Quien crea que su propia vida y la de sus semejantes está privada de significado no es solo infeliz, sino que apenas es capaz de vivir.
Viktor Frankl dijo, al crear la logoterapia, que «la vida de toda persona es una sucesión de oportunidades únicas para alcanzar un sentido».
El sentido de la vida es distinto de una persona a otra; no existen reglas fijas, pero debemos aspirar a encontrar nuestro objetivo vital. Algunas pautas para hallar nuestras propias metas:
1. Acostúmbrate a terminar las cosas, salgan mejor o peor. Quédate con lo aprendido y sigue adelante, buscando nuevos retos.
2. Valora todas las situaciones, tanto las agradables como las desagradables, pues todas ellas te guían en el camino que sigues para encontrar tu sentido.
3. Descubre tus dotes y habilidades, qué se te da bien, qué te gusta hacer, qué te hace feliz... Ya que, en definitiva, hablan de quién eres.
4. Sé dueño de tu destino, tomando responsabilidad de tus decisiones y tus actos.