lunes, 30 de abril de 2018

TAO TE KING: PRINCIPIO 39


De los que alcanzaron el Uno.

El Cielo alcanzó el Uno, purificándose.
La Tierra alcanzó el Uno, y cristalizó.

Los Dioses alcanzaron el Uno, y se hicieron poderosos.
El Valle alcanzó el Uno, y se llenó.

Todas las cosas alcanzaron el Uno, y nacieron.
Los reyes y príncipes alcanzaron el Uno,
y se convirtieron en modelos para el mundo.

Todo esto lo creó el Uno.

Si el Cielo no se purificara por el Uno, estallaría.
Si la Tierra no cristalizara por él, temblaría.

Si los Dioses no tuvieran potencia,
no serían más que piedra.

Si el Valle no se llenara, se agotaría.
Si las cosas no hubieran nacido del Uno,
se extinguirían. Si no fuera él quien eleva a reyes y
príncipes, caerían.

La raíz de lo noble es lo humilde.
En la base de lo elevado está lo bajo.

LA MEDITACIÓN VA TRAS DE TI


domingo, 29 de abril de 2018

EL LIBERADO-VIVIENTE Y EL BUSCADOR


Un buscador espiritual viajó a la India en su afán por encontrar y entrevistar a un verdadero iluminado, a un jivanmukta o liberado-viviente. 

Viajó durante meses por el país. Se trasladó de los Himalayas al cabo de la Virgen, del estado de Maharahstra al de Bengala. Recorrió montañas, dunas, desiertos, ciudades y pueblos. 

Recabó mucha información y, por fin, halló, según todos los testimonios, un verdadero hombre realizado. Por fin, podría llevar a cabo su ansiado encuentro. 

El graznido de los cuervos quebraba el silencio de una tarde apacible y dorada. El hombre realizado se hallaba bajo un frondoso rododendro, en actitud meditativa. El visitante lo saludó cortésmente, se sentó a su lado y preguntó: 

--Antes de que usted hallase la realización, ¿se deprimía? 

--Sí, claro, a veces -repuso tranquilamente el jivanmukta. 

El buscador hizo una segunda pregunta: 

--Dígame, y ahora, después de su iluminación, ¿se deprime a veces? 

Una leve y hermosa sonrisa se dibujó en los labios del jivanmukta. Penetró con sus límpidos ojos los de su interlocutor y contestó: 

--Sí, claro, a veces, pero ya ni me importa ni me incumbe. 

***

El Maestro dice:

LA DIFERENCIA


sábado, 28 de abril de 2018

LA RISA


Javier Villafañe y Jorge Valdano habían almorzado juntos en un bodegón de Zaragoza. Ya se estaban yendo, cuando el viejo Javier se golpeó la frente: de un brinco regresó a la mesa y vació, a sorbitos lentos, la copa que había quedado a medio tomar. Mientras Javier bebía aquel resto, porque es pecado dejar vino y porque nunca se sabe si será el último trago, escuchó risas que venían de la cocina. 

Habían comido muy bien, un almuerzo que era obra de maestría, y Javier decidió que Valdano y él no podían irse sin dar las gracias al autor. En la puerta de la cocina apareció un hombre tamaño niño, chiquito y solar, un fulgor metido dentro de un inmenso gorro de cocinero. Javier no sabía si felicitarlo o llevárselo para su teatro de títeres. 

—Aquí nos divertimos cocinando —dijo el diminutito. Y añadió, orgulloso: 

—A los platos se les nota el buen humor. 

Y dijo que hay que cuidarse, porque la gente cree que las malas ondas entran por los codos y las rodillas, pero no: entran por la boca.

FELICIDAD E INFELICIDAD


viernes, 27 de abril de 2018

¿QUÉ, A QUIÉN ESTÁS ESPERANDO?


He oído contar esto:

En un remoto campo de entrenamiento, un escuadrón de reclutas acababa de volver a su alojamiento tras un día de marcha bajo el ardiente sol.

-¡Qué vida ésta! -dijo un soldado novato-. A kilómetros de cualquier parte, un sargento que se cree Atila, sin mujeres, sin alcohol, sin permisos... y para colmo, mis botas son dos números más pequeñas.

-No tienes por qué aguantar eso, tío -dijo un compañero-. ¿Por qué no te pones otras botas?

