martes, 3 de octubre de 2017
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sábado, 30 de septiembre de 2017
jueves, 28 de septiembre de 2017
CHAO-CHU
Un día en que Chao-Chu cayó en la nieve, gritó: ¡Socorro, socorro!». Un monje vino a tenderse a su lado. Entonces Chao-Chu se levantó y se fue .
***
-¿Esto es un cuento? -pregunta el discípulo.
-Sí -dice el maestro.
-Pero es un cuento absurdo. El personaje central cae en la nieve y parece incapaz de levantarse. ¿Por qué? ¿Es un niño, un anciano, un lisiado, se ha sentido indispuesto, había un hoyo en el camino? Aparece un monje que, en vez de socorrerle, de tenderle la mano, se echa a su lado. Es un acto incomprensible, irrazonable, descabellado. ¿No sois de esta opinión, maestro?
-Reflexiona -dice el maestro del Zen-, este cuento es un koan, que puede ayudarte en el camino del Despertar.
El discípulo se pone a buscar. Pero los días pasan y si gue sin comprender nada de ese cuento. Veamos, si Chai- Chu estaba herido, ¿ cómo ha podido curarle la sola presencia de un monje a su lado? ¿Era un mago ese monje?
Supongamos, se dice el discípulo, que Chao-Chu viera un fantasma, un dragón, que estuviera paralizado de miedo, la santa presencia del monje a su lado le hace recobrar el valor, le permite salir fuera del hoyo. Pero entonces ¿por qué no da las gracias a su salvador? ¡Se aleja, indiferente, como si el monje no existiera! El discípulo se afanó así durante varios años, dando vueltas y más vueltas al problema en su cabeza.
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