sábado, 8 de diciembre de 2018

LA BÚSQUEDA DE LA FELICIDAD


HE VISTO QUE EN EL CORAZÓN de todos los seres humanos con los que he hablado hay un mandato que nos lleva a buscar la verdadera felicidad, la verdadera realización. A veces este deseo es más fuerte que el instinto de supervivencia. Como sabéis por propia experiencia, la búsqueda de la felicidad puede seguir muchos caminos, y cuando se trata del camino del instinto puede tomar forma de búsqueda de placer, de comodidad, de seguridad o de una posición destacada dentro del rebaño humano.
Generalmente, cuando hemos alcanzado cierto grado de éxito en términos de placer, comodidad, seguridad y posición, reconocemos que nada de ello satisface este mandato más profundo, esta honda llamada a la verdadera felicidad. Podemos tener momentos de hermosa revelación y, ciertamente, momentos de placer; sin embargo, en general, existe siempre en nosotros un miembro subyacente a no poder encontrar la paz permanente y la verdadera felicidad. O puede suceder también que el miedo a perder la paz y la felicidad por fin alcanzadas haga que nos tensemos y contraigamos al aferrarnos a ellas de forma sistemática. Y es que solemos tender a desconfiar de la posibilidad de alcanzar la paz y la felicidad permanentes.

A veces, en una vida bendecida, surge la llamada a la búsqueda espiritual, la búsqueda de Dios, la búsqueda de la verdad. Reconocemos que lo habitual es “no hacer caso de esa llamada”. Pero si le prestamos atención dejamos a un lado nuestra “existencia mundana” y nos orientamos hacia la vida espiritual.
Por desgracia, el condicionamiento que habitualmente dirigió la vida mundana intenta dirigir también la búsqueda espiritual, y entonces se convierte en una búsqueda del placer espiritual, de la comodidad espiritual, del conocimiento espiritual o de la seguridad espiritual. Es probable que antes o después también te sientas desilusionado con esa búsqueda. Es evidente que encuentras placer en ella, que a veces tienes experiencias extáticas. Te sientes seguro cuando sientes que Dios o la verdad están presentes, y reconfortado cuando te percibes sostenido por esa presencia.

Pero mientras no reconozcas que nunca has estado separado de eso, seguirás moviéndote para encontrarlo, para encontrar a Dios, pues crees o esperas que Dios te dé la felicidad. Esta creencia o esperanza se fundamenta en una imagen de Dios muy infantil, en la idea de que Dios es alguna cosa, alguna fuerza, algún lugar que puede ofrecerte placer, comodidad y seguridad eternos.

He descubierto que, en realidad, es imposible encontrar la felicidad. 

Mientras trates de encontrar la felicidad “en alguna parte” no mirarás en el lugar donde está. Mientras búsquedas para encontrar a Dios en otra parte pasarás por alto la verdad esencial de Dios, que es omnipresencia. Cuando buscas la felicidad en algún otro lugar estás pasando por alto tu verdadera naturaleza, que es felicidad. Te estás pasando por alto a ti mismo.

Me gustaría invitarte y retarte a que dejes de pasarse por alto a ti mismo, a que te aquietes simple, radical y absolutamente: pon a un lado, al menos momentáneamente, todas tus ideas respecto Dios, respecto a la verdad, respecto a dónde estás. Deja de mirar afuera. Deja de buscar. Simplemente sé. No estoy hablando de estar en un estado de estupor o de entrar en trance, sino de penetrar profundamente en el silencio de tu corazón, donde la omnipresencia puede manifestarse y revelarse como tu verdadera naturaleza. Lo que pido es que te quedes quieto en la pura presencia. No que la crees, ni siquiera que la invites; simplemente que reconozcas lo que siempre está ahí, quien tú siempre eres, el espacio donde Dios siempre está.

En este momento, detén toda búsqueda. Tanto si buscas la paz y la felicidad en una relación, en un trabajo mejor o incluso en la paz mundial, detente completamente por un momento. No hay nada equívoco en esos empeños, pero si participas en ellos para conseguir paz o felicidad, estás pasando por alto la base de paz que ya está aquí. Cuando descubres esta base de paz, cualquier iniciativa en la que participes estará informada por tu descubrimiento. Entonces llevarás tus descubrimientos al mundo, a la política, a todas tus relaciones de la manera más natural.

Este descubrimiento tiene infinitas y complejas ramificaciones, pero su esencia es muy simple. Si detienes toda actividad, aunque sólo sea por un instante, aunque sólo sea por una décima de segundo, y simplemente te quedas completamente aquietado, reconocerás la enorme amplitud de tu ser, que ya es feliz y está en paz consigo mismo.

Habitualmente, debido a nuestro condicionamiento, desestimamos de inmediato esta base de paz diciéndonos: “Sí, pero ¿qué pasa con mi vida?

