lunes, 12 de septiembre de 2016
domingo, 11 de septiembre de 2016
LA VOLUNTAD
Existe una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad.
Contrariamente a lo que muchos piensan, la fuerza de voluntad no es una virtud innata, sino una capacidad que se adquiere y se ejercita con la práctica. Se trata de un puente entre el «pienso» y el «hago», la pieza clave que transforma la idea en acto, convirtiéndola en realidad.
Solo son necesarios pequeños cambios en nuestros hábitos cotidianos para fortalecer nuestra voluntad.
sábado, 10 de septiembre de 2016
LO DIVINO
Creación
Vibraciones
Fuerza
Energía
¿Cuáles son las características del comportamiento de un dios? ¿Cómo se comporta lo divino? Una cosa: no es dependiente, es absolutamente independiente; te brinda amor, pero esto no es una necesidad. Te lo da en abundancia, pues le sobra. Tú simplemente lo descargas al recibirlo; pero no es una necesidad. Y el dios es un creador: cada vez que el sexo se torna una torna una fuerza transformadora, llega a un nuevo mundo de creatividad. Entonces, se te abren nuevas dimensiones de la creatividad.
No se trata de que empieces a pintar, a escribir poesía, o alguna otra cosa; no es eso. Tal vez suceda, tal vez no, pero cualquier cosa que hagas será un acto creativo, cualquier cosa que hagas se volverá artística. Hasta Buda, sentado bajo el árbol bodhi sin hacer nada, es creativo. El modo en que se sienta, el mismo modo en que se sienta allí, genera una fuerza, una energía, vibraciones en todo su entorno.
viernes, 9 de septiembre de 2016
jueves, 8 de septiembre de 2016
MÉTODO PARA ACHICAR LA SOBERBIA
La soberbia es una forma particular de incapacidad que suele afectar a gobernantes, directivos y funcionarios, pero también a porteros, dirigentes de gremios, empleados públicos y casi todos los pobres mortales que se encuentran de golpe con una escasa cuota de poder.
He aquí un consejo para no caer en la tentación de la soberbia: diríjase a una zona rural por la ruta que más le guste, desnúdese y espere a que anochezca. Cruce entonces el alambrado -con cuidado de no perder ninguno de los atributos del poder- y camine hasta que sienta que está en medio de la soledad más absoluta. Una vez allí, levante la cabeza al cielo y mire las estrellas. En ese instante, visto desde el espacio, usted debe ser algo así como un microbio sobre una pelota de fútbol.
Piense que está parado sobre un minúsculo planeta que gira alrededor del sol, y que el sol es sólo una estrella pequeña entre los millones de estrellas que está viendo y que forman nuestra galaxia. Recuerde, además, que la nuestra es una de millones de galaxias que hace millones de años giran en el espacio.
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