Todo lo que es hermoso ha sucedido siempre en soledad; nada ha sucedido en una multitud. Nada del más allá ha pasado excepto cuando uno se encuentra en absoluta soledad.
La mente extravertida ha creado un condicionamiento por todas partes que ha arraigado mucho y que consiste en: cuando estas solo te sientes mal. Que te dice: muévete, conoce gente, porque toda la felicidad es con personas. Y eso no es verdad. La felicidad que surge con las personas es muy superficial, y la felicidad que acontece cuando se está solo es tremendamente profunda. Así que regocijate en ella.
Extravertida: persona cuyos intereses y preocupaciones se encuentran en el mundo que la rodea.
Cuando suceda, disfrútala. Canta algo, baila algo, o permanece sentado simplemente en silencio de cara a la pared y a la espera de que suceda algo. Conviértelo en una espera y no tardarás en conocer una cualidad diferente. No es tristeza en absoluto. Una vez que hayas saboreado el mismo núcleo de la soledad, toda relación es superficial. Ni siquiera el amor puede alcanzar la profundidad de la soledad, porque incluso en el amor el otro está presente, y la misma presencia del otro te mantiene más cerca de la circunferencia, de la periferia.