. Cuando la emergencia pase, no sigas pensando en el peligro ni en los riesgos que corriste. Liberá tu mente y dejá espacio a emociones nuevas y positivas.
13. Aprendé a decir que no
No estás obligado a hacer lo que quieren los demás. Aprendé a decir que no. Al principio te va costar, pero después será tu mejor arma para una vida más serena.
14. No busques siempre en otra parte
No creas que las maravillas y los descubrimientos están siempre lejos, en otra parte. Los gatos sueñan con pasarse la vida en lugares que ya conocen: un sofá o la alfombra en la que se liman las uñas. Un escritor dijo: el verdadero viaje no consiste en buscar nuevos paisajes, sino en tener nuevos ojos.
15. Sé tuyo y sólo tuyo
No permitas que los demás te consideren una propiedad suya, o peor aún, una conquista. Dentro tuyo hay una parte pura y profunda que nadie podrá aferrar ni someter. Conservala siempre, aun a riesgo de parecer huraño.
16. Mantené la casa limpia
Tu casa es tu pequeño reino, el lugar donde estar tranquilo. Mantenlo limpio y ordenado y el orden y la limpieza se convertirán en un orden y una limpieza interiores, que te permitirán ver con mayor claridad tus emociones.
17. Dormí la siesta
El ocio es un arte. En un mundo que corre a toda velocidad y se concede pocas pausas, redescubrí el placer de un bostezo o de una breve siesta.
18. Da las gracias
Si sos feliz, agradecelo sin pensarlo. Los gatos dan las gracias con mimos, o dejando un regalo a los pies de la cama. Vos podés hacerlo con una sonrisa, una palabra amable dedicada a quien mejoró tu día. Y cada mañana al despertar, dale las gracias a la vida.
* Basado en el libro “El método Catfulness.
Post tomado del blog:
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