Tengo responsabilidades. Tengo que mantenerme ocupado. Lo absoluto no se relaciona con mi mundo, con mi existencia”. Estos pensamientos condicionados refuerzan aún más el condicionamiento futuro. Pero si te concedes un momento para reconocer la paz que ya está vida dentro de ti, tendrás la opción de confiar en ella en todas tus empresas, en todas tus relaciones, en todas las circunstancias de tu vida. Eso no quiere decir que tu vida vaya a quedar completamente libre de conflictos, desafíos, dolor o sufrimiento. Significa que reconocerás un santuario donde tu verdad personal está presente, donde la verdad de Dios está presente, independientemente de las circunstancias físicas, emocionales y mentales de tu vida.

Ésta es una invitación a entrar en el núcleo de tu ser. No tiene que ver con la religión ni con la ausencia de religión. Ni siquiera tiene que ver con la iluminación o la ignorancia. Tiene que ver con la verdad de quien eres, que está más cerca y es más profunda que cualquier cosa que pueda ser nombrada.

En cualquier momento, en una décima de segundo, se presenta la posibilidad de reconocer tu vida sin fronteras, ilimitada, divina y eterna.

Las experiencias de la verdad han recibido distintos nombres en distintas culturas: cielo, nirvana, resurrección, iluminación, satori, samadhi…

Todos ellos son nombres que apuntan hacia esta suprema e innombrable belleza divina, vacía de sufrimiento y llena de gracia.

El libro gira en torno al reconocimiento de esta verdad. Si no puedes guardar en tu memoria ni una palabra sobre ella, eso está bien. Mi profesor me dijo que la enseñanza más verdadera es como un pájaro volando en el cielo: no deja huellas que puedan seguirse, y sin embargo su presencia es innegable.


Extracto del libro:
El Diamante en tu bolsillo: Descubre tu verdadero resplandor
Gangaji
Imágenes tomadas de internet

PENITENCIAS


viernes, 7 de diciembre de 2018

EL ÚLTIMO SITIO DONDE SE TE OCURRIRÍA MIRAR


MI PROFESOR ACOSTUMBRABA a contar la historia de un consumado ladrón de diamantes que sólo quería robar las joyas más exquisitas. Este ladrón solía deambular por la zona de compra-venta de diamantes con el fin de “limpiarle” el bolsillo a algún comprador incauto.

Un día vio que un comerciante diamantes muy conocido había comprado la joya con la que él llevaba toda su vida soñando. Era el más hermoso, el más prístino, el más puro de los diamantes. Pleno de la alegría, siguió al comprador del diamante hasta que éste tomó el tren, y se hizo con un asiento en el mismo compartimiento. Pasó tres días enteros intentando meter la mano en el bolsillo del mercader. Cuando llegó el final del trayecto sin haber sido capaz de dar con la gema, se sintió muy frustrado.

Aunque era un ladrón consumado, y aún habiéndose empleado a fondo, no había conseguido dar con aquella pieza tan rara y preciosa.

El comerciante bajó del tren, y el ladrón le siguió. De repente, sintió que no podía soportar por más tiempo aquella tensión, por lo que caminó hasta el mercader y le dijo:

_ Señor, soy un famoso ladrón de diamantes. He visto que ha comprado un hermoso diamante y le he seguido en el tren. Aunque he hecho uso de todas las artes y habilidades de las que soy capaz, perfeccionadas a lo largo de 
muchos años, no he podido encontrar la gema. Necesito conocer su secreto.

Por favor, dígame cómo lo ha escondido.

El comerciante replicó:

_ Bueno, vi que me estabas observando en la zona de compra-venta de diamantes y sospeché que eras un ladrón. De modo que escondí el diamante en el único lugar donde pensé que no se te ocurriría buscarlo: ¡En tu  propio bolsillo!

A continuación metió la mano en el bolsillo del ladrón y extrajo el diamante.



Extracto del libro:
El Diamante en tu bolsillo: Descubre tu verdadero resplandor
Gangaji
Imágenes tomadas de internet

EVOCAR RECUERDOS DOLOROSOS


jueves, 6 de diciembre de 2018

ALIMENTACIÓN VEGETARIANA


Nada incrementaría tanto la posibilidad de supervivencia sobre la Tierra como el paso a una alimentación vegetariana.
(Albert Einstein)


Las personas vegetarianas han de oír preguntas como:

«Pero ¿no comes ni carne ni pescado?», «¿No sufres anemia?», ¿Y qué comes?» en casi todos los eventos sociales con alimentos en los que participan.

La dieta vegetariana y la vegana —esta última prescinde también de la leche y los huevos— nos llaman la atención al mismo tiempo que nos extrañan, pero en otras culturas este tipo de alimentación es la básica y natural.

Somos lo que comemos, no solo físicamente, sino también mental y emocionalmente. Tomar conciencia de qué sirves en tu mesa es una forma de tener conciencia y respeto por la vida, siendo libre de elegir un camino u otro.

