Ahora considere esto: si no hubiera nada más que silencio, no existiría para usted; usted no sabría lo que es (el silencio). Sólo cuando aparece el sonido el silencio empieza a ser. De la misma manera, si sólo hubiera espacio sin objetos en él, no existiría para usted, Imagínese a sí mismo como un punto de conciencia flotando en la vastedad del espacio, sin estrellas, sin galaxias, sólo vacío. Súbitamente el espacio ya no sería vasto: no sería en absoluto. No habría velocidad, ni movimiento de aquí hacia allá. Se necesitan al menos dos puntos de referencia para que la distancia y el espacio nazcan. El espacio empieza a ser en el momento en que el Uno se hace dos y al "dos" convertirse en "diez mil cosas", como Lao Tse llama al mundo manifestado, el espacio se vuelve más y más vasto. Así que el mundo y el espacio surgen simultáneamente.
Nada podría ser sin espacio, sin embargo el espacio es nada. Antes de que el universo surgiera, antes del "big bang", si quiere expresarlo así, no había un vasto espacio vacío esperando ser llenado. No había espacio, puesto que no había ninguna cosa. Sólo había lo No Manifestado, el Uno. Cuando el Uno se convirtió en "las diez mil cosas", repentinamente el espacio parecía estar allí y permitió a la multiplicidad ser. ¿De dónde surgió? ¿Fue creado por Dios para acumular el universo? Por supuesto que no. El espacio es no-cosas, por lo tanto nunca fue creado.
Salga a mirar el cielo en una noche clara. Las miles de estrellas que puede ver a simple vista no son más que una fracción infinitesimal de lo que hay allí. Se pueden detectar ya mil millones de galaxias con los telescopios más potentes, cada galaxia como un "universo aislado" que contiene miles de millones de estrellas. Sin embargo lo que sobrecoge más es la infinitud del espacio mismo, la profundidad y quietud que permite a toda esta magnificencia ser. Nada podría ser más sobrecogedor y majestuoso que la inconcebible vastedad y quietud del espacio y sin embargo, ¿qué es? Vacío, inmenso vacío.