sábado, 17 de marzo de 2018
viernes, 16 de marzo de 2018
EL ARTE DE CONVENCER AL SÚBDITO
Esta guerra psicológica por tener el control e imponer la soberanía personal a cualquier coste se sustenta en cuatro esquemas altamente nocivos y disfuncionales: inculpación: «Muerte al vil villano»; prerrogativa: «Debes tratarme siempre como yo quiero»; Argumentum ad hominen; y el arte de convencer al súbdito.
EL ARTE DE CONVENCER AL SÚBDITO
No es más que un lavado de cerebro. De tanto oír que somos imbéciles podemos creernos el cuento y satisfacer a nuestros evaluadores. Ya no se trata de la obligación que genera la pirámide de mando, sino de un Disneyworld personalizado donde los subalternos son felices al asumir el papel que les asigna el poderoso. El sujeto autoritario busca que la ley del gallinero haga feliz a los de abajo, no importa cuántos excrementos reciban en honor a la causa. Dos premisas que se incrustan en el cerebro: «Te he elegido entre muchos» y «tienes el privilegio de servirme y de estar en mi equipo.» Es decir, ¡tienes la suerte de estar bajo mi mando!
Una de las estrategias preferidas de las personas autoritarias es la aplicación de la gota malaya, que consiste en aplastar el yo de sus subordinados de manera lenta y sistemática, hasta que se convenzan de que no pueden aspirar a más. Destruir la autoestima y aniquilar la voluntad. Es la táctica de idiotizar a las multitudes o a las personas para consolidarse en el poder y seguir allí bajo los auspicios de aquellos que ya no ejercen el derecho de pensar libremente.
jueves, 15 de marzo de 2018
TRABAJANDO EL CAOS
Hemos estudiado tres maneras muy prácticas de trabajar con el caos: no lucha, veneno como medicina y considerarlo todo como una manifestación de la sabiduría. En primer lugar hemos de aprender a abandonar las líneas arguméntales. Ralentízate lo suficiente como para estar simplemente presente, olvida toda esa multitud de juicios y esquemas y deja de luchar.
En segundo lugar, podemos utilizar cada día de nuestra vida para tomar una actitud diferente hacia el sufrimiento. En vez de apartarlo de nosotros, podemos inspirarlo con el deseo de que todo el mundo se libere de él, con el deseo de que la gente de todas partes experimente la alegría en sus corazones. Podemos transformar el dolor en alegría.
En tercer lugar, podemos reconocer la existencia del sufrimiento, la existencia de la oscuridad. El caos de aquí dentro y el caos de ahí fuera son básicamente energía, son el juego de la sabiduría. Depende de nuestra percepción considerar nuestra situación como un cielo o como un infierno.
Por último, ¿no podríamos relajarnos un poco y aligerarnos? Cuando nos despertamos por la mañana, podemos dedicar el día a aprender estas actitudes. Podemos cultivar nuestro sentido del humor y darnos un descanso. Cada vez que nos sentemos a meditar podemos pensar que es una ocasión de aligerarnos, de cultivar el sentido del humor, de relajarnos. Como dijo un estudiante: «Rebaja tus criterios y relájate en lo que es.»
miércoles, 14 de marzo de 2018
FRASES DE ANITA RODDICK (The Body Shop)
ALGUNAS INSPIRACIONES DE ANITA RODDICK
«Si eres capaz de crear un modo de vida honrado, donde utilices tus habilidades para vivir de ellas, gozarás de libertad y podrás llevar la vida que quieras.»
«A los consumidores aún no se les ha dicho de una forma eficaz que ellos tienen un gran poder y que sus compras implican una elección moral.»
«Creo en las empresas que se involucran en el pensamiento creativo. Si no tratamos de desarrollar el espíritu humano, nos hallamos ante un gran problema.»
«Quiero algo no sólo para invertir, sino para creer.»
«Si no puedo hacer nada para el bien público, ¿qué demonios estoy haciendo?»
«Si haces bien las cosas, hazlas mejor. Sé atrevido, sé el primero, sé diferente, sé justo.»
martes, 13 de marzo de 2018
EL CIELO Y EL INFIERNO ESTÁN EN TI
Un hombre murió, llegó a las puertas del cielo, y San Pedro le indicó que pasara a la sala de espera. El hombre permaneció sentado allí, ansioso por saber si sería enviado al cielo o al infierno.
Se abrieron las puertas y entró un santo muy famoso. El hombre se alegró: "Debo estar en el cielo!" Pero entonces las puertas se abrieron de nuevo y entró una prostituta famosa. El hombre quedó confundido. "En este caso, debo estar en el infierno", pensó.
Mientras se lo preguntaba, el santo agarró a la prostituta y comenzó a hacer el amor con ella. Aterrado, el hombre corrió hacia san Pedro y le dijo:
-Usted tiene que decírmelo: ¿Es esto el cielo, o es el infierno?
-¿No se da cuenta? -contestó San Pedro-. Es el cielo para él y el infierno para ella.
lunes, 12 de marzo de 2018
COMO LAS HOJAS DE UN BANANO
Un día me dediqué a contemplar un banano joven, lo torné como el objeto de mi atención, de mi concentración, de mi meditación. Era un banano muy joven que sólo tenía tres hojas. La primera era la hermana mayor, la segunda, la mediana y la tercera, la más reciente, estaba aún enrollada en el interior del tronco.
Al observar atentamente las hojas del banano, descubrí que la hermana mayor vivía su propia vida. Se desplegaba disfrutando del sol y la lluvia, era una hoja preciosa. Daba la impresión de preocuparse sólo de sí misma, pero al observarla con más profundidad, uno veía que no era así en absoluto. Mientras disfrutaba de su vida como la hermana mayor, al mismo tiempo estaba ayudando a la segunda y a la tercera hojas, e incluso a una cuarta que no era visible pero que ya se había formado en el interior del tronco. La hermana mayor era la que se encargaba de alimentar al banano entero.
La primera hoja practicaba respirando y sonriendo en cada minuto de su vida. De las raíces del banano recibía los nutrientes de los que se alimentaba. Luego los devolvía al banano y a todas sus hermanas menores y a las que iban a nacer en el futuro. Vivía su propia vida y, sin embargo su existencia tenía un significado, porque estaba ayudando a alimentar y a crecer a las generaciones futuras.
La segunda hoja hacía exactamente lo mismo. Vivía plenamente su vida como hoja y al mismo tiempo realizaba la labor de enseñar, alimentar y ayudar a crecer a sus hermanas menores. Pero si uno no lo observaba con atención, no se percataba de que la primera y la segunda hojas estaban haciendo exactamente lo mismo. La tercera hoja, la más joven, estaba a punto de abrirse. Pronto sería una bella hoja que se ocuparía de sus hermanas menores.
A ti también te ocurre lo mismo. Al vivir tu vida de una manera tan hermosa, estás alimentando a tus hermanos y hermanas y a las generaciones futuras. No es sacrificando tu vida, sino llevando una vida plena y feliz, como ayudarás a las generaciones futuras.
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