El sexto paramita es prajna, que convierte en oro todas nuestras acciones. Se dice que los demás paramitas pueden darnos puntos de referencia, pero prajna corta con todo. Prajna nos deja sin hogar, sin lugar donde habitar. Y, gracias a ello, por fin podemos retajarnos. No mas lucha, no mas morder no más tomar partido.
A veces sentimos un tremendo anhelo por nuestros antiguos hábitos. Cuando trabajamos con generosidad podemos observar nuestras ganas de aferramos. Cuando trabajamos con disciplina vemos nuestra nostalgia por desmarcarnos y desvincularnos de todo. Cuando trabajamos con paciencia descubrimos nuestro deseo de velocidad. Cuando practicamos el esfuerzo nos damos cuenta de nuestra pereza. La meditación nos permite ver nuestro discurso interminable, nuestra inquietud y nuestra actitud de «¿y a mí qué me importa?»
Simplemente dejamos ser a esa nostalgia sabiendo que todos los seres humanos nos sentimos así. En este camino existe un lugar para la nostalgia de la misma forma que existe un lugar para todo lo demás. Año tras año seguimos quitándonos nuestra armadura y avanzando más hacia ese estado en el que no tenemos suelo bajo los pies.