Muchos personajes famosos optaron por esta alimentación: Sócrates, Newton, Edison o Einstein, pasando por Henry Ford, Martin Luther King o Leonardo da Vinci.

Pero ¿por qué ser vegetariano?

1. Salud. La dieta vegetariana es rica en fibra y antioxidantes. Es cardiosaludable, pues se aleja de las grasas saturadas y el colesterol, motivos por los que desintoxica el cuerpo, aporta energía y refuerza el sistema inmunitario. Previene la obesidad, y las personas que siguen esta dieta tienden a estar en un peso idóneo, sin problemas para mantenerlo, pues su alimentación es baja en calorías y grasas.

Según estudios realizados por la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA), el 95% de los residuos de pesticidas, hormonas, metales pesados, etcétera, elementos todos ellos altamente cancerígenos y tóxicos que podemos encontrar en nuestro cuerpo, provienen de las carnes rojas, los productos lácteos y el pescado.

Por estos motivos, y muchos otros, cada día son más los médicos que se suman a la lista de las dietas veganas para luchar contra enfermedades como el cáncer y el Alzheimer.

2. Ayuda al planeta. Cuando hablamos de los gases que contribuyen al efecto invernadero, pocos imaginan que el principal contaminante es el metano. Según la EPA, solo contando las granjas de Estados Unidos ya tenemos dos mil millones de kilos de estiércol al día, sin tener en consideración las gigantescas emisiones de metano que expulsan los animales a la atmósfera.

3. Lucha contra el hambre y la pobreza. Según estudios realizados recientemente, la cantidad de proteínas vegetales utilizadas para alimentar al ganado para la producción de carne podría alimentar a la población de China y la de la India en su totalidad.


Tomado del libro:
Einstein para despistados
Allan Percy
Fotografía de Internet

PENSAR EN RESULTADOS


miércoles, 5 de diciembre de 2018

LA FLOR


Parece orquídea, pero no. Huele a gardenia, pero tampoco. Sus grandes pétalos, alas blancas, tiemblan queriendo volar, irse del tallo: en Cuba la llaman mariposa. 

Alessandra Riccio plantó, en tierra de Nápoles, un bulbo de mariposa, traído desde La Habana. En tierra extraña, la mariposa dio hojas, pero no floreció. Y pasaron los meses y los años, y seguía sin nada más que hojas cuando unos cubanos amigos de Alessandra llegaron a Nápoles y se quedaron en su casa durante una semana. 

Entonces, en los alrededores de la planta, sonaron y resonaron las voces de su tierra, el antillano modo de decir cantando: la planta escuchó esa música de las palabras día tras día y noche tras noche, porque los cubanos hablan despiertos y dormidos también. 

A la semana, Alessandra dijo adiós a sus amigos. Y cuando regresó del aeropuerto, una enorme flor blanca la estaba esperando. Las alas desplegadas brillaban, luminosas, en la noche de su casa.


Tomado de:
Cuentos de Galeano en la Jornada
Eduardo Galeano
Fotografía de internet

ENCAJAR EN ESTE MUNDO


martes, 4 de diciembre de 2018

EL POBRE IGNORANTE


Un hombre, muy sencillo y analfabeto, llamó a las puertas de un monasterio. Tenía deseos verdaderos de purificarse y hallar un sentido a la existencia. Pidió que le aceptasen como novicio, pero los monjes pensaron que el hombre era tan simple e iletrado que no podría ni entender las más básicas escrituras ni efectuar los más elementales estudios. Como le vieron muy interesado por permanecer en el monasterio, le proporcionaron una escoba y le dijeron que se ocupara diariamente de barrer el jardín. Así, durante años, el hombre barrió muy minuciosamente el jardín sin faltar ni un solo día a su deber. Paulatinamente, todos los monjes empezaron a ver cambios en la actitud del hombre. ¡Se le veía tan tranquilo, gozoso, equilibrado! Emanaba de todo él una atmósfera de paz sublime. Y tanto llamaba la atención su inspiradora presencia, que los monjes, al hablar con él, se dieron cuenta de que había obtenido un considerable grado de evolución espiritual y una excepcional pureza de corazón. Extrañados, le preguntaron si había seguido alguna práctica o método especiales, pero el hombre, muy sencillamente, repuso: 

--No, no he hecho nada, creedme. 

Me he dedicado diariamente, con amor, a limpiar el jardín, y, cada vez que barría la basura, pensaba que estaba también barriendo mi corazón y limpiándome de todo veneno. 

***

El Maestro dice: El mayor ignorante hallará la paz si su intención es genuina; el erudito más destacado proseguirá a oscuras si su intención no es la correcta.


Tomado del libro:
101 Cuentos clásicos de la India
Recopilación de Ramiro Calle
Fotografía de Internet

PECADOS


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