domingo, 25 de marzo de 2018

EL VENENO


En las heladas vísperas de cada amanecer, ante las brasas del fogón, el capataz y el peón armaban el primer cigarrillo del día. Ellos no se miraban, no se nombraban, no se hablaban. Entre los dos se sentaba Tarzán, el perro. Sólo con el perro conversaban. Dirigiéndose al perro, decía el capataz: 

—Hay una vaca muerta en la cañada. Hasta cuándo va a estar. 

Y el peón: 

—Pregúntele a la vaca, Tarzán. 

Tarzán miraba a uno, miraba al otro. El era perro parco, de poco ladrar, y rara vez gruñía o meneaba el rabo. Se ganaba el hueso escuchando al capataz, que le decía que hay que arreglar la alambrada, y al peón, que le decía que chocolate por la noticia. Y hasta la madrugada siguiente, desaparecía. 

Estos dos hombres que se odiaban eran los únicos que trabajaban las tierras de la Viuda, en Rocha, inmensidades atravesadas por catorce tranqueras: hábiles en sus artes de jinetes pastores, tirón de rienda, vuelo de lazo, tajo de facón, salían a recorrer campo a la salida del sol, cada cual por su rumbo, y hasta la noche cabalgaban sin cruzarse jamás. 

Una madrugada, Tarzán no vino. El sol abrió su primer tajo en el horizonte y se elevó en el cielo y Tarzán no vino. Sin mirarse, sin nombrarse, sin hablarse, los dos hombres ensillaron y se echaron al campo. Y a la madrugada siguiente, Tarzán tampoco vino y los hombres, callados, se fueron a trabajar. 

El perro apareció en un pastizal, ojos de vidrio, patas rígidas, un rastro de sangre en el hocico, muerto del veneno de una víbora crucera. Y una semana después, día más, día menos, alguien encontró a los dos hombres, tumbados sobre las cenizas del fogón, cada uno con el cuchillo del otro metido hasta el mango en algún lugar del cuerpo. 

¿QUÉ PASARÍA SI LO DEJAS IR?


sábado, 24 de marzo de 2018

LA DEMOCRATIZACIÓN DEL CONOCIMIENTO


Jimmy Wales: la democratización del conocimiento

«Imagina un mundo en el que se da a cada persona del planeta el acceso libre a la suma de todo el conocimiento humano. Eso es lo que estamos haciendo.»

Uno de los creadores de la enciclopedia más visitada de internet ha causado más de un dolor de cabeza a Google y Yahoo, ya que Wikipedia está considerada hoy la mayor enciclopedia libre de la red. 

Jimmy Wales creció en un entorno familiar donde la educación era la principal fuente de riqueza. En palabras del propio Jimmy: «La educación fue siempre una pasión en mi hogar... el tan tradicional apremio por el conocimiento y el aprendizaje, estableciendo eso como una base para una buena vida».

Tras cursar estudios medios, ingresó en la Universidad de Auburn, donde se licenció en finanzas y más tarde entró en el doctorado en Finanzas de la Universidad de Alabama. Prosiguió sus estudios de posgrado en la Universidad de Indiana, donde compaginó su formación con impartir clases en estas universidades. Este segundo doctorado no lo llegó a terminar por aburrimiento, según afirmó él mismo.

A continuación trabajó varios años como inversor bursátil en Chicago. Cuando ahorró el suficiente dinero, se aventuró a probar suerte e invirtió lo reunido en su propio proyecto. Es así como en 2001 creó, junto con Larry Sanger, la célebre Wikipedia que nutre de información a estudiantes y curiosos de todo el globo.

La clave que hizo que este proyecto se convirtiera en lo que es actualmente fue la participación de internautas en la edición de los artículos. Para Wales, el éxito de Wikipedia «es el triunfo de la colaboración entre usuarios. La idea es que existe una base de conocimiento común y se trata de ponerla al alcance de todos. Sin duda queda espacio para las enciclopedias de pago, pero era necesaria una obra general y gratuita como ésta».

La Fundación Wikipedia surgió posteriormente como necesidad para ordenar los contenidos y para recaudar fondos para poder gestionarla y mantenerla de modo que siga siendo gratuita como hasta ahora.

Sin duda, otro gran secreto del éxito de Wikipedia es su coste prácticamente nulo. El propio Wales afirma que «el nivel de gastos de nuestro producto es muy bajo y esto nos hace viables, por lo que no veo ningún problema para que el proyecto siga vivo en los próximos años».

Wales asegura que Wikipedia está supervisada por más de 16.000 voluntarios que permiten que sea gratuita. 

Cuenta con versiones en 75 lenguas y sólo tiene contratado a un empleado. El resto de la infraestructura, como los servidores, la conexión a la red o el mantenimiento, se sufraga con donaciones y ayudas de particulares y organizaciones.

