Cuando Charles Darwin escribió su tesis sobre la evolución y la supervivencia del más apto, había otro hombre, el príncipe Kropotkin, en Rusia, que escribía una tesis diametralmente opuesta: que la evolución tiene lugar mediante la cooperación.
La gente no ha oído hablar mucho sobre el príncipe Kopotkin; su tesis es muy superior... ¡y al final ganará! Hará falta tiempo, pero Darwin no puede ser el ganador.
La misma idea de que uno evoluciona a través del conflicto es violenta; es una idea muy sesgada. Si miras a través de los ojos de Darwin, toda la vida no es más que la supervivencia del más apto. ¿Y quién es el más apto? El más destructivo, el más agresivo es el más apto. De modo que el más apto carece de valor; ni siquiera es humano... es el más parecido a un animal. Jesucristo no puede sobrevivir, no es el más apto. Buda no puede sobrevivir, no es el más apto. Buda será el más desvalido... Jesucristo lo fue. Los que sobreviven son Alejandro Magno, Adolfo Hitler, José Stalin, Mao Zedong; estos son los más aptos. Entonces solo sobrevive la violencia, no el amor. Solo el asesinato, no la meditación.