domingo, 18 de junio de 2017

EL SILENCIO


¿Hay otras puertas además de las que acaba de mencionar?

Eckhart Tolle:
Sí. Lo No Manifestado no está separado de lo manifestado. Impregna este mundo, pero está tan bien disfrazado que casi todo el mundo se lo pierde por completo. Si usted sabe dónde buscar, lo encontrará en todas partes. Se abre una puerta a cada momento.

¿Oye aquel perro que ladra en la distancia? ¿O ese gato que pasa? Escuche cuidadosamente. ¿Puede sentir la presencia de lo No Manifestado en eso? ¿No puede? Búsquelo en el silencio del que surgen los sonidos y al que los sonidos retornan. Preste más atención al silencio que a los sonidos. Prestar atención al silencio exterior crea silencio interior: la mente se vuelve tranquila. Se está abriendo una puerta.

BOMBAS DE TIEMPO


sábado, 17 de junio de 2017

MIEDO A LO CONOCIDO


SEMBRAR FUTURO*


En un oasis escondido en los más lejanos paisajes del desierto, se encontraba de rodillas el viejo Eliahu, al costado de algunas palmas datileras. Su vecino Hakim, el acaudalado mercader, se detuvo en el oasis para abrevar sus camellos y vio a Eliahu transpirando, mientras parecía cavar en la arena.

—¿Qué tal, anciano? La paz sea contigo.

—Y contigo —contestó Eliahu sin dejar su tarea.

—¿Qué haces aquí, con esta temperatura, trabajando con esa pala?

—Siembro —contestó el viejo.

—¿Qué siembras aquí, Eliahu?

—Dátiles —respondió el viejo señalando el palmar.

—¡Dátiles! —repitió el recién llegado, y cerró los ojos como quien escucha la mayor estupidez—. El calor te ha dañado el cerebro, querido amigo. Ven, deja esa tarea y vamos a la tienda a beber una copa.

—No, debo terminar la siembra. Luego, si quieres, beberemos.

PRISIONERO DE CONCEPTOS


viernes, 16 de junio de 2017

EL ECO


Un padre y su hijo estaban caminando en las montañas. De repente, el hijo se cayó, lastimándose, y gritó:
— ¡Aaaaaayyyy!

Para su sorpresa, oyó una voz que repetía, en algún lugar de la montaña:
— ¡Aaaaaayyyy!

Con curiosidad, el niño gritó:
— ¿Quién está ahí?

Y recibió esta respuesta:
— ¿Quién está ahí?

Enojado, gritó:
— ¡Cobarde!

Y escuchó:
— ¡Cobarde!

El niño miró al padre y le preguntó: — ¿Qué sucede, papá? El hombre, sonriendo, le dijo: —Hijo mío, presta atención —y gritó hacia la montaña—:
¡Te admiro!

CONSCIENCIA ES OBSERVAR


miércoles, 14 de junio de 2017

EL ARTE DE MANEJAR UNA TORMENTA


Cuando viene una tormenta, se queda un rato y luego se va. Una emoción es así también, viene, se queda un rato y luego se va. Una emoción es sólo una emoción. No morimos de una emoción. Somos mucho, mucho más que una emoción. Cuando notan que una emoción empieza a aparecer, es muy importante que se sienten en una postura estable o que se tumben, que es también una posición muy estable. Luego, concentren su atención en el vientre. La cabeza es como la cima de un árbol. Yo no me quedaría ahí. Bajen su atención al tronco del árbol, donde hay estabilidad.

Una vez concentrada su atención en el vientre, llévenla más abajo, justo debajo del ombligo, y empiecen a practicar la respiración consciente. Inhalando y exhalando profundamente, observen como el abdomen sube y baja. Tras practicar de esta manera unos diez, quince o veinte minutos, comprobarán que son fuertes, lo bastante fuertes como para resistir la tormenta. En esta posición, sentados o tumbados, limítense a aferrarse a su respiración, como quien se aferra a su chaleco salvavidas en medio de una tormenta. Al cabo de un rato la emoción se irá.

Esta es una práctica muy eficaz, pero les ruego recordar una cosa: no esperen a sentir una emoción fuerte para practicar. Si hacen esto no recordarán como hacerlo. Deben practicar ahora, hoy, cuando se sienten muy bien, cuando no tienen que habérselas con una emoción fuerte. El momento de empezar a practicar es ahora. Pueden practicar diez minutos al día. Siéntense y practiquen concentrando su atención en el vientre mientras inhalan y exhalan. Si hacen esto tres semanas, veintiún días, se convertirá en un hábito. Luego, cuando se sienten enojados o abrumados por la desesperación, se acordarán de practicar sin esfuerzo. El éxito alcanzado les hará tener fe en la práctica y serán capaces de decir a su emoción: «Bien, si vuelves a aparecer por aquí, volveré a hacer exactamente lo mismo». Sabiendo lo que tienen que hacer, no sentirán miedo.
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