La mejor postura para relajarte profundamente es con el cuerpo tendido. Centra ahora tu atención en una parte del cuerpo, como el corazón. Mientras inspiras, tomas conciencia del corazón y mientras espiras, le sonríes. Le envías tu amor, tu ternura.
La energía de ser consciente es como un rayo de luz que nos muestra con gran claridad cada parte de nuestro cuerpo. Los hospitales modernos tienen escáneres que pueden explorar nuestro cuerpo para ver cada zona con claridad. Pero el rayo de luz de un escáner es un rayo X y no el afectuoso rayo de ser consciente.
A esta práctica de explorar el cuerpo con el rayo de ser consciente la llamamos Relajación Profunda (más adelante abordaremos con más detalle la Relajación Profunda). Otro modo de respirar conscientemente es: «Inspirando, tranquilizo todo mi cuerpo; espirando, tranquilizo todo mi cuerpo». Tu cuerpo quizá esté agitado y tenso, y el hecho de abrazarlo con la energía de ser consciente puede ayudarlo a relajarse y a calmarse de nuevo. Cuando el cuerpo funciona plácidamente, se empieza a curar, lo cual ayuda a la mente a relajarse y a curarse también.









