viernes, 8 de junio de 2018
jueves, 7 de junio de 2018
MEDICINA PARA CURAR EL ÉXTASIS
La encarnación divina de Gauranga había entrado en un éxtasis muy profundo. Ausente de todo, perdió el equilibrio y cayó al mar. Unos pescadores lo sacaron con sus redes y, al involucrarse con la encarnación divina, también ellos entraron en éxtasis. Sintiéndose muy felices, ebrios de gozo espiritual, dejaron su trabajo y comenzaron a ir de un lado para otro sin dejar de recitar el nombre de Dios. Los parientes, cuando comprobaron que pasaban las horas y no salían de su trance místico, empezaron a preocuparse. Trataron entonces de sacarles del éxtasis, pero fracasaron en sus intentos. El tiempo transcurría y todos ellos seguían conectados con la Conciencia Cósmica, ausentes de la realidad cotidiana. Impotentes y alarmados, los parientes pidieron consejo al mismo Gauranga, quien les aconsejó:
--Id a casa de un sacerdote, coged un poco de arroz, ponedlo en la boca de los pescadores y os aseguro que se curarán de su éxtasis.
Los parientes cogieron el arroz de casa de un sacerdote y lo pusieron en la boca de los pescadores. En el acto, el arroz del sacerdote se encargó de sacarlos del éxtasis y volvieron todos a su estado ordinario de consciencia.
***
miércoles, 6 de junio de 2018
martes, 5 de junio de 2018
MIRÓ
Almir D'Avila lleva más de cuarenta años en el manicomio de San Pablo. Entró de niño, lo declararon demente y nunca más salió. Nunca nadie le ha escrito una carta, ni ha sido nunca visitado por nadie. Aunque pudiera irse, no tiene adónde; aunque quisiera hablar, no tiene con quién. Pasa sus días deambulando en círculos, con una radio de pila pegada a la oreja, y en su camino se cruza siempre con los mismos hombres que deambulan en círculos con una radio de pila pegada a la oreja.
Una tarde de domingo, uno de los médicos del manicomio llevó a algunos pacientes a visitar la exposición de Joan Miró. Almir se puso su traje único, muy gastadito pero bien planchado bajo el colchón, se metió hasta los ojos su sombrero de almirante de la flota imperial y marchó a la exposición apretando contra el pecho, como siempre, la bolsa llena de piedritas que él usa para pagar favores.
Y vio. Vio los colores que estallaban, el tomate que tenía bigotes y el tenedor que bailaba, el pájaro que era mujer desnuda, los muchos ojos que volaban en cada cielo y las estrellas muchas que cada cara escondía.
Anduvo de cuadro en cuadro con el ceño fruncido. Era evidente que Miró lo había defraudado, pero el médico quiso conocer su opinión:
lunes, 4 de junio de 2018
LA INTELIGENCIA FINANCIERA
El código del dinero propone un análisis detallado de los ingresos y los gastos para entender la naturaleza del dinero que entra y el dinero que sale.
Los ingresos pueden ser:
- activos (necesitan tu presencia)
- pasivos (al principio necesitan tu presencia, pero luego no)
- por inversión (nunca requieren tu presencia)
Los gastos pueden ser:
- buenos: se pagan a sí mismos, los paga el negocio o el cliente, y son una inversión
- malos: los pagas tú y nunca los recuperarás (muchos de estos gastos son gastos emocionales, para compensar una insatisfacción)
Antes de llevar a cabo un gasto, Samsó recomienda pensar si nos hará más ricos o más pobres y si de verdad queremos comprarlo. Si vale más de 100 euros, vale la pena dejar pasar 48 horas antes de comprar.
Llegado el momento siempre es mejor pagar al contado, porque nos permite ver qué estamos gastando en realidad.
Cerraremos esta sección con las once claves para desatar la inteligencia financiera:
- Escribe tus creencias sobre el dinero y cuestiónatelas; si te hacen sentir mal o extraño, están obsoletas.
- Complementa tu nómina con otras fuentes de ingresos; al principio será una afición y después una afición retribuida.
- A primeros de mes retira un 10 por ciento de tu sueldo para tu negocio y después paga todo lo demás.
- Paga en efectivo y reduce cualquier deuda que puedas tener.
- Decide ingresar un 10 por ciento más cada año; como empleado no es posible, pero con otros ingresos sí, aunque tendrás que tomar acciones para ello.
- No vendas todo tu tiempo, invierte parte de él en ti mismo y trabaja para ti: crea un negocio.
domingo, 3 de junio de 2018
QUIEN NO MEDITA DUERME, SUEÑA
También hay personas que están entre medias, ni dormidas ni despiertas, que viven en un limbo, un poquito dormidas y un poquito despiertas. A veces se puede tener esa experiencia a primera hora de la mañana: todavía adormilado, pero sin que puedas decir que estás dormido porque oyes los ruidos de la casa, a tu pareja preparando el café, el ruido de la cafetera o de los niños preparándose para el colegio. Oyes todo eso, pero aún no estás despierto. Esos ruidos te llegan vagamente, débiles, como si hubiera una gran distancia entre tú y lo que ocurre a tu alrededor. Tienes la sensación de que forma parte de un sueño. No forma parte de un sueño, pero tú te encuentras en un estado intermedio.
Lo mismo ocurre cuando empiezas a meditar. Quien no medita duerme, sueña; quien medita empieza a alejarse del sueño y a dirigirse al despertar, en un estado transitorio. Entonces la felicidad tiene un sentido completamente distinto: tiene más de calidad y menos de cantidad; es algo más psicológico, menos fisiológico. Quien medita disfruta más de la música, disfruta más de la poesía, disfruta creando algo. Esas personas disfrutan de la naturaleza, de su belleza. Disfrutan del silencio, disfrutan de lo que nunca habían disfrutado antes, y eso es mucho más duradero. Incluso si se para la música, algo persiste.
Y no es un alivio. La diferencia entre el placer y esta clase de felicidad consiste en que no es un alivio, sino un enriquecimiento. Te sientes más pleno, empiezas a desbordarte. Al escuchar buena música, algo estalla en tu ser, surge una armonía en ti: te haces música. O, al bailar, de pronto te olvidas de tu cuerpo; tu cuerpo es ingrávido. La gravedad pierde su poder sobre ti. De repente te encuentras en otro espacio: el ego no es tan sólido, el bailarín se funde y se fusiona con la danza.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)