jueves, 15 de junio de 2017
miércoles, 14 de junio de 2017
EL ARTE DE MANEJAR UNA TORMENTA
Cuando viene una tormenta, se queda un rato y luego se va. Una emoción es así también, viene, se queda un rato y luego se va. Una emoción es sólo una emoción. No morimos de una emoción. Somos mucho, mucho más que una emoción. Cuando notan que una emoción empieza a aparecer, es muy importante que se sienten en una postura estable o que se tumben, que es también una posición muy estable. Luego, concentren su atención en el vientre. La cabeza es como la cima de un árbol. Yo no me quedaría ahí. Bajen su atención al tronco del árbol, donde hay estabilidad.
Una vez concentrada su atención en el vientre, llévenla más abajo, justo debajo del ombligo, y empiecen a practicar la respiración consciente. Inhalando y exhalando profundamente, observen como el abdomen sube y baja. Tras practicar de esta manera unos diez, quince o veinte minutos, comprobarán que son fuertes, lo bastante fuertes como para resistir la tormenta. En esta posición, sentados o tumbados, limítense a aferrarse a su respiración, como quien se aferra a su chaleco salvavidas en medio de una tormenta. Al cabo de un rato la emoción se irá.
Esta es una práctica muy eficaz, pero les ruego recordar una cosa: no esperen a sentir una emoción fuerte para practicar. Si hacen esto no recordarán como hacerlo. Deben practicar ahora, hoy, cuando se sienten muy bien, cuando no tienen que habérselas con una emoción fuerte. El momento de empezar a practicar es ahora. Pueden practicar diez minutos al día. Siéntense y practiquen concentrando su atención en el vientre mientras inhalan y exhalan. Si hacen esto tres semanas, veintiún días, se convertirá en un hábito. Luego, cuando se sienten enojados o abrumados por la desesperación, se acordarán de practicar sin esfuerzo. El éxito alcanzado les hará tener fe en la práctica y serán capaces de decir a su emoción: «Bien, si vuelves a aparecer por aquí, volveré a hacer exactamente lo mismo». Sabiendo lo que tienen que hacer, no sentirán miedo.
martes, 13 de junio de 2017
ESPACIO Y TIEMPO
El ser humano es parte de ese todo que llamamos «universo», una parte limitada por el tiempo y el espacio.
(Albert Einstein)
Según el Qigong —o Chikung—, una disciplina terapéutica china que implica ejercicio, respiración y mente, nuestro subconsciente crea nuestra realidad y es capaz de solucionar hasta un 90% de los problemas que sufrimos.
Formamos parte de un todo universal y energético. Tomar conciencia de ello es el primer paso para controlar nuestra mente y nuestra vida.
Las meditaciones y los ejercicios del Qigong pueden realizarse en cualquier lugar y momento, y tienen como fin proprocionar energía, paz y claridad a lo largo de la jornada.
Este es el llamado «ejercicio de la Bola de Rising», que debe realizarse durante 20-30 minutos al día:
lunes, 12 de junio de 2017
SIEMPRE ALERTA (O LA PARANOIA DEL FANÁTICO)
Cuatro sesgos o distorsiones que terminan alimentando al monstruo y haciéndolo cada vez menos poderoso: catalogar o etiquetar a las personas; polarización caprichosa: «Los otros son todos iguales»; sobregeneralización; y siempre alerta (o la paranoia del fanático).
SIEMPRE ALERTA (O LA PARANOIA DEL FANÁTICO)
Toda guerra se basa en el miedo. Si los otros son mis enemigos, deberé estar a la defensiva para anticiparme al ataque o a la invasión. ¿Invadir qué? Mi territorio, mis costumbres, mis símbolos, mis valores; en fin, mi estilo de vida. Si el paranoide y el fanático tienen razón, la vida equivaldría a un holocausto anticipado. Ésta es la cruz que deben soportar los que han hecho del prejuicio una forma de vida. Miedo a todo y a todos.
En cierta ocasión fui de camping con varios amigos. Cuando empezamos a montar las tiendas, uno de ellos comenzó a deshacer la mochila y a mostrar las cosas que había traído, a la vez que explicaba su uso e importancia para la supervivencia en lugares inhóspitos. En ese momento, vinieron a mi mente dos antiguas reminiscencias cinematográficas: Fin de semana trágico (una película de unas personas que van a acampar y que son acosadas por unos montañistas) y la clásica Desembarco en Normadía. Lo único que le faltó a mi amigo fue llevar granadas de fabricación casera. Por orden de aparición, el ajuar estaba compuesto de: dos cuchillos de cacería tipo Rambo, un rifle de copas o balines, un revólver 22 corto, dos navajas suizas, tres cantimploras de guerra, un traje de camuflaje, dos tipos de mosquiteros electrónicos, tres móviles, una radio de onda corta y un botiquín de primeros auxilios que habría despertado la envidia de la Cruz Roja Internacional. El hombre no se había preparado para estar con la naturaleza sino contra ella.
domingo, 11 de junio de 2017
EL BUDA SIEMPRE ESTÁ AQUÍ
El Buda siempre está aquí, enseñando. Véalo por usted mismo. Aquí hay felicidad y allí descontento. Hay placer y hay dolor. Y siempre están allí.
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