-¿Para qué? -replicó el otro-. ¡Quitármelas es el único placer que tengo!

¿Qué más tienes que poner en juego? Sólo tu infelicidad. El único placer que tienes es hablar de ella. Fíjate en la gente cuando habla de su infelicidad, lo contentos que se ponen. Pagan por eso; van a los psicoanalistas para hablar sobre su infelicidad y pagan por ello. Alguien los escucha con atención, y ellos encantados.

La gente no para de hablar de su infelicidad, incluso exageran, la adornan, para que parezca mayor. La hacen parecer mayor de lo que es en la realidad. ¿Por qué? No tienes nada que jugarte excepto tu infelicidad, pero la gente se aferra a lo conocido, a lo familiar. Lo único que han conocido es la infelicidad; es su vida. No tienen nada que perder, pero tienen miedo de perderlo.

Tal y como yo lo veo, la felicidad es lo primero, la alegría es lo primero. Una actitud festiva es lo primero, una filosofía de afirmación de la vida. ¡Disfruta! Si no disfrutas con tu trabajo, cambia de trabajo. No esperes, porque todo el tiempo que esperas estás esperando a Godot, y Godot no llegará nunca. Esperando malgastarás tu vida. ¿Qué, a quién estás esperando?

Si comprendes que eres desgraciado siguiendo cierta forma de vida, y todas las viejas tradiciones dicen que tú estás equivocado, lo que yo digo es que lo equivocado es esa forma de vida. Intenta comprender la diferencia. Tú no estás equivocado; lo equivocado es tu forma de vida, la manera de vivir que has aprendido. Las motivaciones que has aprendido y aceptado como tuyas no son tuyas; no cumplen tu destino. Van contra tus principios, van contra tu elemento.

Recuérdalo: nadie puede decidir por ti. Todos sus mandamientos, toda su moralidad sólo sirven para inutilizarte. Tienes que decidir por ti mismo, tienes que tomar tu propia vida en tus manos. En otro caso, la vida llamará a tu puerta y tú no estarás allí; siempre estarás en otra parte.

INCONSCIENTES



jueves, 26 de abril de 2018

PRISIÓN MENTAL


EL ANCIANO Y EL NIÑO


Eran un anciano y un niño que viajaban con un burro de pueblo en pueblo. 

Llegaron a una aldea caminando junto al asno y, al pasar por ella, un grupo de mozalbetes se rió de ellos, gritando: 

--¡Mirad que par de tontos! Tienen un burro y, en lugar de montarlo, van los dos andando a su lado. Por lo menos, el viejo podría subirse al burro. 

Entonces el anciano se subió al burro y prosiguieron la marcha. Llegaron a otro pueblo y, al pasar por el mismo, algunas personas se llenaron de indignación cuando vieron al viejo sobre el burro y al niño caminando al lado. Dijeron: 

--¡Parece mentira! ¡Qué desfachatez! El viejo sentado en el burro y pobre niño caminando. 

Al salir del pueblo, el anciano y el niño intercambiaron sus puestos. 

Siguieron haciendo camino hasta llegar a otra aldea. Cuando las gentes los vieron, exclamaron escandalizados: 

--¡Esto es verdaderamente intolerable! ¿Habéis visto algo semejante? 
El muchacho montado en el burro y el pobre anciano caminando a su lado. 

—¡Qué vergüenza! 

Puestas así las cosas, el viejo y el niño compartieron el burro. El fiel jumento llevaba ahora el cuerpo de ambos sobre sus lomos. Cruzaron junto a un grupo de campesinos y éstos comenzaron a vociferar: 

--¡Sinvergüenzas! ¿Es que no tenéis corazón? ¡Vais a reventar al pobre animal! 

El anciano y el niño optaron por cargar al burro sobre sus hombros. De este modo llegaron al siguiente pueblo. La gente se apiñó alrededor de ellos. Entre las carcajadas, los pueblerinos se mofaban gritando: 

--Nunca hemos visto gente tan boba. Tienen un burro y, en lugar de montarse sobre él, lo llevan a cuestas. 

!Esto sí que es bueno! ¡Qué par de tontos! 

De repente, el burro se revolvió, se precipitó en un barranco y murió. 

***

El Maestro dice:
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