ALGUNAS INSPIRACIONES DE JIM M Y WALES

«El objetivo es brindar al público una enciclopedia libre para cada persona en el mundo, en su propio idioma. No sólo en el sentido de “barra libre”, sino también en el sentido de libertad de palabra.»

ANIQUILANDO MI VIEJO YO


miércoles, 21 de marzo de 2018

LA LEY DE LA ACCIÓN ANTE LA LEY DE LA ATRACCIÓN


Ten el valor de actuar en vez de reaccionar.
Darlene Larson Jenks

Como iremos viendo a lo largo del libro, la fortuna es algo que hay que ir a buscar de forma expeditiva, ya que nadie nos la va a traer a la puerta de casa. Podemos depurar nuestros pensamientos y vibrar de forma «alta» para intentar atraer lo que deseamos, pero si no fletamos la nave y tenemos claro cuál es nuestro rumbo, los éxitos no rebasarán el nivel mental en el que se generaron.

Es éste el motivo por el que, a partir de ahora, vamos a apostar por la ley de la acción en lugar de la ley de la atracción.

Dicho de otra manera, vamos a cambiar la pasividad por la proactividad. Hay una diferencia muy grande entre una y otra. Quien actúa, moldea sus circunstancias y encuentra siempre oportunidades a su alcance. Controla su vida y, por lo tanto, tiene la posibilidad de mejorarla. En cambio, quien siempre reacciona se ve obligado a gastar una energía igual o superior para volver simplemente al lugar de partida.

Proactivos y reactivos

Para avanzar hacia la prosperidad sin duda hay que ser «proactivo», ser capaz de actuar en lugar de reaccionar.

Este término fue acuñado por Viktor Frankl, aunque lo popularizó varias décadas después Stephen R. Covey a través de su best seller Los siete hábitos de las personas altamente efectivas. Este gurú estadounidense clasifica a las personas, según su actitud hacia los acontecimientos, en dos categorías:

  • Personas reactivas. Son esclavas de las circunstancias, del momento transitorio y de su ambiente social. Por eso mismo sólo se sienten seguras cuando el entorno es favorable. Esta dependencia del medio hace que dirijan su atención a los defectos de otras personas, hacia las dificultades coyunturales y las circunstancias sobre las que no tienen el control. No se sienten libres de elegir sus propias acciones.
  • Personas proactivas. Por muchos cambios que se produzcan a su alrededor, eligen cómo van a reaccionar ante ellos. Más que preocuparse por la situación, centran sus esfuerzos en lo que ellas pueden hacer en cada momento y lugar. Su actitud positiva hace que aumenten su círculo de influencia. Controlan activamente sus acciones y decisiones, con lo que su libertad de elección prevalece sobre las circunstancias.

Por lo tanto, en la esfera donde podemos decidir —o sea, nuestra actitud ante las cosas— elegimos entre reaccionar ante los acontecimientos o bien amoldarnos a ellos e incluso provocarlos.

MÁS ALLÁ


martes, 20 de marzo de 2018

NO OÍMOS LO QUE NOS DICEN, SINO LO QUE QUEREMOS ENTENDER


Las Hermanas de la Merced estaban a punto de ser enviadas como misioneras. La Madre Superiora tenía una última pregunta que hacerle a cada una de ellas antes de decidir cuáles eran las más aptas para la peligrosa tarea que les esperaba. 

"Hermana Ágata", le preguntó a la primera. "¿Qué haría usted si estuviera caminando por una calle desierta y un hombre extraño la abordara y le hiciera una propuesta indecente?" 

¡Oh, Santísima Madre de Dios!, suspiró la primera horrorizada. ¡Qué todos los santos me amparen! Me postraría de rodillas y le rogaría a la Virgen por la salvación de mi alma. La Madre Superiora tomó nota de que la hermana Ágata sería más apta para las labores domésticas. Le formuló la misma pregunta a la hermana Inés, la cual respondió: Pues le daría una trompada en la nariz y me iría corriendo tan rápido como pudiera, gritando: ¡Socorro, socorro! 

La Madre Superiora anotó a la hermana Inés como una de las posibles candidatas para el trabajo misionero. En seguida le dirigió la pregunta a la hermana Teresa, la que comenzó diciendo: Bueno, pues primero le bajaría los pantalones...

La Madre Superiora se atragantó levemente, pero la hermana Teresa siguió: Y después me levantaría el vestido, y entonces...

-Hermana Teresa -le interrumpió la superiora,- ¿qué clase de respuesta es ésa? 

-Es que creo -explicó la otra- que yo puedo correr más rápido con el vestido levantado que él con los pantalones abajo. 
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