sábado, 13 de agosto de 2016
viernes, 12 de agosto de 2016
LO MISTERIOSO
Presta atención a lo misterioso; no lo niegues. No digas de antemano que no existe. Todas las personas que han caminado sobre la tierra están de acuerdo al respecto: lo misterioso existe.
El mundo no se acaba en lo visible. Lo invisible está ahí, y es más importante porque es mucho más profundo. Lo visible no es más que una onda en lo invisible. Lo invisible es el océano. De manera que cuando sucede algo extraño, no lo niegues y no te cierres a ello. Ábrete, deja que entre. Y durante el día hay muchos, muchos momentos en los que lo misterioso llama a la puerta.
De pronto un pájaro empieza a llamar... Préstale atención, y hazlo con el corazón. No te pongas a analizar qué es. No empieces a hablar sobre ello. Guarda silencio, deja que te penetre lo más profundamente que sea posible. No lo entorpezcas con tus ondas de pensamiento. Déjale paso libre. Siéntelo... no lo pienses.
jueves, 11 de agosto de 2016
LA MUJER DE HIELO
Érase una vez ... un joven que estaba solo. Vivía en una pobre cabaña, sin amigos ni parentela. Una mañana de invierno observaba los carámbanos (pedazo de hielo en forma de cono) que se formaban en el borde del tejado, gotas de cristal que resplandecían en el sol.
Y exclamó:
-¡Me gustaría que el cielo me enviara una esposa que tuviera la blancura irisada y la maravillosa belleza del hielo!
Aquella noche, cuando se disponía a acostarse, llamaron a la puerta:
-¿ Quién está ahí?
-Soy la joven que has reclamado esta mañana al cielo.
Vengo a ofrecerme a ti como esposa.
El joven, intrigado, abrió inmediatamente. En el umbral había una muchacha muy bella. Sus manos eran opalinas y sus mejillas anacaradas brillaban bajo la luna.
-¡Entra! -dijo, seducido.
Cuando la muchacha se hubo instalado en la cocina, le preguntó:
miércoles, 10 de agosto de 2016
RECONOCER Y ABRAZAR LAS FORMACIONES MENTALES
Abrazamos nuestro cuerpo con la energía de ser conscientes para calmarlo, y podemos hacer lo mismo con nuestras formaciones mentales: «Inspirando, soy consciente de mis formaciones mentales. Espirando, soy consciente de mis formaciones mentales». En la psicología budista existen cincuenta y una formaciones mentales. Hay formaciones negativas, como la ira, los vehementes deseos y la envidia, y otras positivas, como el ser consciente y la ecuanimidad.
Cuando experimentamos una formación mental positiva, como la alegría o la compasión, hemos de inspirar y espirar para ser conscientes de la alegría y la compasión que hay en nosotros. Cuando abrazamos nuestra alegría y nuestra compasión respirando conscientemente, ambas se multiplican diez o veinte veces. La respiración consciente nos ayuda a sustentarlas durante más tiempo y a experimentarlas con mayor profundidad. Por eso es tan importante abrazar las formaciones mentales positivas como la alegría, la felicidad y la compasión cuando surjan, porque son una especie de comida que nos ayuda a crecer. Hablamos de «la alegría de la meditación como alimento diario» porque el sentimiento de alegría que surge de la meditación, de ser conscientes, nos alimenta y sustenta.
martes, 9 de agosto de 2016
LA CUMBRE
Cada día, día tras día, repetían el viaje. Volvían de la escuela pedaleando, Alon en su bicicleta verde, Tzviki en su bicicleta roja, por el camino entre los árboles, y el sol corría con ellos por detrás del follaje.
Al fin de la llanura, donde empezaba la montaña, se tomaban de la mano. Alon, alzado en los pedales, se afirmaba con todo, y el envión lanzaba a Tzviki cuesta arriba. Entonces Tzviki extendía la mano y daba impulso a Alon, y así iban subiendo. Cada uno creaba un viento que empujaba al otro, y de viento en viento, de mano en mano, llegaban a la cumbre.
Llegaban jadeando, cuando ya no daban más. Montados en sus bicicletas, se quedaban un buen rato allí. Sin soltarse las manos, contemplaban los valles de Jerusalén, que extendían, luminosos, allá abajo; y ninguno decía nada.
lunes, 8 de agosto de 2016
SENTIMIENTOS NEGATIVOS HACIA LOS DEMAS
En una de mis conferencias alguien hizo el siguiente comentario:
"Quiero compartir con usted algo maravilloso que me sucedió. Fui al cine un día; poco tiempo después, estaba trabajando y realmente tenía problemas con tres personas en mi vida. De manera que dije: "Bueno, así como aprendí en el cine, voy a salir de mí mismo". Durante un par de horas me puse en contacto con mis sentimientos, con lo mal que me sentía hacia estas tres personas. Dije: "Realmente odio a esas personas". Después dije: "Jesús, ¿Qué puedes hacer al respecto?" Un poco más tarde me puse a llorar, por que me di cuenta que Jesús había muerto por esas personas, y, de todos modos, ellas no podían evitar ser como eran. Esa tarde tenía que ir a la oficina; allí hablé con esas personas. Les conté mi problema, y ellas estuvieron de acuerdo. Ya no estaba furioso con ellas y ya no las odiaba".
Siempre que usted tiene un sentimiento negativo hacia alguien, está viviendo en una ilusión. Algo grave sucede. No está viviendo la realidad. Algo en su interior tiene que cambiar. Pero ¿eso es lo que generalmente hacemos cuando tenemos un sentimiento negativo? "El tiene la culpa, ella tiene la culpa. Ella tiene que cambiar." ¡No! El mundo está bien. El que tiene que cambiar es usted.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)